José Luis «Cheo» Pardo y Neil Ochoa conversaron con Ladosis sobre el segundo disco del trío, su origen, su asociación con Yordano y mucho más
Una nueva visita del trío venezolano radicado en Nueva York se saldó con un conciertazo, encuentros con los medios, dos DJ-sets de José Luis Pardo (DJ Afro) y estreno de nuevo material. Desde su show el pasado mayo, que se produjo gracias a su participación en el concierto de reaparición de Yordano, el grupo ha asentado su sonido junto al nuevo bajista, el sensacional Bambám Rodríguez, que ya participa en el nuevo EP del cual se ha extraído un primer single, “Los Caracas”.
Juan Carlos Ballesta (Fotos y texto)
A media mañana del día previo al concierto, Neil Ochoa (batería, percusión) (N) y José Luis “Cheo” Pardo (guitarra) (JL), acuden a la cita. Es siempre un placer poder encontrarse con estos venezolanos creativos, quienes a pesar del prolongado tiempo fuera del país, tienen siempre los ojos y el corazón puesto en Venezuela.
Su repertorio así lo testifica. Luego de El Debut (2010) (época en que los entrevistamos para Ladosis #10) y De Película (2015) (entrevista con Neil para Ladosis #39), regresan con nuevo material ya grabado con el nuevo bajista, con quien tocaron el pasado año en Caracas.
Bambám se quedó en el hotel, con un malestar que a veces da a aquellos que pierden la costumbre de comer arepas con quesos no pasteurizados. Nuestra conversa comienza, nadie sabe por qué, con Cheo mencionando al cantautor canadiense Mac DeMarco y su “K-Mart Style” con el que se viste él y toda su banda en esta incipiente era Trump.
¿Qué ha pasado con Los Crema desde el pasado mayo hasta hoy?
JL: Muchas cosas. Lo primero es que ahora ya no dependemos casi de las secuencias. Es un sonido más orgánico. Bambám metido en la onda Geddy Lee (Rush), tocando bajo y teclados. Es un proceso que tomará su tiempo, pero estamos en eso. Queremos ser menos dependientes de la electrónica. También nos ha tomado trabajo el tema vocal, ya que hemos decidido no depender tanto de invitados que muchas veces no están disponibles. “Los Caracas” nos llevó alrededor de seis meses.
¿Qué los hizo voltear hacia “Los Caracas”, esa ciudad vacacional increíble hoy día en decadencia absoluta?
JL: Es un sitio emblemático. O más bien fue. Los Amigos grabamos el video del “Disco Anal” en la discoteca que queda en el mirador. Su abandono no tiene nada que ver con el deslave. Hace poco pasé por ahí antes de ir a Caruao, y constaté que buena parte de la ciudad está tomada por los militares. Nuestro viaje con Los Crema nos lleva a ese pasado que representa lo bueno de los venezolanos.
¿Cómo definirían el sonido actual?
JL: Hemos dejado un poco de lado la presencia del cuatro como elemento inspirador y le hemos dado más cabida a sonidos funky, con el clavinet, el bajo, guitarras con wah wah. Es muy trippy este nuevo EP.
¿Qué tanto han tocado últimamente?
N: Hemos aprovechado “la cola” de Yordano, con quien volvimos a tocar en Miami y eso nos permitió abrir algo de campo allí donde hay muchos venezolanos. Tocamos en un local que nos hizo recordar a Mr. Ribs (risas).
¿Este nuevo EP indica que Los Crema irán publicando con mayor frecuencia?
N: Tenemos estos cuatro nuevos temas en formato EP y ahora pensamos ir publicando de esa manera para mantener presencia y no tardar tanto entre un disco y otro. Paso a paso, sencillo a sencillo.
JL: De esta manera podemos ir editando material más frecuentemente que tenga coherencia. Este EP tiene sonidos trippy, luego podemos hacer otro que suene a salsa erótica (risas), heavy metal y así. Además, resulta muy costoso grabar un disco completo, uno tarda demasiado tiempo y cuando finalmente lo editas ya estás en otra cosa. Lo acabo de experimentar produciendo el nuevo disco de Rawayana, que cuando salió ya los chamos estaban pensando en lo siguiente antes de presentarlo en vivo.
