El caraqueño Joel Martínez es el vivo ejemplo de constancia, determinación y superación. Pudo haberse perdido por el camino, como tantos músicos con talento que se auto sabotean, pero él pudo superar la difícil etapa adolescente cuando tuvo que enfrentarse tempranamente -como el mayor de tres hermanos- a la prematura muerte de su padre. Como todo liceísta quinceañero, el foco no lo tenía tan claro, pero la música ya había aparecido con fuerza suficiente como para llevarlo por derroteros adecuados.
Afortunadamente, Joel contaba con profesores que lo metieron de nuevo en el camino correcto y media vida después, a los 30 años, es uno de los más grandes y cotizados trombonistas de Venezuela, además de compositor y arreglista.
Juan Carlos Ballesta
Como a tantos niños venezolanos, a Joel le dieron primero un cuatro, también una guitarra. Pero no sintió mucho interés ni apego por las cuerdas. El cuatro terminó roto en la cabeza de un amiguito de colegio. Su padre era amante de la salsa y eso lo expuso desde pequeño a grandes del género como Héctor Lavoe, Ruben Blades y sobre todo Willie Colón. Esa cercanía lo fue permeando, aunque aún no había llegado el momento de su elección definitiva, aunque sabido es que el trombón en la salsa es un instrumento capital.
Su papá era músico empírico y gracias a él se introdujo en la música, tanto que terminó siendo el que ensañaba a su papá los rudimentos del pentagrama.
Su primer encuentro con la guataca salsera ocurrió de forma fortuita en el ascensor de su edificio. “Un día llegaba de la escuela de música con el trombón y un vecino con el que me monté en el ascensor me pregunta si tocaba salsa. Le dije que sí, pero en mi vida había tocado nada de salsa. Me comenta que tiene un grupo llamado Son Camaguey con el que tocaban en fiestas y algunos otros lugares y que le hacía falta un tercer trombón. Me pregunta si estoy dispuesto. Yo era menor de edad así que pedí permiso a mi papá, que me lo dio. Así que me vi envuelto con músicos que me doblaban y triplicaban en edad y con muchísima experiencia. También en ese ambiente fiestero. Fue un aprendizaje tremendo”, rememora con cierto deje de nostalgia.
“Allá en Guarenas también forme parte del grupo de ska, Skanibal, experiencia que me sirvió, porque en 2002 toqué un tiempo corto con Desorden Público, en una etapa en la que estaban reformando la banda”, agrega mientras nos tomamos un café con unas caracolas de canela.
Joel vive desde hace unos años en Caracas, Bello Monte para ser más precisos. En la terraza de su edificio, bordeado por la montaña y con el Ávila al frente, Lisandro García le filmó un estupendo video en vivo de la canción “Espontáneo” en formato cuarteto (con Orestes Gómez, Gabriel Chakarji y Freddy Adrián), perteneciente a su disco debut como solista Mirando de lejos (2016), un trabajo de altos quilates en el que se muestra también en el rol de compositor y arreglista. Un paso muy relevante tratándose de un músico que ha tocado con muchísimos y muy variados proyectos, pero siempre en como acompañante. El momento de demostrar su eclecticismo y don de líder le llegó.
El Sistema y los profesores claves
Siendo niño, Joel comenzó a estudiar en las escuelas Ambrosio Plaza en Guarenas -donde vivía para entonces con su familia- y Vicente Emilio Sojo en Guatire, ambas Núcleos del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles. Posteriormente entró a estudiar en el Conservatorio Simón Bolívar y finalmente en el IUDEM (Instituto Universitario de Estudios Musicales, hoy convertido en Unearte), cuando estaba ubicado en Chuao.
Durante ese recorrido, Joel exploró varios terrenos, de lo académico a lo popular, expandiendo sus notas por el mundo de la salsa, el ska, el jazz y la música pop.
Uno de sus grandes maestros fue José Antonio Abreu, un aprendizaje de gran importancia en su formación musical. Con el Sistema viajó por toda Venezuela y también por algunos países, siendo todavía muy joven.
“Abreu nos ponía a trabajar mucho, con ensayos que duraban horas y horas. Cuando uno se mostraba cansado, el Maestro soltaba una de sus expresiones que se le quedan a uno grabadas para siempre. ‘Para descansar, el descanso eterno’. Entonces nos decía que éramos muy jóvenes, que nos estiráramos un poco y siguiéramos. Sus enseñanzas son infinitas, las palabras tan sabias que usaba en cada ensayo o en las reuniones, un ser de luz, con una sabiduría increíble”, recuerda Joel con sumo agradecimiento. Fueron, sin duda, años duros pero de gran provecho.
