Inicio Reportajes Abraham Gustin, un artista renacentista, ecléctico y global

Abraham Gustin, un artista renacentista, ecléctico y global

Agraham Gustin
Dentro del panorama cultural venezolano hay personajes que no es posible ubicarlos en un terreno en particular dada su inquiera naturaleza que los lleva a moverse entre varios mundos. El compositor y pianista Abraham Gustin se ubica dentro de ese vasto terreno que emparenta la música académica y la que proviene de lo popular, de lo autóctono, de las raíces de las culturas. Pero, además, comparte su talento musical con las artes plásticas, su campo creativo fundamental en el que desarrolla su pasión por la pintura, el dibujo y las instalaciones experimentales y que sirve para impulsar y enriquecer su faceta musical.
Juan Carlos Ballesta

 

Abraham Gustin ha editado tres discos. El primero de ellos, La Casa de David (2006), un homenaje a su hermano David, fue su primer acercamiento a la world music y el pop rock. Tres años después publicó Blue (2009), un álbum compuesto por temas instrumentales, de carácter minimalista y con el piano como protagonista.

Ocho años después, se aventura con 11:11 Pulso de vida, un ambicioso disco en el que ahonda en la world music, con elementos folclóricos venezolanos y académicos. Es, sin duda, una obra muy trabajada y cuidadosamente producida. Es el retorno a la música de un creador polifacético que aborda con conocimiento de causa y evidente pasión tanto los trazos, las pinceladas y las notas musicales.

Es un placer conversar con Abraham y develar lo que hay detrás de su proceso creativo asociado a la música.

¿Cuánto tiempo tardaste en todo el proceso? ¿Qué pasó entre tu disco anterior y éste? Hay unos 8 años de por medio.

Yo soy fundamentalmente un compositor, por lo cual todo el tiempo estoy creando nuevas melodías, algunas se concluyen de forma rápida y otras son más complejas y requieren de mayor tiempo.

Durante estos años regresé a la academia para cursar formalmente algunas materias fundamentales para un compositor. Tomé dos años de armonía y luego un año de orquestación con el profesor José Baroni. Sin embargo, no hay un interés de convertirse en un músico académico, sencillamente luego de hacer mis dos primeros proyectos sentí una inmensa necesidad de profundizar en la teoría musical.

Hace mucho tiempo había tomado un año de armonía de jazz con el maestro Gerry Weil. De joven fui alumno en la Escuela Juan Manuel Olivares e hice estudios independientes de piano con el profesor Mario Zampieri quien se desempeñaba como pianista / acordeonista. Sin embargo, debo confesar que mi gran escuela es más bien de un linaje casero, mi padre fue violinista y un excelente pianista popular. A él le debo lo que soy como compositor.

El trabajo de composición para este nuevo disco tardó entre tres y cuatro años. Luego nos tomó a Franco Castellani y a mí, hacer los arreglos por casi un año. A pesar que Franco es mi arreglista y productor musical, el trabajo de la orquestación requiere en buena medida de lo que viene pensando el compositor. Muchas de las ideas de los instrumentos que quiero se las transmito a Franco dependiendo de lo que voy escuchando en mi mente durante esos momentos sagrados de la composición.

Escucho coros, flautas, clarinetes, o bien puede aparecer la guitarra como el instrumento líder para un tema en específico. En paralelo me vienen los sonidos de la orquesta. Definitivamente es todo un sueño musical. La composición es un mundo mágico, no importa en qué genero te desempeñes…

Abraham GustinTal cual están las cosas en Venezuela, es admirable lo ambicioso de este nuevo disco.

Este proyecto representó un gran reto para un orquestador como Franco que ha caminado más por los senderos de la música pop. En este disco hago mi debut como orquestador para el tema de “Ileana”, sin embargo ese tema no se pudo grabar como originalmente lo escribí, en un formato para piano quinteto, así que tuve que adaptarlo solo para un dúo de piano y flauta. Este tema tiene la maravillosa participación del Maestro Arnaldo Pizzolante en el piano y del joven Carlos Pabón en la flauta. “Ileana” es una composición conjunta con mi hermano Gabriel Gustin.

Los dos últimos temas del disco corresponden a mi trabajo de composición reciente, los cuales fueron orquestados por el profesor José Baroni. Un trabajo conjunto del compositor con el orquestador.

