Inicio Discos Monsieur Periné «Caja de música» (2015) (Colombia)

Monsieur Periné «Caja de música» (2015) (Colombia)

Monsieur Periné

Caja de música

Sony Music. 2015. Colombia

 Luego de la casi mágica sorpresa que fue Hecho a mano (2012), un primer disco como pocos, Caja de música, con sus casi tres años en espera, se nos hizo como la llegada inminente de la Navidad cuando teníamos 5 años de edad. Pero el regalo no es exactamente como se veía en la TV.

No es que Catalina García y sus cómplices se hayan dormido en las glorias de esa increíble fusión de jazz manouche, swing, cumbia y bolero -y ahora bosanova– que conjuraron en su insólito debut, sino que por el contrario su nuevo trabajo se ve afectado por unas ganas un tanto incontrolables de “ir más allá”, donde las cualidades melódicas de la banda parecen haber saltado sin aviso a la estratosfera -este es un disco que suena muy, muy “bonito”- encaramadas a la vez sobre un ánimo de creación tan vehemente que a veces lo experimental se siente forzado, incluso si les sale bien.

Se nota tanto a ratos que es difícil saber sí cuando juegan a romper en el tiempo en “Nuestra canción” lo hacen fascinados por la idea de jugar con el compás o pensando en cómo serán sus fans los fascinados, y aunque aún quedan muchos de esos punteos de guitarra “swingsosos”, la banda visita a ratos tierras tan ajenas que su identidad se diluye, como en el reggae playero “Marinero Wawani”, o en esa especie de himno caribeño de cierre que es “Mi libertad”, sólida y emotiva, pero demasiado apegada a la tradición de rock mestizo de la región, incluso si la intención declarada de la banda ha sido a ratos la de explorar la identidad colombiana y latinoamericana.

A pesar de todo esto, el trabajo vale la pena, gracias a su pintoresca -y casi ingenua- musicalidad, el maravilloso y originalísimo arte de “carátula y libro” de José Arboleda -un regalo de antología-, y unas letras sin pretensiones capaces de tocarnos y hacernos creer en la cara más romántica- y chapada a la antigua- del amor y demás intensidades del corazón.

Gustavo Reyes