The Maccabees
Sala Apolo, Barcelona, España
(Febrero 5, 2016)
The Maccabees, el quinteto británico de indie pop, se ha ganado merecidamente el respeto durante esta última década. Produciendo una gran cantidad de sobresalientes canciones, han construido una fiel legión de seguidores que se vio reflejada en este concierto barcelonés, el primero de sus dos conciertos en España, con los que a su vez cerraron la gira europea de su notable cuarto disco, Marks to Prove It (2015)
La noche comenzó con una breve aparición de Johnny Lloyd, ex miembro de Operahouse y Tribes, presentando las canciones de su primer proyecto en solitario, el EP Pilgrims, en el que se pueden presenciar influencias de bandas como The Kooks, The Cure y una que otra inflexión vocal de Richard Ashcroft (The Verve) y Damon Albarn (Blur, Gorillaz).
Después de una ansiosa espera, The Maccabees arranco con “Marks To Prove It”, primer sencillo de su reciente producción, un álbum concebido en su propio estudio Elephant and Castle, en el que practicaron, modelaron y registraron el disco, dedicado a los londinenses, su arquitectura y urbanismo.
Tras el sobresaliente comienzo, Orlando Weeks proyectó su pura y limpia voz en las melodías etéreas y gloriosas de “Feel To Follow”, tema del anterior trabajo, Given to the Wild (2012). Weeks, a pesar de ser el líder de la banda, es un tanto introvertido en comparación con uno de los guitarristas de la banda, Félix White, quien sonreía y animaba a lo largo del concierto.
The Maccabees no son realmente hombres del espectáculo, prefiriendo mantener sus conciertos sencillos, dando relevancia a la emotividad de sus canciones por sobre cualquier efectismo.
El quinteto desenvolvió la noche con un complejo setlist de canciones con un gusto impresionante que abarcaron sus cuatro discos y casi diez años de vida. Tanto “Love You Better” como “Precious Time” fueron un imán que produjo un singalong en todo el público. Mientras, el encanto de “Toothpaste Kisses” ofreció un momento de calma en medio del aluvión de melodías imparables.
Pero el momento álgido de su set en realidad se presento cuando uno de los guitarristas, Hugo White, tomo el micrófono para ofrecer una conmovedora interpretación de “Silence”, un claro elogio a su madre difunta.
Finalizaron con el himno frenético de la banda, “Pelican”, llevando a la Sala Apolo a un estado de locura antes de que todo se acabara, sin duda demasiado rápido y que nos hace desear que esta talentosa banda del sur de Londres siga brillando durante muchos años por venir.
Daniela Menéndez Ballesta
Foto: Daniela Menéndez B. Sala Apolo (Barcelona, España)