Quentin Gas y Los Zíngaros
Sala El Sol, Madrid
(Octubre 26, 2018)
El nuevo ciclo en la vida del fantástico proyecto de Sevilla, Quentin Gas y Los Zíngaros, comenzó con buen pie con la presentación en Madrid del material que compone su tercer disco Sinfonía Universal Cap 2, obra conceptual de ciencia ficción que marca el inicio de una trilogía. A pesar de que aun falta madurar algo más las canciones en directo, Quintín Vargas demostró una libertad creativa tremenda.
La noche fue abierta por la agrupación madrileña Agrio, un dúo guitarra-batería que resultó un sorprendente descubrimiento. Su sonido es una mezcla del más robusto post rock, rock progresivo, hard rock, math rock, krautrock y otras formas no convencionales del rock. En la media docena de temas que interpretaron desfilaron las referencias a King Crimson, Mogwai, Explosions in the Sky, Swans, Hey Colossus, Can y Kreidler, entre otras. A destacar tanto el trabajo guitarrístico, con sonoridades no solo a guitarra eléctrica sino también a órgano, producto de una interesante pedalera de efectos, sino también el de la batería, con ritmos sincopados y también matemáticos en la onda de Jaki Liebezeit. Prometieron pronto su primer EP, el cual esperamos con ansias. Tienen mucho que aportar.
Pocos minutos después aparecieron los cuatro andaluces para acometer un repertorio basado en su nuevo disco, con dos de su anterior trabajo, Caravana (2017).
Mientras sonaba la “Obertura”, fueron ubicándose en sus puestos los cuatro músicos con camisetas con el logo de la NASA (Quintin de blanco, como el capitán de la nave interplaneraria), en una disposición con la batería y teclados a los extremos, ambos con poca iluminación.
Los cuatro primeros temas del nuevo álbum fueron tocados en el mismo orden, comenzando por “Dharti”, que anuncia la importancia de los sintetizadores en esta nueva etapa. “Brahaspati” y “Shukra”, continuaron la revisión, al tiempo que los cuatro iban afinando algunos detalles naturales de cuando se toca por primera vez un material en directo. Llegó entonces el momento de “IO”, punta de lanza del disco y que sirvió para que Vargas comenzara a soltarse acercándose al público para cantar sin micrófono la parte final. Su libertad en escena a veces creaba cierta inseguridad en el nuevo teclista, Bronquío.
“Deserto Rosso”, canción clave del disco Caravana y que fue elegida para la banda sonora de la serie Arde Madrid, nos llevó lejos en el viaje cósmico pilotado por un Quintín poseído por el espíritu de algún cantaor venido de otros mundos, haciendo loops con su voz y feedbacks con la guitarra. Fue un momento realmente telúrico, aunque con final un poco abrupto.
Retomaron el curso de Sinfonia Universal Cap 2 con la hipnótica “Ravi”, la envolvente “Mangal” y la mántrica “Shani”, en la que se luce el baterista Jorge Mesa. Ya con la audiencia volando, abordaron la sensacional “Mala puñalá” de Caravana y la apoteosis fue tremenda, con Quintín en una especie de posesión con espasmos de todo tipo. Los efectos creados con sus pedales en la parte final transformaron la pieza en un trance lisérgico.
El final del show fue con “Obeirón” y en el espacio ingrávido nos dejaron.
Quentin Gas y Los Zíngaros sigue su propio camino. Da gusto contar con una agrupación que no obedece a convencionalismos.
Juan Carlos Ballesta