Inicio Ahi estuvimos La Femme (Koko Theather, Londres) (Nov 24, 2015)

La Femme (Koko Theather, Londres) (Nov 24, 2015)

Foto: Gabriel Meza

La Femme

Koko Theatre, Londres

(Noviembre 24, 2015)

Apenas escuchar los primeros minutos del Psycho Tropical Berlín, único álbum de La Femme, me vino a la mente la definición de “krautrock francés velvet undergroundiano”. Kraut por la electrónica y base rítmica a lo Kraftwerk/Neu!/Can, francés por lo seductor e irreverente sabor franco latino y velvetiano por el carácter psicho-noir y demoledor de los temas en su progresión adictiva.

Por supuesto después de escuchar el disco entero, me di cuenta que La Femme es eso y muchísimo más. Es como un revival ecléctico del cold wave franco-belga de finales de los 70. La Femme se alimenta de Brian Wilson y el surf pop de la costa oeste más garajero de 1962 , pero auténtico, pues la banda se forma en Biarritz, paraíso del surf europeo. Por momentos suena a Amon Düül II, en otros a Devo, a rockabilly, doo-woop, new wave francés, y todos aquellos territorios donde una guitarra surf abrasiva, teclados crudos vintage de todo tipo, voz de swingin’ mademoiselle y ritmo infeccioso tipo Can en 1971 o The Cure en 1981, nos pueda transportar.

Luego de oírlo muchas veces paso la difícil prueba de aquellos que intentan un sonido kisch hibrido pero se quedan atorados en su arroz con mango. La Femme triunfa en su recreación de Kraftwert encerando robóticamente las tablas de surf de los Beach Boys. Así que apenas me enteré de un concierto aislado que coincidía con mi viaje a Londres, me compré la entrada de inmediato. Buena decisión, las entradas se agotaron rápido y hubo que fijar una fecha adicional del 2016 en un local londinense tres veces más grande.

Así que ni la fractura de peroné a nivel del tobillo ocurrida cuatro días antes me pudo detener el día del concierto, cojeando agarre mi autobús y llegue hasta el legendario Koko inaugurado en 1900 con el nombre de Camden Theatre (The Music Machine entre 1977-82 y Camden Palace hasta 2004), escenario por donde pasaron los Stones en los 60, Roxy Music, Sex Pistols y The Clash en los 70, The Fall en los 80 y Radiohead en los 90. Como veterano de mil batallas, apenas entré, cojeé hacia el bar, me compre un vasote de cerveza y procedí a ubicarme lo más cerca posible del escenario, donde ya estaba tocando Bon Voyage Organisation, grupo francés de música funky, el cual me recordó  a los amigos invisibles, solo que ninguno de los músicos alcanza la talla de los venezolanos. Su música me sonaba sosa, aunque el público bailaba muy alegre.   A Dios gracias, no tenían timbalero, no hay nada que me dé más pena ajena que un timbalero argentino o europeo.

Apenas termino el set, me dispuse a atacar, pues sabía que muchos delante de mí irían a rellenar los vasos o a vaciar las vejigas. Era la oportunidad de migrar a mejores posiciones en el campo. El escenario presentaba tres teclados frontales, con la sensual Clémence al centro, Sacha y Marlon en los extremos. Detrás el resto del sexteto.

Sin mucho preámbulo arrancaron con el explosivo “Amour dans le motu”, segundo track de su álbum inyectando al teatro una sobrecarga de energía que me estremeció de verdad. Tenía siglos que no asistía a un concierto donde la gente bailara desinhibida, y menos aún desde la primera canción. Lo que transmite La Femme es difícil de describir y lo que más se acerca es a un concierto de Mano Negra en sus mejores tiempos. Solo que en vez del feo de Manu , la vocalista es una francesita delgada que cautiva con su imagen inocente/femme fatale  exudando Charme Parisien. Opuesto a la calma feroz de Clémence , el líder de la banda es sin duda Sacha (compositor) quien causaba gritos histéricos de las tres madrileñas que tenía al lado que gritaban piropos subidos de tono en español pensando que nadie las entendía.

La música de La Femme en vivo empieza con un cañazo al estómago y no permite recuperar el aliento hasta que termina el concierto. Para la segunda canción que ya no recuerdo cual fue, el teatro completo había estallado en ese estado de histeria colectiva que tanto me gusta de los conciertos y que es tan difícil de alcanzar en aquí en Estados Unidos. Había oído que el público inglés es muy exigente y no se alborota por cualquier cosa, pues no. Pienso que fue el efecto psicodélico de tantos teclados lisérgicos sonando al mismo tiempo. La Femme maneja muy bien su escena, histrionismo, energía, manteniendo siempre al público arriba sin dejarnos caer. Sé que tocaron todas mis favoritas. “Hypsoline” que me parece un homenaje surf al “Melody Nelson” de Gainsbourg.  “Anti Taxi”, con el theremín tocado en vivo, cero sampler….delicioso. Una cosa es oír theremín en disco y otra en vivo.

Aunque Sacha y Marlon dominan la escena saltando, bailando, gesticulando, y lanzándose al público en varias ocasiones flotando entre las manos de la gente, el resto de la banda no se queda atrás, y casi todos los miembros uno a uno se lanzaron al público en diferentes ocasiones. Menos Clémence  que con sofisticada gracia fue reduciendo las capas de ropa hasta quedar con una ligera franelilla de algodón sin nada debajo y el cabello suelto, recordándome mucho a Blondie en su primera visita a Londres.

Aunque espontáneos, esta gente sabe muy bien manejar al público. Su segundo disco debe salir en el 2016, veremos que nos trae. El encore fue de tres temas, salvajes todos, la gente echo el resto saltando y bailando. Yo logré con éxito y agarrado a la baranda frontal no caerme a pesar de mi fractura. Misión cumplida, dos días después en la emergencia del hospital cuando me inmovilizaron el pie y el tobillo, me dije, volvería a ir mil veces así me enyesen después las dos piernas.

Gabriel Meza / Miami

Koko La Femme 2 La Femme 3

Video cortesía de Will J. Bailey

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