Despedimos al querido y respetado periodista, editor, escritor de culto, guitarrista y rockero venezolano, una pérdida que costará procesar y aceptar
Desde principios de los años 90, este caraqueño con genes musicales provenientes de su abuelo el compositor Moisés Moleiro y su madre la pianista Carmencita Moleiro, gravitó sobre la escena rock caraqueña con grupos como Los Grillos Mientras Tanto o Los Cacri.
La actividad musical la compartió con el periodismo, profesión que le permitió participar en la dirección editorial de varias publicaciones, desde Dmente a UB hasta la web El Estímulo.
En tiempos recientes, desde Buenos Aires, formó el grupo Oso Carolina y se había revelado como escritor, dejando los libros “Crónicas Psicotrópicas” y “Los Orígenes del Odio”, en los que desarrollo un estilo personal.
Perder a Eric Colón es quedar huérfanos de un creador polifacético y necesario, y sobre todo una persona cercana, sincera y pana.
Juan Carlos Ballesta
El rock venezolano ha contado con personajes de muy variada índole. Desde los años 90, Eric Colón Moleiro (1974-2022) compartió su pasión por la guitarra y el rock, con el periodismo y su rol como editor de revistas. Más recientemente también como escritor.
Su paso por la recordada banda Los Grillos Mientras Tanto y posteriormente con Los Imposibles, Escuadrón Capote y Los Cacri –todos grupos que se movieron dentro del underground caraqueño–, así como de la banda de Trece, lo mantuvieron siempre ligado a la escena musical capitalina, aunque con cierta inconstancia producto de su actividad periodística –Eric es egresado de la UCV–, que fue la que le dio de comer.
Tras ser parte del equipo fundador del recordado semanario Urbe, decidió darle forma a Dmente, que se convirtió en una revista de culto a comienzos de este siglo. Luego pasó por la dirección editorial de otras publicaciones: Zero, Contrabando, Diario La Mentira, Antesala, Revólver, La Gente, Blitz…
Colón dirigió con éxito UB (antes Urbe Bikini), al tiempo que emprendió una carrera musical como solista con el proyecto CALL-ON (nombre relacionado con su apellido), con el que editó el disco Fantasma, una producción independiente, completamente autogestionada.
En esa aventura participaron Andrés Astorga (Trujillo) y Roberto Castillo (Telegrama), quienes grabaron y produjeron el disco, con el diseño gráfico de La Marca y una llamativa foto de Amada Granada.
Eric Colón siempre estuvo claro. No tocaba para ganar dinero, eso le llegaba del periodismo. Ambas actividades las compartía y manejaba con pasión.
En Buenos Aires emprendió otro proyecto llamado Oso Carolina, junto a Valeria Josefina (Skin, Violenta Josefina), Gustavo Plaza Arteaga y Agustín Bozzo.
De conversaciones en distintos momentos y circunstancias, confeccionamos este entrevista que sirve como homenaje póstumo al querido y respetado Eric Colón Moleiro.
Los tiempos verbales los hemos mantenido para mantener a Eric como memoria viva.

Desde los años 90 has estado ligado al rock, aunque pareciera que lo transitas por un sendero tangencial. ¿Cómo defines tu devenir por el rock, habiendo estado en varios grupos que nunca llegaron a tener éxito masivo?
Más bien por un sendero muy personal, la música me viene de mi familia, tiene que ver con la calidez de la casa, con esa inspiración que sólo puedes lograr en la intimidad del lugar de donde provienes, con componer melodías desde que tengo memoria.
Así como el hijo de un chef cocina bien, a veces sin siquiera saber porqué, en mi caso la música es un hábito de mi genealogía, siempre ha estado ahí. Mi paso por el rock ha sido accidentado, y es un poco como he entendido la escena por la que ya he transitado desde principios de los 90 como dices, también ha sido como una disciplina religiosa y también sufres, la pasas mal, pierdes amigos, pierdes dinero, pero sigues haciéndolo como un zombie.
Y es un poco de ahí, de esas experiencias, que viene incluso mi inspiración al componer, es algo que pasa con el disco Fantasma, que es un auténtico manifiesto biográfico, un juego mío, conmigo mismo casi masturbatorio.
¿De todas tus experiencias con bandas cual es la que más te marcó y por qué? ¿Qué momentos relevantes destacarías del rock venezolano de estás últimas dos décadas?
