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Fasenuova: el placer de romper moldes y cruzar fronteras

Fasenuova

No son un grupo nuevo, pero es como si lo fueran. No son un grupo outsider, pero su sonido se construye desde la marginalidad de la industria musical. Funcionan como una entidad creativa libre de corsés, decidida a moverse con la franqueza que exigen los procesos creativos que no obedecen a normas. Tienen referencias, como no, pero solo para habitar un universo estético similar que puede inquietar a muchos y enganchar a otros.
Son Roberto Lobo y Ernesto Avelino, dos asturianos que hace 11 años decidieron reorientar sus inquietudes musicales bajo el nombre de Fasenuova. Descubrirlos es abrir una puerta a un mundo lleno de sorpresas.

Juan Carlos Ballesta @jcballesta

 

En 2006, año en que comenzó Fasenuova, se despedía Manta Ray, una de las más interesantes bandas surgidas de Asturias (en específico de Gijón) y que comandó el llamado Xixón Sound, una de las escenas más prometedoras de España. Dentro de ese panorama, Fasenuova rompía con todo, apostando por un sonido que mezclaba el noise con lo mejor del industrial, el EBM y el synth pop más oscuro de los 80 con la mente en el nuevo siglo. Sin duda, una propuesta para confrontar.

Su primer trabajo fue un trabajo compartido con Angel Dust en 2007 y tuvieron que pasar cuatro años para que apareciera su primer álbum, el inquietante A la quinta hoguera (2011). A partir de ese momento, el dúo creció. Tras un single (Disimulando) y un EP (Cachito Turulo Remixes), ambos lanzados en 2013, apareció el fantástico disco Salsa de cuervo (2013), un manifiesto descarnado de melodías y ritmos sintetizados con voces angustiosas. El pasado año hizo su aparición Aullidos metálicos (2016), otro puñado de temas llenos de crudeza.

Siempre es retador enfrentarse a una banda que no está dispuesta a hacer concesiones y cuyo norte es romper moldes, resquebrajar clichés y en definitiva alterar nuestro proceso emocional.

Conversamos con este par de inquietos lobos ibéricos herederos del legendario Don Pelayo, cuyo epicentro de operaciones es Mieres, atractiva localidad que una vez fue un importante centro de explotación de minas de carbón, actividad en declive pero que ha dejado huella, como se nota en el sonido de Fasenuova, que a veces pareciera venir de las profundidades de una mina. Queda ubicada en medio de las frondosas montañas de la región más boscosa de España.

Haciendo un poco de historia, ¿Cuándo surge la semilla de Fasenuova y comienza a germinar? ¿Cuál fue el detonante para darle forma al dúo?

En el año 2006 decidimos cambiar el nombre de la banda por el de Fasenuova, que era una de nuestras canciones. Llevábamos unos años tocando juntos bajo la denominación de Goodbye, un nombre puesto un poco a colación del hecho de vaciar de público todos los conciertos, debido a la cantidad de ruido que generábamos. Con Fasenuova empezamos a trabajar estructuras estables, no improvisadas, tramos de música, que podrían llamarse canciones, que se podían repetir.

¿Cómo han encajado en la escena asturiana primero, y luego en la de España, tratándose de una propuesta de espíritu punk, industrial y por consiguiente no exenta de crudeza?

Tardamos mucho en ser valorados en Asturias (Asturies, como se escribe en asturiano) y todavía hoy en día seguimos siendo una anomalía. Asturias es un lugar que sobre todo se puede denominar como rockero, en la peor de sus acepciones. Es el punk rock con todos sus clichés y copias de la copia y de la fotocopia de la copia lo que más ha tenido predicamento por aquí. Todo ese rollo de murciélagos, vampiros y momias, con diversión entendida como lo «ye-ye», que en realidad es puro franquismo. Aquí se entiende por «meter caña» tocar la guitarra con un ampli de válvulas, nada más. Gusta mucho Motorhead, y en su momento, cuando nosotros empezábamos, arrasaba con todo el grupo Sex Museum, que era una clara imagen de lo caduco, del pasado. Es como si la música se hubiese quedado quieta en una imagen anterior a tantas cosas que habían ocurrido. Para nosotros era imposible no responder a nuestro tiempo, con la música de nuestro tiempo, sin revival. Al menos nuestro intento era romper con todo aquello, que para nosotros eran unas cadenas musicales y estéticas. Nacimos para dar la espalda a todo lo que nos rodeaba y abominábamos del rock and roll entendido de aquella forma, habiendo perdido todo su carácter de peligro, toda su subversión. El rock universitario español de los años 90 era una manifestación del adocenamiento. Era el rock de los hijos de papá.

