Pocas historias en la música tan injustas como la del cantante nacido en Gainesville, Florida, quien a pesar de su inmenso talento apenas pudo grabar tres discos en su vida, el primero de ellos cuando tenía 62 años. El año pasado había publicado el tercero, Changes, completando un estupendo trío de trabajos. No le dio tiempo para más: un cáncer de estómago se lo llevó el pasado 23 de septiembre.
Carlos Varela
A los 14 años, gracias a su hermana, Bradley ya había visto por primera vez a su héroe y referencia, James Brown, en el emblemático Teatro Apollo de Nueva York, ciudad a la que su madre, que lo había abandonado a los ocho meses y dejado con su abuela, se lo llevó. Pero, el joven Charles se fue de su casa, donde vivía en el sótano en precarias condiciones, poco después de aquel concierto. Durante dos años deambuló por las calles y durmió en el Metro.
El periplo seria largo. Bradley trabajó como cocinero diez años, y durante ese tiempo cantó ocasionalmente impulsado por un compañero de trabajo que le encontraba parecido con Brown. No estaba equivocado. La banda de apoyo se disolvió porque todos menos él fueron llamados para la guerra en Vietnam. Decidió entonces recorrer Estados Unidos pidiendo cola. Antes de asentarse en California en 1977, pasó tiempo en Seattle, Canada y Alaska. Allí hizo todo tipo de trabajos y ofreció pequeños shows durante 20 años, interpretando a James Brown escudado en nombres como Screaming Eagle of Soul, Black Velvet e incluso James Brown Jr.
Finalmente, en 1994 decide regresar a Brooklyn tras una llamada de su madre. Aunque siguió cantando como Black Velvet, la suerte le seguía siendo esquiva. Casi muere por una reacción alérgica a la penicilina y poco después su hermano fue asesinado cerca de la casa.
Una noche, sin embargo, fue descubierto por Bosco Mann (Gabriel Roth) de Daptone Records quien le presenta a su futuro productor, Tom Brenneck, para el momento el guitarrista y compositor en The Bullets y luego en Menaham Street Band. Brenneck invitó a Bradley a un ensayo, y éste pidió a la banda que tocara para el cantar algunas de sus letras. Luego de escribir suficientes canciones, Daptone decidió editar las diez escogidas por Bradley y Brenneck en el disco No Time for Dreaming en 2011.
Finalmente le había llegado la oportunidad, a los 62 años. Al año siguiente el documental de Poull Brien, “Soul of America”, fue estrenado en el SXSW Film Festival en Austin, Texas, contando la insólita historia de Bradley desde su niñez en Florida, los días sin hogar, las giras como Black Velvet y su salto con Daptone con conciertos alrededor del mundo.
El segundo disco, Victim of Love, se publicó en 2013, confirmando su talento. Tres años después, en abril de 2016, vio la luz el tercer álbum, Changes, cuyo nombre obedece a la versión que realizó del tema original de Black Sabbath. Sus presentaciones en vivo, acompañado de una super banda compuesta por músicos blancos llamada His Extraordinaires, fueron sensacionales, no exentas de las referencias a su héroe James Brown que incluian la forma en que lo presentaban y su salida a tarima.
Desafortunadamente, en agosto del año pasado comenzó a sentirse mal y tuvo que cancelar todos sus compromisos. Tenía cáncer de estómago contra el cual no pudo sobreponerse, muriendo en Brooklyn rodeado de su familia, amigos y músicos.
A pesar de su corta discografía, sus canciones han sido sampleadas por artistas de hip hop y han aparecido en diversar series de T.V., dejando claro el gran talento que atesoraba Charles Bradley y que lamentablemente fue tomado en cuenta muy tardíamente, luego de años de sufrimiento.