Venezolano de nacimiento pero indio de corazón, Dhá Maharaj es el ejecutante del tablá por excelencia en Venezuela. Es, además de virtuoso ejecutante, el autor del libro El fascinante mundo del tablá que fue publicado bajo el patrocinio de la Embajada de India en 2017. Digna de ser conocida por todos, hoy nos habla de su vida, trayectoria y pasión por un arte poco conocido en nuestras tierras.
Leonardo Bigott
La música india puede resultar, para el nuevo mundo, una excentricidad o una especie de elemento exótico cuyo uso sin un concienzudo estudio previo, puede dar como resultado obras engañosas distanciadas de la esencia real de una música que está ligada a un misticismo y a una cultura milenaria.
La realidad de esa música es mucho más compleja de lo que pueda imaginarse tanto melódica como rítmicamente. En ella existen varias diferencias en cuanto a estilos e instrumentación dependiendo de la región a la cual hagamos referencia. Sea del norte (hindustani sangeet) o del sur (carnatic sangeet), cuando hablamos de la música clásica o bien sea que hablamos de música popular, la música india exige no sólo un profundo estudio musical per se sino que también demanda un conocimiento de una cultura generalmente banalizada en historias fílmicas o relatos bajo una visión occidental que distorsiona de manera importante la realidad.
Sea música clásica, folclórica (balus, bhangra, rayastán, etc…), o la interacción de éstas con la música popular occidental o ajena a la India, igualmente requiere de un conocimiento profundo para su comprensión y posterior ejecución. Dhá tuvo la posibilidad de obtener ese conocimiento de primera mano viajando a la India para estudiar su música y más específicamente el tablá, instrumento de percusión semejante, en apariencia, al bongó. Como buen alumno, Dhá intentó, sin resultados favorables, buscar textos en español que mostraran diversos aspectos del instrumento. Fue entonces cuando decidió que debía escribir sobre el tablá.
Breves saludos vía Facebook finalmente consolidaron en una visita que originó la tan anhelada entrevista para conocer y compartir sobre la música india y este fascinante y complejo instrumento que en sí es un mundo, como bien lo describe Dhá en su libro.
¿Cuándo comenzó tu atracción por la música de la India?
En términos generales todo comenzó porque mi papá era piloto encargado de atracar los barcos de la petrolera Creole establecida en Judibana, península de Paraguaná, estado Falcón. Junto a mis cinco hermanos, mi padre y mi madre, vivía en los campos petroleros. En ese trabajo mi padre recibía muchos regalos, entre ellos discos. A él le gustaba mucho y en ese cargo era natural recibir, de los capitanes de barcos de diferentes banderas, diversos regalos. Desde chocolates hasta LPs, por lo que mi padre logró tener una colección de álbumes de diferentes estilos y géneros a los que yo, en consecuencia, estuve expuesto. Ello incluía música de India.
¿Escuchabas radio en esos días?
No realmente, pero papá tenía parlantes conectados por toda la casa, lo que significaba oír música en cualquier rincón de ella. También mi hermano se unió a la secta Krishna y debido a ello, yo solía también escuchar mantras y cantos.
¿Estudiabas música en esos tiempos?
Buscando mejoras nos mudamos a Carabobo siendo aún adolescente. En Puerto Cabello estaba la escuela Augusto Brandt donde quise estudiar flauta, aunque ya yo tocaba, pero las cosas fueron diferentes a como las idealizaba ya que debía estudiar dos años de teoría y solfeo antes de tocar el instrumento. Eso me deprimió notoriamente. Fue frustrante. En esos tiempos incursioné en varias agrupaciones. Una de las que más recuerdo fue Las Grietas del Tiempo, grupo conformado por guitarra, cello, flauta traversa y armónica, la cual yo tocaba.
¿Qué recuerdas de esos días?
Recuerdo que me gustaba mucho Jethro Tull y estaba muy influido por su música. También recuerdo un concierto muy improvisado en una congregación evangelista donde estaba un predicador quien al preguntar por el tema que íbamos a tocar quedó congelado cuando dijimos “Simpatía por el diablo”. Aquél concierto duró unos veinte segundos (risas).
¿Qué impacto tuvo ese hecho en ti?
Aparte de comprenderlo, no recuerdo más. Sí recuerdo, que como muchos, escuchaba a Rick Wakeman y a Emerson, Lake & Palmer. Me gustaban mucho los 3 celebres conciertos donde toco el maestro de maestros, el ejecutante del Sitar Pandit. Ravi Shankar (1920-2012) como son Monterey Pop (1967), Woodstock (1969) y The Concert for Bangladesh (1971). Aunque no era capaz de reconocer las diferentes corrientes del rock progresivo, si comprendía lo obvio. Debo acotar que no vivía de la música sino de otras actividades. Estuve en Estados Unidos, también en el Instituto de Comercio Exterior en Venezuela e hice otras cosas que generaron buenos recursos.
No. Yo seguía viajando a Estados Unidos y Europa. Así construí una importante colección de discos. También tuve un programa en La Emisora Cultural de Caracas 97.7 FM llamado Músicas y Esferas que duró unos cinco años. Allí ponía un disco de los Dagar Brothers que eran cantantes de música india especializados en el género dhrupad. Algunos señalan en este estilo el origen del cante jondo e igualmente el origen de la música gitana.
¿Eso te estimuló para iniciarte en la música india?
Claro pero ocurrió algo de lo que hoy me río. Fui a una tienda del centro y compré un tablá por 500 dólares. Nunca pagué tanto por uno y hoy en día me río. 100 dólares era un precio promedio.
