El músico venezolano, conocido por su participación en singulares grupos indie, realiza un magnífico debut inmerso en sonoridades folk
Isaac y Los Parroquianos
Memorias del Canto Campesino
Grabaciones del árbol. 2017. Venezuela
Siempre hay espacio para sorprenderse en la escena underground venezolana. Isaac Sasson era conocido hasta ahora por su rol de baterista y percusionista de agrupaciones fuera de lote como Domingo en Llamas o más recientemente Colérico Espín (Jesús Fuentes se encarga de la mezcla y master).
Sin embargo, detrás de su naturaleza serena, se esconde un creador innato y sensible que ahora nos regala este compendio de canciones folk bajo el paraguas de Isaac y Los Parroquianos. Aquí, Sasson se hace cargo prácticamente de toda la instrumentación que incluye cuatro, charango, guitarra, batería, percusión, sintetizador, de la composición, la voz principal, “pico pala y costal”.
Realmente estos 23 minutos que conforman Memorias del Canto Campesino (Canciones modernas del folclor) son una delicia. En el revolotean las influencias de Devendra Banhart y José Ignacio Benítez (Domingo en Llamas), algo lógico.
No ostante, la obra brilla con luz propia gracias a una fresca y austera forma de abordar la canción de autor de aroma rural y en general el folklore latinoamericano.
El disco lo abre “Canción para mi familia, Venezuela”, una especie de carta de presentación dedicada a sus hermanos, abuelos, papá y mamá, y en general a Venezuela. Sigue “Cantos Campesinos”, una especie de danza andina en que la percusión y el cuatro van de la mano y crean una sensación hipnótica.
“Imagen en una tonada”, es una delicada pieza con la participación de Alejandro Silva (Del Siervo) en el bajo y bandola llanera. “Canción para El Ávila”, es un corto tema de espíritu tribal con los silbidos de Javier Camacho. Otra delicada viñeta folk instrumental es “Paseo en un sueño”, con la flauta y bandola llanera de Tomasito García.
La canción más larga del álbum es “Florentino y el Diablo”, nombre tomado de la novela del poema de Alberto Arvelo Torrealba. En ella Sasson canta: “Te vi andando, en el campo/ Y ahora me presento, yo soy el Diablo y no / no me mires así, Florentino, que hoy hablamos tú y yo / Ay, ayayai ayayai que dolor, ¿Será que tan solo soy yo? / Coplero, tú y yo somos uno y hay muchas vidas en ti/ Hoy vengo a llevarme algo tuyo, ahora dime ¿tú o tu canción? / No mi señor, ninguna de las dos/ Tengo cuarzos que le servirán de carbón”
“La historia de Eduin y Eleonora” retrata la vida de una pareja en el llano, con la ayuda de Silva (bajo) y García (mandolina). El cierre, apropiadamente titulado “Despedida”, sirve para que Sasson cante “Ya me voy, les digo adiós / pido por ti que vivas feliz. Feliz”.
Y tras un breve silencio (en realidad son como grillos en el campo), surge el “minuto bonus” titulado “Tu boca colorada” para dejarnos realmente felices.
Mención aparte merece el fantástico empaque artesanal con maravillosas ilustraciones de Stefano Di Cristofaro, que le dan un colorido y encanto muy especial a las historias creadas por Isaac Sasson, quien en la primera página escribe “Dedicado a todos los que siguen soñando, gracias”.
Agradecidos, nosotros.
Juan Carlos Ballesta