Cerati Infinito
Centro Cultural B.O.D., Caracas
(Julio 14, 2018)
Inmortal, como todo genio, ese ha sido Gustavo Cerati (†), músico de la más alta relevancia dentro del rock iberoamericano. Poco puedo decir de una historia harto conocida más allá del amargo recuerdo de su muerte cuatro años después de un coma que inició en nuestra capital. Yo apenas terminaba de escribir una semblanza de su vida tras la edición de Fuerza Natural en 2009. Meses más tarde comenzaría el vía crucis que ya todos conocemos.
La trascendencia artística de Gustavo Cerati ha sido el motivo del productor José Luis Ventura y el músico Gilberto Bermúdez para rendirle un merecido tributo al compositor y guitarrista argentino tan querido dentro y fuera del continente. La empresa ciertamente no es fácil, pero ambos lograron reunir un interesante grupo de nuevos y veteranos rockeros, y lo que comenzó como una simple idea pronto se transformó en tres shows que colmaron las dos salas del Centro Cultural B.O.D.
Bermúdez, cantante de larga trayectoria dentro del rock, músico generoso y agradecido con el público, dirige en la actualidad la Orquesta de Rock Sinfónico que pertenece al Movimiento de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. Para este tributo el vocalista contó con las teclas de Luis Serrano, la batería de Franco Nori, las guitarras de Julio César Sánchez y Yianbeerts Macías, el bajo de Manuel Muñoz y la voz de Héctor Rangel.
El set abrió con “Al fin sucede” y “Dios nos libre” del álbum solista Ahí Vamos de 2006, ambas con Gilberto en la voz. Debo destacar que Gilberto es integrante de la legendaria Aditus con quien toca y canta desde 2012. La tarde continuó con el tema “Entre caníbales” del álbum de Soda Stereo Canción Animal de 1990, en la voz de Manuel Muñoz, quien demostró su fuerza vocal en este tema. El veterano George Henríquez, fundador de Aditus, continuó con “Un millón de años luz” del mismo álbum. George también dejó clara su fuerza rockera y el dominio escénico que suelen dar los años en el ruedo musical.

Luego aparecería otra de las voces rockeras más distintivas del país desde finales de la década de los 80, Biella Da Costa, a quienes muchos recuerdan como cantante líder de La Banda de Casablanca. Biella interpretó “La excepción” también de Ahí Vamos y permanecería en el escenario para cantar junto a Gilberto, “Rapto”, del último álbum de Cerati, Fuerza Natural editado en 2009. Fue un momento emotivo dentro del extenso repertorio y ante una eufórica audiencia que apenas saboreaba un poco de lo que estaba por ofrecerse.

El show siguió con uno de los grandes éxitos de Soda Stéreo, “Persiana Americana”, en la voz de Manuel Mirabal. El joven cantante también demostró fuerza vocal y una confianza desbordada. El reconocido Gabriel Figueira (Gaélica), acompañándose de su guitarra, interpretaría “Otra Piel”, otro de los temas de Ahí Vamos, para luego darle paso al legendario Guillermo Carrasco, quien con su característico humor afirmó que por veterano le tocó interpretar dos temas, “Sudestada” del tercer álbum solista de Cerati Siempre es hoy de 2002 y “Té para tres” de Canción Animal. El segmento fue particularmente atractivo por los marcados contrastes entre uno y otro intérprete.



El teclista Luis Serrano abandonaría su instrumento para cantar “Lago en el Cielo”. Su voz, al igual que la de Manuel, posee rasgos similares a la del homenajeado. Luego, el director se haría una vez más del micrófono para cantar “Adiós” y dar paso a Héctor Rangel con “Déjá Vú”, temas de Ahí Vamos y Fuerza Natural, respectivamente.
La fuerza de Luis Irán ciertamente hizo memorable su interpretación de “Prófugos”, extraída del tercer álbum en estudio de Soda Stereo, Signos, editado en 1986. Los dos Aditus volverían a escena para interpretar otro clásico de Soda, “La ciudad de la furia” del álbum Doble Vida de 1988 para luego dejar a Biella con “De música ligera” de Canción Animal. Otro memorable momento.


Debo decir que tal vez la euforia y la nostalgia provocaron tanta energía que el sonido se salió de sus parámetros con una ligera distorsión que seguro estoy pasó desapercibida ante una audiencia igual de eufórica y entregada. En otros momentos tampoco la afinación estuvo en su sitio, tal vez motivado por la misma razón que describí anteriormente, lo cual para nada resta mérito a una producción muy bien elaborada con músicos talentosos que apenas comienzan el arduo camino de este arte. El bis llegó con “Puente” de Bocanada, editado en 1999 e interpretado por Gilberto. Finalmente, con todos en escena, “Hombre al agua”, una composición de Cerati y el teclista Daniel Melero perteneciente a Canción Animal.
A lo largo del concierto, pudimos siempre apreciar videos de las diferentes etapas de Soda Stereo y Gustavo Cerati.

Mi idea de tributo suele ser aquella donde los grupos o músicos solistas hacen una cirugía radical e impregnan con su estilo la versión en cuestión. Algo de eso hubo acá pero me sentí bastante satisfecho con el repertorio y el haber conocido a jóvenes ya dispuestos a embarcarse a aventuras como ésta y dispuestos a darlo todo. También, pudiera crear una polémica sobre el repertorio seleccionado pero si hay algo difícil en este arte es complacer a todos. Hubiera querido más de Bocanada y Doble Vida. Ya vendrán otros momentos.