Octavio Suñé
Centro Cultural BOD, Caracas
(Junio 8, 2016)
Un concierto de lanzamiento de un disco es siempre un acontecimiento muy especial, tanto para el artista como para su público. Es un momento en el cual se invierte mucha energía, tiempo, ensayos e ideas para presentar por primera vez un grupo de canciones que obedecen a un proceso común que las relaciona y que fotografían un período de tiempo.
Si una cosa quedó clara en este concierto de presentación de los temas del disco T.O.D.O., segundo como solista de Octavio Suñé, es su necesidad de expresar todo lo que le ha ocurrido en los últimos 6 años, los que separan de su álbum debut Esto ya lo toqué mañana.
Fue un show en el que Octavio se sintió lo suficientemente cómodo y relajado como para confesar el origen de algunos temas, hacer dedicatorias a su pareja actual, anunciar que será papá por tercera vez, invitar a su hija mayor a cantar, saludar a su familia presente y en especial a su nuevo suegro, bromear con el precio de los boletos y los panas que le piden entradas gratis…Y, por supuesto, la dedicatoria a su padre fallecido el pasado año tras un tumor cerebral, al que reconoció haberlo introducido en algunos autores como Joan Manuel Serrat y Charly García.
El arranque, como en el disco, fue con “Alguna vez” y “Amanece”, dos temas muy representativos, el primero con ritmo pausado y guitarra psicodélica y el segundo de rítmica más potente. Obviamente no podía faltar la representación de su debut y la primera selección fue “Callamos”, que la audiencia recibió muy bien. El repaso a T.O.D.O. prosiguió con “Conecta”, tema que habla de una relación entre dos personas. “La maga y el hechicero” transmitió la sensación onírica y surreal que esconde la letra inspirada en “Rayuela” de Cortazar, mientras que “Años luz” sonó a deja vu, no por casualidad fue compuesta para el inconcluso segundo disco de su antigua banda La Nave en 1998 y ahora arreglada y actualizada.
La primera invitada de la noche fue la cantautora Liana Malva, quien cantó a dueto “Puñal” teniendo más presencia vocal que la de Mariaca Semprún en el disco. Faltó algo de más ensayo, pero la participación se saldó positivamente porque la voz de Liana encaja muy bien.

Octavio se quedó solo con su guitarra electroacústica para interpretar la canción que da nombre a su debut, “Esto ya lo toqué mañana”. De seguidas, junto al percusionista Camilo de Castro, tocó la recordada “Girasol”, de Astro (1997), único disco de La Nave. Siempre es un tema esperado y Octavio lo sabe.
Uno de los momentos más emotivos y sorprendentes ocurrió en “Mi Lumia”, canción dedicada a su hija Lucía, a quien precisamente invitó a cantar. Su participación fue estupenda, con un temple no habitual para una niña de 11 años y lo que es mejor, afinada. También participó la cellista Ana Elba Domínguez, quien le proporcionó el toque melancólico a la primera parte de la canción. La banda fue entrando sigilosamente a escena y logrando un crescendo muy adecuado. Como era de esperarse, el público respondió con una sonora ovación, mezcla de admiración y ternura.
Continuaron con la pieza homónima, “T.O.D.O.”, con su aroma a Cerati y sus juegos de palabras en las que su autor relaciona todo en el universo. El momento de denuncia llegó con “Mentira”, escrita con indignación durante las protestas estudiantiles de febrero y marzo de 2014 y que Octavio confesó era su primera pieza realmente de protesta y cuyo contenido se extiende a la realidad mundial. Durante su interpretación se colocó una gorra militar de alto rango.
El concierto fue adquiriendo cada vez más intensidad, por ello “Sintonizar” sonó rabiosa y llena de elementos cuestionadores sobre el posible colapso de la sociedad actual. Para “Cruz del Sur, Cruz del Ávila” -especie de viaje entre su pasado y presente- invitó al versátil trombonista Joel Martínez y al fantástico armonicista Pedro Guevara, quienes se encargaron de darle un gran peso específico al tema que sirvió como primera despedida.
Suñé había bromeado con el “encore”, así que todos estábamos avisados. La banda regresó al escenario para interpretar en grande “Sabueso”, del primer disco, un excelente broche con Martínez y Guevara haciendo llamativos solos de trombón y armónica.
Hay que destacar el gran trabajo de la banda, conformada por el baterista Tomás Mena (Chucknorris, Le Merm, Joystick, Famasloop), el teclista Víctor Rodríguez (Los Humanoides, Chupi Lumpi y otros muchos proyectos), su amigo de infancia Luis Clavell en el bajo, el percusionista De Castro (cuya intervención vocal también fue destacable) y el guitarrista Héctor Miranda (Del Pez), quien se lució con varios solos de alta factura y excelentes ambientaciones.
Desde el punto de vista emocional y técnico fue un concierto redondo. Gran sonido, soberbio performance, canciones que atrapan…Solo faltó mayor afluencia de público, una circunstancia achacable al día de la semana (miércoles) y la paranoia en que está sumido el caraqueño cuando se trata de la noche. Otro aspecto que se extrañó, aunque no fue determinante, fue el apoyo visual, sobre todo teniendo en cuenta que Octavio se desempeña muy bien en ese campo profesional.
T.O.D.O. empezó con buen pie.
Juan Carlos Ballesta