Keith Richards
Crosseyed Heart
Republic. 2015. Inglaterra
Richards, qué duda cabe, está indisolublemente asociado con The Rolling Stones, banda que cofundó en 1962 y con la que ha protagonizado una buena cantidad de los más grandes momentos en la historia del rock. Sus riffs de guitarra son memorables y su actitud de eterno rebelde le convierten en un ícono inmortal. Richards no ha necesitado mucho de los devaneos en solitario. El último que protagonizó fue hace 23 años con el disco Main Offender (1992) y antes de ello Talk is Cheap (1988), ambos publicados en un período en el que Mick Jagger también lo intentó tres veces como solista.
En medio de los rumores que meten de nuevo a los Stones en los estudios y los acerca a Latinoamérica, Crosseyed Heart es probablemente el disco menos esperado y al mismo tiempo más interesante que el inefable Richards haya publicado. Junto a The X-Pensive Winos, la misma banda de los primeros dos discos, Keif construye un disco sólido con aroma folk-country-blues-rock con baladas y temas más uptempo, así como brillantes acercamientos al reggae (“Love Overdue”, de Gregory Isaacs).
Richards comparte créditos en composición con Steve Jordan (batería, percusión) en ocho temas, uno de ellos (“Illusion”) con la participación de Norah Jones. Ivan Neville (teclados), Waddy Wachtel (guitarras), el tristemente fallecido Bobby Keys (saxos) y los coros de Babi Floyd y Sarah Dash, completan la banda, además de una gran cantidad de invitados entre ellos Pino Palladino, Aaron Neville y Larry Campbell.
Si estas canciones estuvieran cantadas por Jagger sería un gran disco de los Stones, aunque ello no significa que Richards desluzca en el rol de vocalista ya que las composiciones están adaptadas a su limitado pero expresivo rango vocal. Aunque a estas alturas podría ser entendido como un divertimento, este álbum es una excelente adición al catálogo que involucra a uno de los personajes más genuinos del rock and roll.
Juan Carlos Ballesta
http://www.keithrichards.com/crosseyedheart