Gerry Weil
Centro Cultural B.O.D., Caracas
(Septiembre 23, 2016)
Gerry Weil es el modo más exacto de decir “jazz” en Venezuela. Maestro de maestros, arreglista, compositor, karateca, surfista e indubitablemente un ser de luz, celebró sus 77 años de llegada a este planeta con un sobresaliente concierto en formato de trío. Ese mágico número lo recibe con una excelente biografía, escrita por la periodista Cristina Rafalli, titulada “A ritmo de Gerry Weil” (Fundación para la Cultura Urbana / Guataca Producciones 2016) y con el entusiasmo y la vitalidad de un artista que ha sabido reinventarse por más de cinco décadas de vida musical, abrazando con fervor a los ritmos venezolanos y revelando su carácter europeo en su férrea disciplina dentro y fuera del arte musical. Atrás quedó aquella grisácea imagen del puente en Viena donde vio por primera vez a un negro en la persona de un soldado que, montado sobre un tanque de guerra, escuchaba “In the Mood” de Glen Miller. Fue ese el punto de inflexión que poco después le traería a estás tierras coloridas que han disfrutado su música una y otra vez desde que piso las cálidas arenas de Caraballeda.
Este concierto representa la reafirmación de una música en constante evolución que ha servido también como columna vertebral de una historia extensa que en el lenguaje del jazz, y fuera de él, ha ayudado a impulsar la carrera musical de artistas como María Rivas y Luis Perdomo. Anoche fue el turno de dos excelentes jóvenes, el bajista Freddy Adrián y la cantante/compositora Laura Guevara, dos talentos nuevos que han inspirado en Gerry la compañía ideal para la celebración de sus 77 años con una sala colmada de adeptos al jazz, amigos y alumnos a los que Gerry no ha dejado de sorprender en su fructífera carrera cuyo legado incluye unas 11 grabaciones discográficas y decenas de participaciones que tuvieron su reconocimiento en 2008 con el otorgamiento del Premio Nacional de Música.
Poco después de la hora pautada, el cuchicheo habitual de la sala iba desapareciendo entre las notas de uno de los temas de su inédito Makunaima. Ya en silencio y con la luz sobre el teclado, caminando bastón en mano y a golpe de punto y coma, Gerry tomaba el escenario que le dejaba ver junto a un hilillo de humo que ascendía desde el palito de incienso que acostumbra a tener a un lado del piano. Tras dedicar el concierto a la gracia de Dios, a la vida y a este país que con desmedido fervor lleva siempre en su corazón, Gerry nos cautivó con “Aria” de Johann S. Bach, a quien se refiere como el verdadero creador del jazz por las diversas variaciones que de este tema tiene. Esa pincelada barroca llena de dulzura nos preparaba para una de sus composiciones clásicas ya en lenguaje de jazz y perteneciente a Profundo (1999), “Caballito frenao”, para la cual “Nené” Quintero y Freddy completaron el trío y tema donde “Nené” con su peculiar set de percusión impregnó con nuevas texturas a este emblemático tema “a ritmo de Gerry Weil”.
Para el tercer tema, “Kekoa”, la novel cantante, Laura Guevara, ataviada con un atractivo vestido en negro y naranja, tomó el escenario. Siempre sonriente, agradeció al maestro la oportunidad para dejarlo hablar de este vocablo hawaiano que significa guerrero y que dedicó a su nieto, presente en el concierto. El tema fue seguido del clásico de Billie Holiday “God Bless the Child”. Destaca de manera muy especial la interpretación de Laura, para quien el jazz revela una nueva faceta en la cual demostró una ajustada afinación, un dominio escénico que era ya conocido y una seguridad en si misma que pareciera indicar un camino diferente o alternativo en su carrera artística. Sin duda, una excelsa alumna que se sumará a las pléyades que ha formado Gerry a lo largo de todos estos años
“Brisas de El Ávila”, compuesto por Carlos “Nené” Quintero, fue el siguiente tema de la noche y el momento estelar del bajista Freddy Adrián quien, empleando un “looper” y valiéndose de armónicos y otras técnicas, nos adentró a nuestra sagrada montaña capitalina con una diversidad de sonidos que resultaron en el trance hipnótico más exótico que este bajista haya expresado hasta el momento. Adrián dejó claro por qué es el bajista del Gerry Weil Trío y también por qué es un nombre que ustedes nunca deben olvidar. Tras el oasis sonoro de Freddy, la noche continuó con el trío y la interpretación de “Kingyo” -pez dorado en japonés- tema que, entre otras cosas, refleja el profundo afecto de Gerry por la cultura nipona.
El Maestro continuó la noche con una grata sorpresa al demostrar sus dotes vocales con un notorio fraseo desgarrado a lo Louis Armstrong en “Imagine” de John Lennon. Gerry nos habló del contenido de la letra dando así una venia al amor, a la paz y a todas las acciones que conllevan a un mundo mejor. Esta excelente versión se caracteriza por tener un temperamento más tendiente al blues. La interpretación de Weil refleja el profundo sentimiento de un artista que por años ha abogado por la unión y la paz sin posturas proselitistas de algún movimiento post-hippie. El maestro ha esgrimido, a través de su arte, una propuesta constante en la que ha decantado en cada nota y cada compás esos dos elementos. Gerry es al jazz lo que Lennon al rock en su lado más filosófico.
Laura Guevara haría su segunda entrada, esta vez vestida de negro, para interpretar “Ananda”, voz sánscrita que expresa uno de las estados más elevados del ser. Gerry comentó el significado del término para dejar a Laura cantar este tema que entre ambos expresaron en varias lenguas. Laura continuó con el estándar “Lullaby of Birdland” del pianista y compositor británico George Shearing, cuyo legado está conformado por más de 300 composiciones. Laura, una vez más, demostró su calidad vocal bien encajada dentro del jazz.
El gran final de esta celebración llegó con la fusión de dos temas compuestos por Weil, “Hondo” y “Raíces” de Free Play and Love Songs Vol I (2005), que sirvieron para que Carlos “Nené” Quintero demostrara por qué es un percusionista excepcional. Creador de exóticos tonos y complejos ritmos, “Nené” fue el segundo trance aural de este concierto que representa en la más genuina tradición Weilniana la universalidad del amor a través de la música, una que siempre ha estado ligada al éxito de muchos de los más notables músicos del país y de los cuales recordamos a los saxofonistas Pablo Gil y Rodolfo Reyes, al baterista Andrés Briceño, al bajista Carlos Rodríguez, Edgar Saume, Vinicio Ludovic… de ahí que sea Gerry el Maestro de Maestros.
Tras la petición de rigor, Laura volvió a tomar el micrófono para compartir “Summertime”, el clásico de “Porgy and Bess” de George Gershwin y así finalmente dejar correr la cortina.
Gerry ya prepara su tradicional Navijazz 2016.
Leonardo Bigott