En el sonido del grupo se escuchan ecos en mayor o menor grado de Derribos Arias, Esplendor Geométrico, Throbbing Gristle, el primer Cabaret Voltaire, DAF, Suicide y en general del synth pop europeo más oscuro de los 80, elementos del sonido industrial, el darkwave e incluso de Javier Corcobado eléctrico. ¿Podrían comentar de sus inspiraciones?

Todas esas bandas y otras muchas más, como The Residents, Whitehouse, Coil, Swans, nos han influido mucho. Pero nos gusta pensar que quizás lo que más nos han enseñado todos nuestros referentes es a intentar ser nosotros mismos, a no ser una de sus copias. Son ejemplos de artistas que han encontrado su voz, su expresión. Nosotros caminamos hacia nosotros mismos, con influencias claras, esto es así, pero que se quedan en la parte primigenia, como si fueran un vago recuerdo. A la hora de salir a campo abierto nos gusta ir desnudos, con el único propósito de ser dientes a todo lo demás y de romper las fronteras formales de la música.

Fasenuova¿Qué viene primero a la hora de componer, un texto, una melodía o una estructura rítmica?

Tenemos un método de trabajo que denominamos «all up test». Con todos los elementos surgiendo de la nada a la vez. Hacemos largas sesiones de improvisación donde tanto como el ritmo, las partes más melódicas, o lo que sean en cada caso, y las voces con las letras, nacen a la vez, enlazadas entre sí por el hecho de su origen simultáneo.

Los títulos de los discos (A la quinta hoguera, Salsa de cuervo, Aullidos Metálicos) y de muchos temas, sugieren una relación entre tradiciones ancestrales, la vida moderna y el entorno industrial, entre la sordidez de la noche invernal y la luz quemada del invierno. Asturias probablemente sea un entorno ideal para desarrollar esa dicotomía entre lo rural y lo urbano. ¿Qué tanto hay de una cosa y de otra?

Es nuestra realidad, hace poco una amiga nos decía que todos los asturianos somos de pueblo. Hemos convivido con la industria y con la vida en el monte a la vez. Nuestro lugar en el mundo es montañoso, boscoso, húmedo, verde. A ese verde le contrastaba el negro de las escombreras de las minas de carbón. O los grises y las antorchas de fuego de las fundiciones, acerías y altos hornos. Primera y segunda naturaleza en amalgama salvaje. Es impresionante ver cómo la maleza se adueña de las ruinas industriales que pueden encontrarse por sorpresa en el recodo de un camino.

Si tuvieran que destacar tres canciones de su repertorio como las más representativas, ¿Cuáles elegirían y por qué?

De entre todas las que hemos publicado, porque entre las que no hemos mostrado a nadie también están algunas de nuestras favoritas, aunque ahora no viene a cuento explicar con detalles el porqué de nuestras selecciones eliminatorias, tenemos que empezar por “Vamos a bailar a la noche”, que quizás fue el tema que más hizo por nosotros llegado ese momento. Luego “Cachito Turulo”, remezclado en su día por Marc Piñol, Legowelt y Gerald Donald. Para terminar la pequeña selección nos quedamos con “Bailas perfectamente”, de nuestro último LP. Añadimos “Hell Angel”, por muchas razones profundas en la historia creativa del grupo.

¿Con que sueña Fasenuova?

Con seguir, con el siguiente trabajo, con el momento de componer la próxima etapa. Con romper con las cadenas de la música. También tenemos muchos conciertos por delante este año que serán momentos muy especiales para los dos.

¿En qué lugares les gustaría presentarse?
En Latinoamérica y en Asia. Por poner dos amplias zonas que nos fascinan. Eso no excluye cualquier lugar del mundo. Pensamos que existe mucha gente que podría reaccionar bien y con atención a lo que hacemos en directo, como pasa cuando lo hacemos aquí. Sin vernos en directo no se conoce lo que somos y lo que hacemos. Además es una de nuestras pasiones, nos gusta grabar y componer, lo mismo que subirnos a un escenario, ese momento tan diferente a todos los momentos de la vida. Nosotros no nos subimos a un escenario, lo asaltamos. Morimos de ganas de hacerlo más por todo el mundo.

¿Qué es lo próximo de Fasenuova?

Pronto saldrá un remix muy especial, distinto a todo lo que hemos hecho y cuando acabemos la gira en la que estamos envueltos en España nos pondremos a componer nuestro próximo largo, para el que tenemos muchas ideas.