Inicio Ahi estuvimos Frank Quintero (Centro Cultural BOD, Caracas) (Abril 10, 2016)

Frank Quintero (Centro Cultural BOD, Caracas) (Abril 10, 2016)

Foto: Juan Carlos Ballesta

Centro Cultural BOD, Caracas

(Abril 10, 2016)

Tras una ausencia de los escenarios venezolanos de dos años, el conocido músico caraqueño radicado desde hace 10 años en Miami, regresó para reencontrarse con su público en un doble concierto de carácter íntimo bautizado apropiadamente “De vuelta a casa”, en el que contó con cuatro invitados: Gilberto Bermúdez (piano, teclados, guitarra, coros), Hiyanu Alcántara (coros), Viviana Kasa (cello) y Adolfo Herrera (percusión, batería).

El show, con la sala repleta, empezó con Frank al piano interpretando “Ya no somos los mismos” y “Sol de mis soles”, en un ambiente de complicidad con la audiencia que se puso de manifiesto desde el principio gracias a los cuentos y anécdotas que entre canciones fueron distendiendo a todos.

Tras ellos se mudó a la guitarra acústica y cantó “De paso” y “La luna negra”, secundado por unos efectos vocales para doblar su voz que le costó dominar. En “Raquel”, tema dedicado a su pareja e incluido en su reciente disco Natural, sufrió lo indecible para domar la pedalera de efectos y eso le quitó emoción a la canción, de la que previamente había explicado que al no saber que regalarle se le ocurrió hacerle una canción. En ella usó por primera vez la guitarra de cuerdas de nylon, que estuvo intercambiando demasiadas veces con la otra, forzando algunos pequeños tropiezos del técnico de tarima.

Para “La calle” y “Switch”, introdujo a Gilberto Bermúdez, actual vocalista de Aditus y con una larga trayectoria tanto en el universo pop como en el académico, quien a partir de ese momento se desdoblaría entre el piano acústico, el teclado, la guitarra y la voz. Una ayuda, sin duda, inestimable. “Después de tocar con tanta gente, es difícil estar solo en tarima”, reconoce Quintero. Invita entonces a Hiyanu Alcántara, quien permanecería en tarima en casi todos los temas restantes haciendo coros, con algunos momentos de especial protagonismo como en “Cuando tú me miras” y “No me atrevo a sentir”.

El tercer invitado, Viviana Kasa, apareció para encargarse del cello y darle un toque melancólico a “El sueño del delfín”, que habla de un amor no correspondido con una actriz venezolana que no mencionó. Frank introduce “Cuestión de fe” afirmando que “en momentos difíciles es lo que único que nos va a llevar hacia adelante”. Sorprenden entonces con una versión del clásico del grupo Kansas, “Dust in the Wind”, que no habían tocado la noche previa y que a decir verdad no entendimos mucho su inclusión. Fue, evidentemente, un divertimento.

No podía faltar en el concierto el segmento en el que Quintero se monta en la batería para recordarnos que su carrera comenzó con ese instrumento. Invita a Adolfo Herrera a tocar la percusión y luego intercambian roles en lo que el autor define como “canción caribeña” y que el público asiste con palmas. Fue muy corta esta intervención en batería y dejó con ganas de más.

De inmediato, Frank activa las pistas pregrabadas para interpretar su conocida canción “Miguel”, pero la versión resulta un tanto impersonal. La sigue con otro clásico, “Amantes de Luna llena” y una sentida dedicatoria al guitarrista Pablo Manavello, compañero de cuarto en los tiempos del Berklee College y posteriores aventuras musicales recientemente fallecido, con el tema “Adonde irán los buenos”. Otro de sus esperadas canciones prosiguió en la lista, “Baila conmigo”, con algunos efectos añadidos y un tempo quizá más lento. Tampoco faltó el homenaje a Simón Díaz con “Nube de agua”, que incluyó en Natural y un clásico que cumple 40 años, “La dama de la ciudad”, sin duda una de sus canciones más valiosas y representativas de su época con los Balzehaguaos cuando mezclaba temas instrumentales influenciados por el jazz fusión y otros en plan cantautor. Fue, por supuesto, su composición más antigua de la noche.

“Sin querer evitarlo” fue otro momento cantado por todos. Muchos la estaban esperando junto con “Química”, con Herrera en el cajón y Bermúdez en el piano. Ambas canciones pertenecen al exitoso disco “La calle del atardecer”, que fue el debut con el sello Sonorodven en 1985.

Ya habiéndose despedido y regresado, sonó una versión especial de “La chica de los 80” 8que en el reciente disco revisa como “Chica 2030”) en la que aprovechó para incluir otros temas emblemáticos de aquella década esencial para el pop venezolano, entre ellos “Algo eléctrico” de Aditus, “Zapatos de tacón alto” de Karina, “Me pongo a pintar” de Guillermo Dávila, y también “Amante bandido” de Miguel Bosé y fraseos de The Police y Simón Díaz.

La despedida fue con otra esperada, “Canción para ti” o “Cierra los ojos” como muchos gustan llamar a esa canción del estupendo disco “De noche y con poca luz” de 1980, la segunda más antigua que tocó en la noche.

Este show demostró que Frank Quintero sigue vigente, aunque por momentos nos hizo falta más veneno instrumental y menos loops y efectos.

Carla Montero/Juan Carlos Ballesta