¿De qué estamos hablando cuando nos referimos a la música clásica de India?
India es única en muchas cosas y una de ellas es la música. Existen dos estilos de música clásica en el contexto de la música india: la del norte, hindustaní sangeet, y la del sur, carnatic sangeet. Yo estudié la primera.
¿En que difieren?
Por mencionar algunos aspectos básicos en lo que difieren y no entrar en profundidades, podría decir que en ritmos, ragas, estructuras, instrumentos. No obstante, ambas están basadas en la improvisación y profundizan en todos los aspectos del raga (estructura melódica) y en ocasiones coinciden rítmicamente para desarrollar estas. La hindustani sangeet está influida por todas las invasiones de la que fue objeto India, especialmente la persa. La carnatic sangeet, a pesar de la incorporación de instrumentos occidentales como el violín, saxo y guitarra Mohan (guitarra modificada tocada como estilo Hawaiano) es el estilo más ortodoxo, que conserva la pureza de la música clásica India, según los libros sagrados vedas.
¿En dónde entra el tablá?
El origen del tablá no se conoce con exactitud pero a través de la historia hay documentos y relatos que evidencian ya su existencia en ciertas épocas. En lo espiritual se le atribuye a Lord Ghanesa, una deidad hindú con cabeza de elefante. Pero más allá de consideraciones populares y relatos épicos, algunas personas le atribuyen su creación al poeta y músico indio Amir Khusro (1253-1325) pero otros, sin embargo, se lo atribuyen a los mogol o persas quienes influenciaron mucho en la música India del norte y fue en ese entonces que a la llegada de los mogol el tablá tomo mayor relevancia en la música clásica y asumió la responsabilidad de mantener la rítmica y acompañamiento en lo vocal e instrumentos melódicos en general. También se dice, que el tablá evoluciono del pakhawaj, pues previa a la invasión mogol ya existía
¿Cómo surge tu interés por el instrumento?
Yo ya escuchaba música india y tenía una colección de varios instrumentos de percusión de varios países como congas, berimbao, olodum, bongó…que perdí en un accidente. El tablá fue el único en sobrevivir ese desastre. Mi relación con el tablá fue de amor a primera vista. Así que comencé a averiguar sobre donde poder estudiarlo. Una referencia fue David Courtney, músico e investigador. Sin embargo, durante una cena con mi esposa y mi hijo, me persuadieron de inmediato sugiriendo que me fuera a estudiar a la raíz, es decir a mi amada India. Y eso hice.
¿Quién ha sido el portador de la música clásica en el país?
En cuanto a la música clásica basada en ragas y talas (melodías y ritmos) no conozco a otro músico que haya estado trabajando en ello además de mí, pero he visto agrupaciones más que todo basadas en mantras. Es Mumbai 16, mi grupo, donde hago todo este trabajo bajo los auspicios de la Embajada de India.
¿Por qué Mumbai 16?
El número alude a un ritmo de 16 pulsaciones llamado “tintal” que es el padre de todos los ritmos del norte de India y el nombre, con ‘i’ latina, es una suerte de broma para los indios, pues debe ser Bombay o Mumbay, como originalmente es el nombre de la ciudad ubicada al sur oeste de India. Toqué también tablá como invitado de instituciones espirituales con tendencias al hinduismo como son Ananda Marga, los Krishnas, el Siddha Yoga y seguidores de Sai Baba.
Sobre tu educación musical en India, ¿Qué puedes contarnos?
Viajé a estudiarla hace diez años y estuve unos cuatro años en ello, además de muchas vivencias en lo musical y espiritual, e incluso metafísicas. Viví la mayor parte del tiempo en Varanasi, la ciudad sagrada. Mi primer profesor no fue una buena experiencia porque sentí que estaba más por el dinero. Pero luego conocí al maestro de maestro Pandit Kishan Maharaj (1923-2008), mi Baba Gurú (padre que guía) quien era el cuarto en dinastía de un estilo de tocar tablá llamado Benares Gharana. Aunque tuve que dejarlo por “motivos mundanos”. Así que fui al Instituto Gandharva Mahavidyalaya en Nueva Dheli, el más antiguo de India. Allí aprendí entonces el estilo Dili.
¿Qué te motivó a escribir un libro sobre el tablá?
Esencialmente porque en mi investigación encontré que no había literatura en español sobre el instrumento. Está estructurado en 27 capítulos donde hablo, además del instrumento, de la música india, otros instrumentos, grabaciones, composiciones, los bols (golpes) y otros aspectos esenciales para la comprensión sobre como tocar el tablá. La publicación fue posible gracias a los auspicios de la Embajada de India en Caracas.
El libro no está a la venta para el público en general. Hemos hecho un tiraje de 500 unidades destinadas a medios, músicos y las principales bibliotecas de las universidades del país. Ya disponible en las bibliotecas de la Universidad Metropolitana, Universidad Simón Bolívar y Universidad Central de Venezuela.
¿Qué significado encierra tu nombre?
Dhá es la combinación de dos golpes del tablá (Ge y Na), que se toca al unísono con ambos tambores (Bayan y Dayan), una letra del alfabeto hindi y también la nota LA en la escala (Sa,Re,Gha,Ma,Pha,Dha,Ni) de la música india. Maharaj es el apellido de mi Baba Guru
Sobre tus planes inmediatos…
Seguir tocando, dando conciertos, charlas, talleres…