En agosto del año pasado comenzamos a grabar el disco en Caracas. La mezcla se hizo en Miami con el ingeniero de sonido Boris Milán bajo la supervisión de Franco y mía, la cual tardó varios meses dada las complicaciones de los temas. Finalmente la masterización se hizo en el estudio Metropolis Mastering en Londres con el Ingeniero de sonido Tony Cousins. Este proyecto se terminó de imprimir en Julio del 2017 en Disc Maker en New Jersey, Estados Unidos.

Un trabajo colosal para un país donde los recursos son muy escasos para este tipo de proyectos sinfónicos. Son casi cinco años haciendo este hermoso proyecto. Lamentándolo mucho ha coincidido con este caos en Venezuela, razón por la cual se está haciendo un trabajo de marketing digital para Estados Unidos y próximamente para algunos países de Europa.

¿Cuándo te vino a la mente hacer un disco como este? ¿Cuáles fueron las motivaciones?

Yo siempre estoy componiendo.  La composición fluye en mi vida y es parte de mí ser. Ella arma un binomio perfecto con mi carrera como pintor.

Ya desde este momento está en mi mente hacer dos discos nuevos y la mayoría de los temas están en proceso. Así que para mí no es raro estar envuelto en este tipo de proyectos. Lo único es que llegan al público general cada cierto número de años hasta que mis ideas se logran materializar en un formato de grabación.

Es de notar que en cada proyecto que emprendo las aspiraciones son mucho mayores. 11:11 Pulso de Vida representa un gran salto en relación a mis dos proyectos anteriores en términos de la cantidad de músicos participantes, así como las ambiciones en términos musicales.

¿Cómo elegiste a los músicos?

Muchos de los músicos que participan en mis proyectos ya vienen trabajando con nosotros desde hace mucho tiempo. Sin embargo siempre quiero que en mis proyectos aparezcan músicos noveles que no han participado en proyectos anteriores. Por ejemplo el joven Carlos Pabón con su flauta mágica ha sido un descubrimiento extraordinario.

¿Qué significa 11:11?

11:11 es un número maestro. Representa una vibración numerológica que implica un portal para el crecimiento espiritual. Creo que la música podría convertirse en un extraordinario catalizador para crecer en términos espirituales. El universo  habla en sonidos y colores. Y en el caso de la música, la vibración puede conectarnos con la magia del universo, con el centro, con el núcleo y el origen de todo.

Por eso hablo de un Pulso de Vida como lo describo en el disco: “Los cuatro elementos, como expresión de la fuente se reúnen para hablar de la creación, un pulso lento y estable que acompaña el surgimiento de la vida”.

Así mismo encontrarás citas en el disco como la siguiente: “11:11 habla de un hombre sencillo que alcanza su maestría para convertirse en un ciudadano del mundo”.

Hay una mezcla de composiciones como para cine, académica, música venezolana e incluso bailable.  ¿Cómo defines ese eclecticismo?

Mi obra musical es un una pintura sonora. Recuerda que mi carrera central son las artes plásticas.

Yo hago una sinfonía de colores y cuando trabajas desde la narración de una historia no puede haber una única expresión. Mi obra yo la catalogo y la identifico con el género de World Music, mi trabajo musical es fundamentalmente una suerte de soundtrack para el cine. Un soundtrack puede ser un bolero o un tema bailable, pero también podría ser un obra sutil de Debussy o de Satie. El soundtrack no distingue en los estilos, pues narra una historia desde el imperio de nuestras emociones. Son historias fantásticas que vienen desde los colores del alma. Los títulos no son caprichosos, cada uno de ellos relatan una historia que se refleja en el fraseo melódico de la obra. Por ejemplo, el tema titulado “Serenata de Amor” habla de una declaración, un hombre y una mujer que declaran su amor eterno teniendo al universo como testigo y cómplice de su admiración.

¿Tienes planes de presentarlo en vivo?

Como te comenté al principio de la entrevista, yo me desempeño primordialmente como compositor.  Sin embargo, en mis discos toco el piano en muchos de mis temas generando una guía sonora para los demás músicos como referencia de lo que quiero lograr.

Sobre la presentación de la obra al público me encantaría que mis valses venezolanos, así como mi obra musical en general, fueran interpretados en algún momento por orquestas nacionales e internacionales.