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El deja vu con Los Mesoneros en su estreno europeo (Madrid, Copérnico / Abril 6, 2018)

Los Mesoneros
Sala Copernico, Madrid, Spain, April 06, 2018 (© Oscar Ribas Torres)

Los Mesoneros

Sala Copérnico, Madrid

(Abril 6, 2018)

 

Este concierto fue especial. Vimos nacer y crecer a Los Mesoneros en Caracas. Siendo una banda colegial fuimos testigos (y jurado) de su triunfo en el Festival Intercolegial de Rock de 2008 organizado por la Fundación Nuevas Bandas. Luego la pusimos a tocar en el Concierto #5 de Ladosis en 2009, reseñamos varios de sus shows posteriores, incluyendo el ambicioso showcase de su disco debut Indeleble en 2001 y en enero de 2016, registramos el último que dieron en Caracas antes de irse a México. Antes de ello los volvimos a entrevistar y dedicamos portada y reportaje central en la edición #38 de Ladosis, haciendo énfasis en que representaban el futuro del rock venezolano. Entre aquel primer contacto y éste, han pasado exactamente 10 años. Las vidas de todos han cambiado, de ellos y nosotros.

El tiempo transcurrido y su ascenso en México no hacen sino confirmar aquellos pronósticos. Los Mesoneros ha cimentado su sonido. Esta visita a España (Madrid y Barcelona, gracias a la productora Del Caribe) representó sus primeros conciertos en Europa, la cual se saldó con dos presentaciones exitosas. Aunque, para ser justos, no sabemos si ganaron algún público nuevo en Madrid, a juzgar por la asistencia a la Sala Copérnico, casi exclusivamente compuesta por venezolanos pertenecientes a las recientes oleadas migratorias ya que se sabían todas las canciones como si las hubieran aprendido oyéndolas en las radios y conciertos caraqueños. El panorama era como si estuviéramos en La Quinta Bar, el más popular de los locales nocturnos de Caracas. Sin duda, un auténtico deja vu.

Los Mesoneros
Andres Belloso, Carlos Sardi, Juanchi Sucre y Luis Jiménez en los camerinos de Sala Copernico, antes de salir a tocar. Madrid, Spain, April 06, 2018 (© Oscar Ribas Torres)

La noche fue abierta por el cantautor venezolano radicado en Madrid, Mac Zulia, quien tocó una serie de sus canciones influidas por el tropicalismo, Devendra Banhart y el folk de aroma caribeño. Estuvo acompañado por un percusionista. Estuvo un poco disperso, quizá nervioso. No nos impresionó, aunque sin duda merece una nueva oportunidad. Casi al final de su presentación apareció en tarima Armando Áñez (Americania, Recordatorio), quien también vive en Madrid, para tocar armónica.

Sala Copernico, Madrid, Spain, April 06, 2018 (© Oscar Ribas Torres)

Unos minutos después comienzan a sonar la batería (Andrés Sucre) y sintetizador (Carlos Sardi) en  un intro que recuerda al inicio de “Psycho Killer” de Talking Heads. Al unirse una de las guitarras (Juanchi Sucre) y el bajo (Andrés Belloso), y segundos después el cantante Luis Jiménez con su guitarra Rickenbacker, desembocan en “Caiga la noche”, el estupendo tema que da nombre a su segundo disco. Sin apenas pausa arrancaron con la fuerza de “El Paraiso” y de inmediato “Algo bueno”.

El disco Caiga La Noche fue tocado al completo, no faltó ningún tema. Siguieron con “Sr. Prudencia” y “Luna”, para completar los primeros cinco temas de ese segundo álbum con el público ya entonado. “Un segundo” fue el primer repaso a su debut Indeleble, con el que impactaron por primera vez.

Luis introdujo el sosegado tema “Riesgo” diciendo que en la vida había que arriesgarse a fallar.Siguieron entonces con “Juntos”, un tema midtempo con un sinte que sirve de guía. El público no paró de cantar cada canción y mover las cabezas y brazos. Y aún faltaba el segmento de mayor resonancia. “Aquí sigo” volvió a sus primeros tiempos, para entonces abordar “Caballo nuevo”, que es una de las composiciones que la gente cantó con más ahínco. “Retroceder” e “Indeleble” siguieron el repaso por el debut, ésta última unida con “Solo”.

A estas alturas, los cinco Mesoneros lucían cómodos, aunque era la primera vez en dos años que tocaban los cinco miembros originales, ya que el baterista Andrés Sucre no se fue con el resto a México sino que decidió irse a Barcelona, donde vive actualmente. Fue una fortuna que contaran con el luego de la repentina ausencia de Simón Hernández.

Terminaron el set con “Mientras”, una de esas canciones con aroma ochentero, muy new wave.

Obviamente nadie en la sala iba a dejarlos ir tan fácilmente. Jiménez regresó solo a tarima para pronunciar unas emotivas palabras dirigidas a todos los venezolanos que han tenido que abandonar el país obligados por la inverosímil situación política, económica y social. Su mensaje logró que aquellos que conversaban con una cerveza en mano pusieran atención y se produjera un conmovedor silencio que terminó en un gran aplauso y el comienzo de “Sabana”, composición inspirada por el legado de Simón Díaz, aunque no tenga nada que ver musicalmente.

El sensible momento dio paso a la recordada “Cuando llegue el momento” –su éxito primerizo– y “Sol rojo”, ideales para cerrar la jornada que jamás olvidarán, punto inicial de su introducción europea.

Juan Carlos Ballesta @jcballesta
Fotos: Óscar Ribas Torres @oscarribast