ALIRIO DÍAZ (Carora 1923, Roma 2016)
Adiós a un guitarrista universal
Dios sigue haciendo su mejor casting…
El 5 de julio será de ahora en adelante el día de Alirio Díaz. Sí, el insigne maestro de la guitarra clásica y uno de los primeros músicos venezolanos en ser reconocido más allá de nuestras fronteras, falleció en Roma, Italia a los 92 años de edad. Este icono de la música nació en el caserío La Candelaria, cercano a Carora, estado Lara, el 12 de noviembre de 1923. Su vida vio en la música su eterna compañera.
Leonardo Bigott
Inicialmente bajo las enseñanzas de un tío, Alirio dejó su hogar a los 16 años para buscar mejores oportunidades de desarrollar su arte en la ciudad de Carora. No tardó mucho en establecerse en Trujillo para seguir estudios de saxofón y clarinete con el reconocido Laudelino Mejías. Sin desviar su interés por la música, Alirio debió aprender inglés, mecanografía, tipografía e incluso ser corrector de pruebas para un periódico trujillano. Fue también en esa ciudad donde se convirtió en guitarrista acompañante en Radio Trujillo.
Siguiendo los consejos del periodista Cecilio Zubillaga, Alirio viaja a Caracas a finales de 1945 en medio de turbulencias políticas, ya que el general Isaías Medina Angarita, Presidente de la República, fue derrocado. Este viaje representaría el paso definitivo para consolidar su vocación musical en la Escuela de Música José Ángel Lamas en la que estudió bajo la tutela de otro célebre guitarrista, Raúl Borges.
Cinco años más tarde el gobierno venezolano le otorga una beca para continuar estudios en Madrid, España, con el profesor Regino Sainz de la Maza y es precisamente en 1950 cuando ofrece su primer concierto en Europa. Otro paso relevante fue su entrada a la Accademia Musicale Chigiana en Siena, Italia, para seguir estudios con quien era el guitarrista más relevante del orbe, Andrés Segovia. El maestro quedó muy impresionado con la técnica de Díaz y su amplio repertorio. Ya para 1954, Alirio era asistente de Segovia, lo que se tradujo en presentaciones en las más afamadas salas de Europa.


El reconocimiento europeo
Un hecho resaltante tanto para la comunidad musical como para el guitarrista, en lo personal, fue la dedicatoria que le hiciera uno de los más grandes compositores españoles del siglo pasado, Joaquín Rodrigo. Creador de grandes obras para la guitarra como “Concierto de Aranjuez” y “Fantasía para un gentil hombre”, Rodrigo dedicó al guitarrista venezolano su composición “Invocación y danza”, pieza que marcaría el inicio de muchas composiciones dedicadas al gran maestro. La pieza ganó el primer premio en el Coupe International de Guitare otorgado por la Oficina de Radiodifusión-Televisión Francesa. Subsecuentemente, Alirio ejecutó dicha composición un año después, lo que también significo presentaciones a lo largo y ancho del mundo combinando un repertorio de temas barrocos con composiciones de músicos de nuestro continente como los venezolanos Antonio Lauro, Vicente Emilio Sojo y el paraguayo Agustín Barrios Mangoré.
Alirio encontró en Europa la atmósfera idónea para llegar a ser uno de los más grandes guitarristas de la historia. No sólo entabló estrechas relaciones con la élite intelectual de esos tiempos sino que cultivó amistades afines a su arte como fueron las de Joaquín Rodrigo, Narciso Yépes y Federico Mompou, Gerardo Piego, Moreno Torroba, García Nieto, Emilio Pujol, Daniel Fortea, Eugenia Serrano, Xavier Montsalvage, Joaquín Achucarro, entre otros. Su estancia en el viejo continente también significó interpretar junto a los más reconocidos directores de esos tiempos, Leopold Stokowski, Sergiu Celibidache, Antonio Estévez y Andre Kostelanetz, entre otros de una extensa lista.
Italia, su segundo hogar
Alirio Díaz eventualmente encontró un segundo hogar en Italia, pero no dejó de hacer viajes frecuentes a Venezuela para recopilar canciones del folclor cuyos arreglos comenzaron a ser adoptados e interpretados extensamente. En el proceso de búsqueda e investigación de estas obras, Alirio adoptó una postura crítica desde una visión musicológica que plasmó en el libro Música en la vida y lucha del pueblo venezolano y reflejado también en su autobiografía Al divisar el humo de la aldea nativa.
La trascendencia de Alirio Díaz es incuestionable y está reflejada, entre otras formas, en el concurso internacional de guitarra que lleva su nombre. Su interpretación del célebre y mundialmente conocido “Concierto de Aranjuez” ha sido reconocida internacionalmente dejando una huella indeleble en los moradores de su adorada Carora, una de las ciudades más musicales del país.
Discografía nutrida
Alirio fue un prolífico guitarrista quien en su etapa más fértil e inquieta como intérprete, entre 1956 y 1980, publico casi una treintena de discos publicados por sellos discográficos de Venezuela, Gran Bretaña, España, Italia, Estados Unidos, Francia y México (entre ellos RCA Victor, Éditions De La Boîte À Musique, Vanguard y EMI) , en los cuales abordó desde clásicos para guitarra española a aguinaldos venezolanos, pasando por conciertos para guitarra, música del período barroco y decimonónico.
