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Gustavo Guerrero y su alterego Augusto Bracho por partida doble en Madrid (9 y 12 sept)

Augusto Bracho

El talentoso y siempre inquieto guitarrista, cantante, compositor y arreglista venezolano Gustavo Guerrero, tras su fantástica etapa como director de la banda de la mexicana Natalia Lafourcade, da ahora un impulso muy importante a sus proyectos personales trabajando con el nombre artístico de Agusto Bracho.

Durante dos fechas, Madrid podrá deleitarse con dos fabulosos proyectos en los que el caraqueño radicado en México está involucrado. El sábado 9 de septiembre, luego de su debut en Galicia, y continuando con su gira estival española 2017, el Cuarteto Internacional (Marina Sorín, Nacho Mastretta, Augusto Bracho y Martín Bruhn) estará actuando por primera vez en la capital española. Habrá artistas invitados y muchas emociones. El concierto tendrá lugar en el Café Berlín a partir de las 21:30 horas. La apertura de puertas será a las 21:00 horas.

Tres días depués, el martes 12 de septiembre, también en el Café Berlín, El Conjunto, maravilloso proyecto de Agusto Bracho y el argentino Martin Bruhn, estará presentando el material de su disco Antología 2 Música picaresca, baile y buenas amistades reunidos en una noche de celebración. El concierto es a partir de las 21:00hs (la apertura de puertas será a las 20:30hs).

Entradas a la venta a traves de www.ticketea.com

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Sobre El Cuarteto Internacional, compartimos aqui el estupendo texto escrito en mayo pasado por Carlos Malagón.Malagón y que está publicado en el evento en Facebook.

Cuarteto Internacional (o cuatro buenos motivos para ilusionarse)

De las capitales y provincias del mundo se expande la música que nos gusta. Causa y efecto de almas libres, soñadoras. El latido acompasado de una de las porciones más sensibles de la raza humana. En la misma medida y a lo ancho de nuestro convulsionado planeta, nacen, se conocen y se unen los músicos y artistas que ejercen esa libertad a través de sus voces, de sus instrumentos.

En la cultura popular es bastante conocida (aunque a veces se nos olvide) la premisa lógica: de amistades honestas nacen asociaciones, agrupaciones sólidas que simbolizan una fuerza semejante o hasta mayor de la que se jactan las familias más unidas. Algunos nombres de duetos, tríos o quintetos se nos vendrán a la cabeza, mientras tanto hablaremos de una pandilla muy particular, porque ha surgido hace poco y porque seguro nos seguirá cautivando: el Cuarteto Internacional.

Esta hermandad diversa –como nos lo hace prever su nombre– está conformada por artistas respetados y queridos en buena parte de la más íntegra escena musical de nuestras regiones hispanohablantes. Nos tocaría hacer varios artículos o ensayos para ser justos con ellos y con su historia. Daremos sin embargo y a continuación, una pequeña semblanza sobre cada uno de ellos. Hablamos nada más y nada menos que de Marina Sorín, Nacho Mastretta, Martín Bruhn y Augusto Bracho.

El Cuarteto Internacional

A lo que a Marina Sorín respecta se sabe que con su violonchelo, phonofiddle y vehemencia ha dejado boquiabiertos a flamencos, rockeros y jazzistas por igual. Ahora está preparando uno de sus proyectos más atractivos, un disco entero de canciones en el que su voz manda y comanda mientras prosigue su labor como compositora. Actividad que ha venido desempeñando en varios espacios sorprendentes como El Show de Dodó; universo de colores y sonidos cándidos que vienen unidos al cancherismo que caracteriza a Sorín – nació en la ciudad de Buenos Aires y desde hace muchos años vive en Madrid–. Además de ser una de las instrumentistas más solicitadas por artistas honestos de la escena hispanoamericana, también es reconocida por ser miembro fundamental de una orquesta célebre tanto por su prodigiosa calidad artística como por su contagiosa franqueza humana: la Orquesta Mastretta.

Del nacido en Barcelona, santanderino de corazón y madrileño de adopción, Nacho Mastretta, se han dicho muchísimas cosas, entre ellas: que es uno de los artistas-músicos y personajes más interesantes de la Europa de los últimos treinta años; que tiene el don de engalanar las películas con sus bandas sonoras, con sus músicas –así, en plural–; que sus melodías y canciones se quedan en el consciente y subconsciente del escucha por varias vidas; que ha producido, tocado y grabado discografías enteras con su ingenio inagotable y desde la comodidad de su hogar, mucho antes de que los «modernitos» bautizaran y popularizaran a nivel mundial la música casera como Lo-Fi; que ha liderado desde muy joven grupos, bandas, cuartetos, tocando al mismo tiempo varios instrumentos; y que en la actualidad dirige estoicamente una orquesta de música acústica popular en medio de los efectos especiales y relámpagos tecnológicos de nuestra época: la ya mencionada Orquesta Mastretta, uno de sus rincones más iluminados y de donde han brotado y siguen brotando proyectos paralelos, tan apasionados, dignos y honorables como la personalidad del propio Nacho.

Martín Bruhn, «el vikingo de la sierra», «L’uomo pipistrello de la chacarera», o sencillamente «el percusionista de los percusionistas», –apodos que se ganó desde su ciudad natal, Córdoba, mundo casi equidistante de la república Argentina, hasta su actual hogar de residencia desde hace muchos años en Madrid–, sin duda es de los músicos más queridos y requeridos tanto en su país de origen como en Europa. Hace bailar a multitudes enteras tocando sólo un bombo legüero o un bongó, pues su ritmo y gracia folclórica son inigualables. Desde hace más de un año también es miembro habitual de la Orquesta Mastretta. Además ha sido de los pocos músicos iberoamericanos que ha sabido fusionar el folklore (en su caso el argentino) con la música electrónica; para muestra su proyecto más personal, Criollo, y el dueto picaresco que mantiene junto a Augusto Bracho –su compañero de andanzas más tradicionales y latinoamericanas–: El Conjunto.

Augusto Bracho quizás sea el menos conocido o el más misterioso de los cuatro personajes a los que nos referimos a través de estas líneas. Desde hace algunos años viene colaborando con otros artistas y exponiendo algo de su peculiar carácter, un mestizaje estilístico que incluye varios ritmos, géneros y hasta tradiciones de América Latina y El Caribe –nació y creció en Venezuela, vivió en Buenos Aires y actualmente reside en Ciudad de México; pasando temporadas en Madrid–, armando y desarmando su propio universo musical. Así, con voz de cenzontle inquieto y alma añeja, interpreta canciones propias y del repertorio popular latinoamericano dentro de su proyecto, o participando en dúos singulares como Augusto&Moisés o El Conjunto. Se dice que está a punto de publicar su primer álbum de estudio, Mercado de los corotos, producido junto a Nacho Mastretta y en donde participan músicos de su orquesta; incluyendo al propio Nacho, Marina Sorín y Martín Bruhn.

Fue difícil contenernos pero ya hemos hablado de cada personaje. Ahora, se imaginará el lector lo que pasa cuando estos cuatro elementos, cuatro artistas, cuatro compañeros de dichas magnitudes, se reúnen en un ensamble único, donde los arreglos vocales tienen el poderío que tríos y cuartetos populares de antaño difundieran para el bien de nuestras culturas. El músico aficionado o el melómano más exigente, pasando por el autor más experimentado, podrá encontrar en el Cuarteto Internacional un motivo, o cuatro más, para seguir ilusionándose, liberándose y disfrutando buena música en tiempos de mensajes coléricos y contenidos efímeros.

—Carlos Malagón-Malagón
(Mayo de 2017)