Inicio Ahi estuvimos Homenaje a Gerry Weil, un emotivo encuentro (Teatro de Chacao, Caracas) (Julio...

Homenaje a Gerry Weil, un emotivo encuentro (Teatro de Chacao, Caracas) (Julio 31, 2016)

Homenaje a Gerry Weil

Homenaje a Gerry Weil

Teatro de Chacao, Caracas

(Julio 31, 2016)

La tarde del domingo 31 de julio tuvo un solo protagonista. El Centro Cultural Chacao fue todo de Gerry Weil. En un emotivo conversatorio con la Sala Experimental repleta, se hizo el lanzamiento oficial del libro biográfico “Al ritmo de Gerry Weil, Conversaciones con el maestro”, escrito por la periodista Cristina Raffalli y que luego de unos cuatro años de espera por fin fue editado por la Fundación para la Cultura Urbana y Guataca, productora que a su vez eligió cerrar la cuarta edición del Festival Caracas en Contratiempo con un merecido homenaje al maestro nacido en Viena, Austria, hace 77 años.

Fue el perfecto preámbulo para el concierto que se llevaría a cabo en el Teatro con algunos de sus aventajados alumnos y compañeros de viaje. Gerry, como nos tiene acostumbrados, se mostró sincero y muy emocionado, acompañado por su antiguo compañero en La Banda Municipal, Alejandro Blanco Uribe, y la autora del libro, quien se mostró satisfecha por el resultado, reconociendo que aunque tuvo que prescindir de unas cuantas historias contadas en muchísimas horas de conversación, el libro refleja lo importante. El blanco de las preguntas fue principalmente Gerry, quien siempre tuvo una respuesta inteligente, sensible y honesta, dejando claro su amor por la música, por el piano, por la enseñanza y por Venezuela. Si hubiera que rescatar una frase antológica sería la de “si la humanidad enfrentara un juicio final saldría acabada, aniquilada, raspada… pero nos perdonarían por la música”.

Cuando buena parte de los asistentes ya había entrado a la sala, Weil aún estaba firmando libros y conversando con la gente. Como se dijo, es muy valioso que se le hagan homenajes en vida a un músico que le ha dado todo al país, el único Premio Nacional de Música que ha recibido alguien nacido en otro país. Es que en realidad Gerry es más venezolano que muchos, lo demuestra cada día.

El concierto fue precedido por unas palabras de Ernesto Rangel y Aquiles Báez, los dos motores de este festival, y luego por Bettsimar Díaz, una de las alumnas que tuvo Gerry y que coincidió en el mismo período con Baéz.

Hecha la presentación, aparecieron en tarima Freddy Adrián (bajo), Joel Martínez (trombón), Gerald “Chipi” Chacón (trompeta), Eric Chacón (saxo, flauta), Carlos “Nené” Quintero (percusión), Abelardo Bolaño (batería), Brenda Rengel (violín) y Aquiles Báez (guitarra). Comenzaron con “La negrita”, un tema adecuado para iniciar y que contó con el liderazgo instrumental de Báez. Durante el show cada músico tuvo su momento de protagonismo, incluso también en la composición de algunos de los temas interpretados.  Para el siguiente tema, “One Way”, salió Baéz de escena y entró el guitarrista Juan Ángel Esquivel para darle un toque muy a lo John Scofield a un tema tremendamente interesante.

La composición de Joel Martínez, “Luz de mayo” fue otro punto álgido de esta primera parte del homenaje. Fue seguido por una composición de Chipi Chacón, “Por imbécil”, perteneciente a esta nueva etapa de su carrera en la que incursiona como vocalista que fue tocada en formato quinteto, sin el resto de los metales. No fue la mejor escogencia para este homenaje.

