Cuando se instaló el fenómeno del rock and roll a mitad de los años 50, varios de los artistas identificados con él ya tenían cierto tiempo haciendo música. Eran tiempos de segregación racial, una situación que se extendía a las radios, disqueras y demás circuitos de difusión de la música.
Entre todos los fenomenales músicos negros que durante esos años se ganaron un sitio por derecho propio en la historia (Chuck Berry, Little Richard, Muddy Waters y muchos más), estaba el nativo de Nueva Orleans, Louisiana, Antoine Dominique Domino Jr., de origen creole, mejor conocido como Fats Domino, quien se convirtió en el artista más vendedor de discos luego de Elvis Presley en los años 50.
Este 26 de octubre se apagó su voz, pero no su estrella. Tenía 89 años y más de 20 que por decisión propia no salía de su ciudad.
Juan Carlos Ballesta
La música de Fats Domino nunca fue rock and roll eléctrico como el de Berry, tampoco blues eléctrico como Waters, no alcanzó el frenetismo de Richard, ni la elegancia de Presley. Lo de Domino era otra cosa, era boogie con elementos del rhythm and blues, swing modernizado. Sus instrumentos principales (piano, saxo, batería, contrabajo) establecían un puente directo con la era del swing. Varias de sus canciones fueron claramente la inspiración para muchos músicos que en Jamaica crearon el ska y el rock steady años después, luego de escuchar las emisoras del sur de Estados Unidos vía onda corta.
Fats, simpático y afable, fue único. Sentado frente a su piano con su sonrisa generosa creó decenas de canciones inolvidables y se mantuvo tocando con prestancia hasta después de los 70 años.
Su pseudónimo se lo colocó el jazzista Billy Diamond inspirado en los pianistas Fats Waller y Fats Pichon, pero también por su voracidad comiendo. Diamond lo vio tocando en 1947 y le propuso ser parte de su banda.
El gran paso fue cuando firmó con el sello Imperial en 1948, un contrato que solo contemplaba pagos de acuerdo a las ventas. Domino junto al productor Dave Bartholomew comenzaron a componer y ya en 1950 tenían un primer éxito, “The Fat Man”, que vendió un millón de copias en apenas un año.
Una seguidilla de exitosos singles siguieron, hasta que en 1955 llegó el emblemático “Ain´t That a Shame” y el primer LP, Carry on Rockin’, que incluyó varias de esas canciones. Ese tema llegó al primer lugar en versión de Pat Boone, en clara ventaja racial en los medios. Sin embargo, le produjo muchos réditos por derechos de autor.
Con una banda conformada por los saxofonistas Herbert Hardesty y Alvin “Red” Tyler, el bajista Frank Fields, y los bateristas Earl Palmer y Smokey Johnson, siguieron varias inolvidables en esa segunda mitad de los años 50, coincidiendo con la efervescencia del rock and roll: “When My Dreamboat Comes Home” , “I’m Walkin’”, “Valley of Tears”, “It’s You I Love”, “Whole Lotta Loving”, “I Want to Walk You Home” y “Be My Guest”, esta última sin duda una gran inspiración para el ska jamaiquino.
Otros notables músicos acompañaron por mucho tiempo a Domino fueron los saxofonistas Reggie Houston, Lee Allen y Fred Kemp.
En los años 60, a partir de la irrupción de la Beatlemania en 1964, Fats Domino y casi todos los artistas que arrasaron los años previos, decayeron en ventas y también en el interés de la gente. Domino no fue la excepción, aunque todavía pudo tener esporádicos éxitos, entre ellos una versión de “Lady Madonna” de The Beatles, tema que, según McCartney, se había inspirado en Domino, que era uno de los que escuchaban en su adolescencia.
Fats Domino y Katrina
El 1 de septiembre de 2005 la noticia de su muerte se regó como pólvora en el planeta y muchos diarios se hicieron eco. Era parte de la tragedia que asolaba Nueva Orleans como consecuencia del huracán Katrina. En su casa habían pintado un grafiti que rezaba: “RIP Fats. You will be missed” (“QEPD Fats. Serás extrañado”).
El agente de talentos Al Embry había declarado que no sabía nada de Fats desde que apareció el huracán. La zona de Domino se inundó totalmente y él había decidido quedarse en su casa debido a la precaria salud de su esposa. La penosa noticia no dejó de aparecer en los medios, cuando aún no existían las redes sociales, lo que hubiera extendido aún más la noticia.
En realidad, al límite de la tragedia, habían sido rescatados por un helicóptero de la guardia costera y trasladados a un refugio en Baton Rouge, donde el jugador de futbol americano de la Universidad de Louisiana, JaMarcus Russell, junto al novio de su nieta, los trasladaron a un apartamento.
Fats Domino perdió todo. Tenía entonces 77 años. En la reconstrucción de la ciudad en enero de 2016 se trabajó en recuperar su casa, mientras que Capitol Records y la RIAA, reemplazaron sus discos de oro por unos nuevos idénticos. Lo mismo pasó con la National Medal of Arts que había recibido del presidente Bill Clinton, que fue reemplazada por otra que le entregó George W. Bush.
Este terrible capítulo acentuó los miedos y ansiedad de Domino, quien ya en 1995, tras una gira europea en la que tuvo problemas de salud, había decidido no salir a tocar más allá de las fronteras de Nueva Orleans.
Fats siempre estará presente.
Mas productos de Fats Domino en Estados Unidos
Más productos de Fats Domino en España