Los profesores han sido vitales y determinantes para él. A Duvardo Echarry, trombón bajo de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, lo tiene en un sitial de honor. “Fue un ángel en mi vida. Además de darme ejemplo como ser humano por su nobleza, me proporcionó gran enseñanza acerca de la técnica del trombón”, confiesa Joel, a lo que agrega: “Echarry fue como un segundo papá para mí cuando estaba algo perdido, muchas veces me pasaba recogiendo por mi casa y no tenía que pagar el pasaje hacia Caracas. Me regañaba si notaba que había estado bebiendo ron con mis amigos, incluso una vez me vio una botella en el morral y aquello me dio una pena enorme, pero sirvió para que me hiciera reflexionar. Por su tamañote hasta me daba miedo contradecirlo (risas)”.
Joel supo elegir, dejó las parrandas estudiantiles y se enfocó en la música. La muerte de su padre por leucemia cuando tenía apenas 15 años lo marcó, ya que siendo el mayor de tres hermanos tuvo que enseriarse.
Otro de sus grandes profesores fue Gerry Weil, con quien quería estudiar algo de piano y armonía. “Lo llamé un día y me dijo que no tenía espacio en su agenda, pero que le diera un chance que él me llamaba. Así fue, recibí su llamada para decirme que podía recibirme un día de semana a las 7 de la mañana, lo cual para mí era terrible porque debía subir desde Guarenas. Pero no desaproveché la oportunidad”. Joel terminó siendo parte del fantástico septeto de Gerry que tocó en el Concierto #22 de Ladosis, junto a Nené Quintero, Rafael Greco, “El Amarillo” Vivas, Gonzalo Teppa, Simón Hernández y McKlopedia como invitado. “Gerry Weil me enseñó y me sigue enseñando cada que vez que compartimos, un espíritu joven y un estudiante incansable”. El maestro también se expresa de manera muy positiva sobre su alumno, tal como queda plasmado en las notas del disco debut.
Las grandes referencias
Joel Martínez estudió al mismo tiempo que el trompetista Gerald “Chipi” Chacón, con quien entabló una gran amistad que se extendió al resto de su familia, compuesta por su hermano Eric (saxofonista y flautista), el padre Gerardo (bajista y arreglista) y su madre Xiomara (fallecida lamentablemente el pasado año). En casa de los Chacón, cuando tenía 15 años tuvo una revelación, una especie de epifanía, cuando escuchó el disco We Will Meet Again (1979) del pianista estadounidense Bill Evans. “Tenía quince años cuando escuché a Bill Evans y apenas sonaron esos primeros acordes de “Comrade Conrad” que es el primer tema del disco mi cabeza estalló, me identifiqué tanto con aquel sonido que sentí la necesidad de buscar todo acerca de Bill, tanto que hoy en día creo tener más de 50 discos de él, inclusive una colección de grabaciones en vivo que me facilitó mi amigo Maurice Melo, videos, biografía, etc. etc. Soy un gran admirador de su trabajo, su aporte a la música y al arte en general del siglo 20 es invaluable”.
A partir de ese momento, Joel se adentra en la música de manera total. Y cuando se le pregunta por músicos admirados, influencias o simples referencias, afloran atropelladamente todo tipo de nombres, del jazz, de la música académica, el pop, la música brasileña, la salsa, la canción de autor, la nueva trova…“Entre mis músicos favoritos están Rachmaninov, Chopin, Debussy, Bach, Charlie Parker, Bob Brookmeyer, Bill Watrous, J.J Johnson, Frank Rosolino, Michel Petrucciani, Chick Corea, Keith Jarrett, HerbieHancock, Glenn Gould, Miles Davis, John Coltrane, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Joe Henderson, Fred Hersch, HermetoPascoal, Antonio Carlos Jobim, Pat Metheny, TootsThielemans, Larry Schneider, Tom Harrell, Arturo Sandoval, Paquito de Rivera, Jim Hall, Luis Alberto Spinetta, Michael Jackson, Avishai Cohen,Michel Legrand, Bud Powel, Astor Piazolla, Bobby Mcferrin, Cheo Feliciano, Ilan Chester, RubenBlades, Willie Colón,La Sonora Ponceña, Pedro Aznar, Tito Rodríguez, ElianeElias, Joan Manuel Serrat, Rafael Greco, Guillermo Carrasco, Ed Motta, César Camargo,Tania Maria, Benny Golson, Alicia Keys, Andy Martin, GerryWeil, Pablo Gil, Gerardo Chacón, Silvio Rodríguez, Joseph Alessi, ViktoriaTolstoy, Claus Ogerman, Tommy Flanagan, Chucho Valdés, Pablo Milanés, Irakere, Richard Bona, Quincy Jones, Gonzalo Rubalcaba, Joao Bosco, Jaco Pastorius, Antonio Lauro…(risas). Acabo de darme cuenta de que soy un melómano loco, me encanta la música definitivamente”.
Joel respira música. Su trombón esparce vida.