Creo que quizá fue con Los Grillos Mientras Tanto a principios de los 90 la que más me marcó, porque fue un poco descubrir la escena, pero también que la escena nos descubriera a nosotros.
Fue develar ese gran misterio de lo que llamábamos “Rock Nacional” siendo aún muy joven, fue alternar con Los Amigos Invisibles en el momento en que estábamos naciendo todos y rasguñar el esplendor de cierta “famita” foránea.
Sin embargo, fue mayor la rueda con otras bandas como Los Cacri, grabamos más y tocamos mucho más, pero de repente Los Grillos por ser la primera agrupación “seria” en la que estuve queda un mayor recuerdo.
También fue la única de esas bandas premiada, ganamos el mejor video clip del VIART con el video de “La Tecla Del Amor” que esta en YouTube, quedamos muy bien en el Festival Nuevas Bandas de 1994 y fue como más oficial la cosa.
¿Qué momentos relevantes destacarías del rock venezolano de estás últimas décadas?
Pienso que sí ha habido muchas gratificaciones internacionales y reconocimientos importantes, pero hablando propiamente del rock venezolano creo que son dos grandes momentos, uno a principios de los ochenta con el nacimiento del new wave y el punk local con PP’s o la Seguridad Nacional y otro a mediados de los noventa en los primeros años de la Fundación Nuevas Bandas, el grunge que entró durísimo, Dermis Tatú, La Puta Eléctrica, Roldan Ayata, Los Gusanos.
Sin embargo, creo que ahora estamos presenciado un gran momento, toda esta peculiaridad política nos ha hecho más creativos, más prolíferos sin duda.
¿Qué tanto te influenció tu abuelo Moisés Moleiro? ¿Llegaste a convivir plenamente con él?
Si, viví con él siendo un niño y probablemente sea mi principal influencia. Su música la escucho desde el vientre materno al ser mi mamá Carmencita Moleiro, la principal intérprete de su obra y la parte de abajo del piano de mi casa era mi patio de juegos cuando era un niño. Su música está en mi cabeza así no quiera.
Mucha gente te conoce más por tu faceta periodística que por la musical. Pareciera que la música funciona como un escape, como una actividad paralela con la que puedes drenar. ¿Qué peso tiene en tu vida tu rol como músico?
Es una mentira que en Venezuela y la mayoría de los países latinoamericanos vives siendo un músico de rock. Quién lo diga engaña o tiene una enorme cuenta bancaria o es hijo de los dueños de alguna gran empresa o algo parecido.
He vivido gracias a mi carrera y desde que me fui de mi casa, como de lo que escribo, y escribo de lo que como. Sin duda ha sido mi nicho profesional y mi posibilidad de superación intelectual y de poder optar por cierta calidad de vida.
Ser músico tiene que ver con mi naturaleza, con lo que soy, con lo que corre por mis venas aunque hago periodismo y música con la misma pasión.
Has pasado por la dirección editorial de varias publicaciones, desde aquella Dmente que se transformó en una revista de culto, hasta tu participación en UB y El Estímulo ya en web. En perspectiva, ¿Cuál crees que ha sido tu aporte como periodista y cómo has contribuido al rock desde esa posición?
No he hecho nada en lo absoluto salvo entrevistar algunas bandas o músicos que a mí –en lo personal– me parecieron buenos. El rock nunca ha sido mi fuente. No me gusta ir evangelizando con movimientos de ningún tipo.
Fantasma es la primera incursión como solista. ¿Qué te llevó a emprender este camino en solitario?
Después de Los Cacri quedé con muchos temas suspendidos en el aire pero no los reciclé. Decidí deshacerme de todo eso y componer en función de la experiencia que estaba pasando en ese momento, con la separación de la banda pero con muchas otras que sucedían en mi vida, ser padre, darme cuenta de una perspectiva sobre la vida y muerte y la forma en que nos perpetuamos en este planeta.
Tuvo que ver con cierta epifanía filosófica muy personal. Las canciones aparecieron ahí. Nueve temas, utilizando piano Rhodes, Minimoog, Eco Space, todos los juguetes…
¿Qué música te estremece y te mueve? ¿Cuáles son los discos que más te han influenciado y lo que escuchas habitualmente?
Toda la discografía de The Beatles. La música clásica sobre todo los románticos Franz Liszt, Frederich Chopin, la salsa brava, el rock en español desde los ochenta, Beck, Air, The Strokes, Elliot Smith, Serú Girán.