Como año y medio conceptualizando, grabando, produciendo y luego el disco dura dos meses en la mente de la gente. Hay que entender cómo funciona el negocio ahora. Por ejemplo, fuimos a ver al grupo The 1975 y antes de editar su primer disco habían lanzado muchos EPs y con eso llenan cada sitio donde tocan.
Cheo, entre tus varias actividades está la colaboración con el cantautor Ulises Hadjis (ahora viviendo en México), un trabajo sorprendente que te muestra en una faceta muy distinta, incursionando en la canción de autor. ¿Podrías adelantarnos algo de este disco que a primera oída nos gustó mucho?
JL: Ulises fue un día a Nueva York y nos vimos. Ya le había producido la canción que el hizo con Aterciopelados. En esa visita me enteré que en NY hay muchos maracuchos, tienen su propio ambiente y todos se conocen entre sí. No me había pasado que en una fiesta agarren las guitarras y empiecen a cantar.
Los caraqueños se caen a palos y ya (risas). Empezamos a cantar y de repente Ulises y yo arrancamos con varios temas de Los Amigos. De inmediato me propone hacer un disco y me insiste que yo no había lanzado canciones mías desde Los Amigos. Al caérseme un proyecto en noviembre pasado, Ulises se fue a Nueva York con unas millas que tenía pendiente de usar. Todo lo hicimos a cuatro manos con la idea de darle un sentido minimalista, sin banda, en plan Caetano y Jorge Ben. Lo lanzaremos ahora en marzo.
¿Escuchaste el nuevo disco de Los Amigos?
JL: Escuché varias canciones. Mi sensación inicial es que me hizo más falta Armando que Cheo. Muchos me dicen que hace falta Cheo, pero a mí no me parece. Con el cariño que le tengo a Agustín, me hizo falta Armando. Ese cuidado en usar sonidos y teclados vintage como el Rhodes, a primera oída lo extrañé. No sé por qué pero la presencia de los teclados no es la misma. Me sorprendió positivamente la composición, hay imágenes bonitas. Está bien escrito y hay letras buenas.
N: Agustín “lo latinea” más por su background.
JL: Si, Agustín es más Guaco. Quizá era hacia donde querían ir. Eso me hace pensar que yo estaba más fuera que dentro. Yo decía jodiendo en mis pataletas cuando estaba por abandonar la banda que querían sonar como Guaco y quizá no estaba tan equivocado. Yo no lo veía como algo malo, sino que pensaba era lo que ellos querían y yo no.
Definitivamente con Los Crema están explorando otros terrenos
JL: Si, el joropo entre ellos. Pero sin duda algo que no había explorado con Los Amigos y ahora sí, es el rock. Yo nunca me había permitido ser rockero y en Los Crema tengo muchos riffs. Ese lujo no me lo había dado y para mí es un descubrimiento. Bambám es un jazzero que creció oyendo a Metallica. Es muy Frank Zappa. Investiga texturas y se adapta. Se compró un Moog y trabaja para incorporarlo. Nueva York está llena de músicos buenísimos.
N: Bambán tiene en Nueva York solo cinco años. Viene de Europa con una sensibilidad diferente. Ahora está tocando también con la orquesta de Arturo Farrell y acaba de grabar un disco con Chucho Valdez. No viene de la escena latina intrincada como Álvaro Benavides (el bajista anterior) y tiene una sensibilidad tremenda para captar diferentes orientaciones.
Hay una generación de músicos venezolanos que han salido por la crisis que se educó en Venezuela, mientras que muchos de nuestra generación se educaron afuera. Estos nuevos llegan bien educados y están buscando entrar en la escena local, mientras nosotros ya no nos interesa tanto. Está, por ejemplo, Jorge Glem que es un monstruo y se mete en todos lados
JL: A Glem le va a ir muy bien. Siempre anda con su cuatro al hombro y donde puede tocar lo hace. La gente ya lo va conociendo y le dice ‘¿vas pendiente?’ y lo agarra en el aire, desenfunda y deja a todos sorprendidos. Es una paloma.
N: Nosotros nos hemos beneficiado también de esa generación. Llegan muy preparados. Glem hizo los cuatros de De Película y para nosotros fue un gran apoyo, igual que Manuel Rangel con las maracas. Nos alimentan con lo venezolano.
¿Qué viene?
JL: Armamos una banda de cumbia psicodélica con Edward Marshall (La Muy Bestia Pop) llamada Loco Beach. Será tremenda sorpresa.