Los Beat3
Centro Cultural BOD, Caracas
(Septiembre 28, 2016)
¡Lucky 7, dicen! Esta noche fue más que eso. La siempre ardua tarea que confrontan las bandas tributo es, cuando menos, estar a nivel de los originales. ¿Y qué puede ser más difícil aún? Si esas bandas han escogido la música de los cuatro de Liverpool e incluso tomando el riesgo de revivir enteramente uno de los álbumes más significativos de la historia del rock, Revolver, su número siete.
Esas cosas no llegan así nada más. Los Beat3 tienen ese algo que nos envuelve con magia y nos hace delirar. Sí, claro, Lennon-McCartney, pero estos tipos tienen algo que nos da mucho más que una remembranza de aquella gloriosa banda y la década de los 60. En ese delirio transitorio Alejandro Pérez, Andrés Seger, Iñigo Ayala y Zarik Medina mezclan una música aún vigente con entretenimiento, humor y amor. Y es que hasta su manager, Luis Alegrett, recuerda al afable Brian Epstein.
Revolver es el séptimo álbum en la discografía oficial del laureado cuarteto. Fue también el que puso a la banda en la onda psicodélica y el que representa un paso importante en el uso del estudio de grabación empleado como recurso para diluir y delinear conceptos jamás antes soñados. Los Beat3 tocaron el álbum en su concepción original con ese aditivo que corre por las venas de los latinos y que aún está por ser descubierto. “Taxman”, “Eleonor Rigby”, “I’m Only Sleeping”, “Love You To” y la dulce “Here, Rhere and Everywhere” iniciaron esta primera parte donde destacaron las participaciones de Kerman Zuccaro, en el manejo de sonidos como la guitarra reversa de “Taxman” y las cuerdas del segundo tema, y la excelente trompeta de Gamalier Espinoza dando breves pinceladas en la última de estos primeros cinco temas. La fuerza y el sonido de este segmento se hicieron sentir desde el mismo inicio. Los Beat3 cada vez más refleja un perfecto acoplamiento entre sus integrantes e invitados.
Luego, destacó una vez más la trompeta de Espinoza en la interpretación de la siempre divertida “Yellow Submarine” y la no tan divertida “For no One” con su aire barroco a la que él trompetista le añadió más presencia con su instrumento, sustituyendo, en esta oportunidad, al corno francés que es el empleado en la versión original del famoso cuarteto.
“She Said, She Said”, “Good Day Sunshine”, “And Your Bird Can Sing” fueron interpretadas con el temperamento alegre que caracteriza a la banda. En este segmento y a lo largo de todo el concierto, Iñigo, Zarik y, eventualmente, Andrés, improvisaron con característico humor los breves momentos entre canciones. “Doctor Robert”, “I Want to Tell You” y “Got to Get You Into my Life” continuaron la noche, destacando en el último, una vez más, la trompeta de Gamalier. Iñigo, selló el tributo a Revolver con la tercera contribución de Harrison a este histórico álbum, “Tomorrow Never Knows”
The four lads of Caracas hilvanaron un interesante repertorio que conformó la segunda parte del concierto. Abriendo con “Rain” y siguiendo con otros clásicos de los Beatles como “Strawberry Fields Forever”, “Penny Lane”, “Paperback Writer”, “Lucy in the Sky With Diamond”, “I Am the Walrus” y la suma cum laude “While My Guitar Gently Weeps” que resonaron en las salas del BOD con un indescriptible feelin’.
Hay que resaltar entre ellas la brutal frase de la trompeta piccolo en “Penny Lane”, ilustrada con la anécdota de David Mason y George Martin, el no menos brutal solo de Iñigo en “While My Guitar Gently Weeps”, la desgarradora voz de Andrés Seger en “Helter Skelter” y el increíble teclado de Zarik en “Long Tall Sally” fueron algunos de los puntos altos del concierto. Hasta “Let it Be” y “Revolution” resonaron con una fuerza de quienes saben que una buena pieza musical es eterna.
Aunque en breves ocasiones el sonido no estuvo en su lugar, el concierto estuvo a la altura. Estos grandes músicos que ya llevan años en el ruedo siguen siendo queridos con el mismo ahínco por un grupo etario diverso. La música tiene esa magia y Los Beat3 la varita para transformarla.
Leonardo Bigott