Siguieron con el delicado tema “Canta un ángel”, de Weil, con Eric Chacón de solista y una percusión de Nené muy adecuada. Precisamente, el siguiente tema interpretado es de la autoría de Nené Quintero (aunque en pantalla y en boca de Báez se dijo que era de Gerry, el cual pertenece al disco Empatía, de Weil, Quintero y Pablo Gil. Luego corrigió y pidió disculpas). En “Brisas del Ávila” habitualmente Nené se luce con un solo de percusión muy evocador, en el que usa tubos de pvc para imitar los sonidos del viento entre los árboles. Sin embargo, para sorpresa de los que conocemos ese performance, la pieza fue interpretada solo por Freddy Adrián, resultando en uno de los grandes y más hipnóticos momentos del concierto. Adrián, sin duda uno de los grandes músicos del momento, se intercambió entre el contrabajo y el bajo eléctrico de cinco cuerdas, mientras producía loops vocales muy bien logrados.

La pianista Prisca Dávila, quien desde que nació ha estado en contacto con Gerry ya que su padre recibía clases con él (y luego ella, su hermana Marieva y su primo Gabriel), tocó primero “El viejo puente de La Pastora”, conocida composición de Weil y luego “Pikitango”, tema dedicado a Gerry incluido en su nuevo disco junto a su hermana, Travesía. Ambas interpretaciones fueron fantásticas. La otra mujer participante fue la joven violinista Brenda Rengel, quien tuvo un rol protagónico en la adaptación para guitarra y violín del que quizá sea el más conocido tema del maestro Weil, “Caballito Frenao”, un merengue caraqueño.

Como parte del homenaje fueron proyectados saludos de varios de los más connotados alumnos y músicos con los que ha compartido en diversas etapas de su carrera. Desde diversos lugares del planeta saludaron con gran cariño y respeto Luis Perdomo (dando una clase magistral en Suiza, a su lado Víctor Cuica), Baden Goyo, Rodner Padilla (desde Washington D.C.), Boris Bossio (Miami), Roberto Koch (Viena), Gonzalo Teppa (Denver), Silvano Monasterio (Miami), Julio Andrade (Miami) y María Rivas (Bangkok).

Cuando algunos asistentes se ponían algo nerviosos preguntándose si Gerry tocaría, fue anunciada su presencia por el relajado y siempre humorístico maestro de ceremonias (Aquiles Báez).

Luego de saludar y agradecer a todos, Gerry dejó colar su particular versión jazzeada de “Imagine” de John Lennon, con su voz ala Louis Armstrong. De inmediato aparecieron en tarima Adrián, Bolaño y Quintero para tocar “El encuentro”, en un gran performance.

Siguió con el conocido tema de Ray Charles, “Hallelujah, I Love Her So”, que dedicó a su esposa Omaira. Este, junto a “Imagine” y otros, es uno de los temas pensados para su disco Old Songs, Young Heart. El tema “Min Yio” (nombre japonés del pez Carpín Dorado o Goldfish), se prestó para que el cuarteto incluyera improvisaciones, la especialidad de Gerry sobre una tarima, con especial lucimiento de Bolaño en la batería. Al terminar la pieza fue bautizado el libro.

Con el buen humor que lo caracteriza Gerry anunció el tema final, “Wiener Schnitzel” (nombre del Escalope Vienés, uno de los más famosos platos de la cocina austríaca) y contó que años atrás el vibrafonista Alfredo Naranjo al conocer el nombre le dijo: “No vale Gerry, ese nombre es muy complicado, vamos a llamarla ‘Viene el Niche’”. Fue interpretado por todos los músicos que participaron en el homenaje y lejos de atropellarse unos con otros, sonó soberbia. Fue un cierre ideal que dejó a músicos y público eufóricos.

El gran Gerry Weil merece esto y mucho más.

Juan Carlos Ballesta

 

Artículo anteriorA Madrid le gusta el Desorden (Sala But) (Julio 15, 2016)
Artículo siguienteTomates Fritos bautiza su quinto disco en vivo (BOD, Agosto 5)