Crisis (+Klobber)
Wurlitzer Ballroom, Madrid
(Septiembre 22, 2018)
Alguna razón de peso debe haber tenido el inglés Tony Wakeford para resucitar su primer proyecto, Crisis, una banda de efímera existencia que nació al calor del punk hace 40 años y que apenas tuvo tiempo para publicar en vida dos singles y un mini-LP, antes de disolverse tras abrir un concierto en mayo de 1980 a Magazine y Bauhaus.
Es obvio que el interés creciente en aquel período no solo ha hecho que bandas que se creían extintas se hayan reactivado, sino que surjan miríadas de nuevas agrupaciones inspiradas por aquellas. Crisis permaneció como uno de los secretos mejor guardados del punk inglés, manteniendo un estatus de culto gracias sobre todo a la trascendencia de dos de sus fundadores, Douglas Pierce y Tony Wakeford, con los proyectos que han liderado por décadas, Death in June y Sol Invictus, respectivamente.
Wakeford (bajo) y Pierce (segunda guitarra), formaban aquella encarnación de Crisis junto al baterista Mike Rendle (luego con Theatre of Hate), el líder guitarrista Lester Jones (luego formó Carcash International), y el cantante Dexter, quien era roadie y fan de la banda, quien sustituyó a la voz original, Phrazer.
En años posteriores a la disolución fueron apareciendo el resto de los temas que habían grabado, demos de sonido precario, así como algunas tomas en directo de variada calidad. Prácticamente todas las canciones que compusieron entre 1977 y 1980 han sido publicadas, incluso su último concierto. El más completo resumen fue el compilado We Are All Jews and Germans que en 1997 publicó el recordado e influyente sello World Serpent. Es muy probable que Wakeford haya meditado sobre lo prematura de aquella separación, aunque no haya contado con ninguno de los miembros originales para esta reencarnación. Este regreso a sus fuentes primigenias ligadas al punk, en especial al que se identificaba y profesaba las ideas de izquierda, no presenta ningún tema nuevo, sino una revisión de aquellos para presentarlos primordialmente a los que jamás pudieron verlos en su momento, que es la mayoría que asiste a sus conciertos. Crisis participó activamente en Rock Against Racism y la Anti-Nazi League, así como en las marchas Right to Work. Su posición fue ubicada en la extrema izquierda del punk. Mucha agua ha corrido bajo el puente desde entonces y aunque Wakeford ha transitado otros derroteros, considera que aquellas canciones siguen teniendo vigencia.
Con la expectativa que generaba la visita de un personaje como Wakeford, un selecto grupo de seguidores (varios de los cuales se sabían cada canción), aparecieron en la tarima, con gran humildad, los músicos que conforman la versión actual de Crisis, con el cantante Lloyd James (de la banda de dark folk Naevus) al frente, flanqueado por el guitarrista Clive Giblin (de la mítica banda de Marc Perry, Alternative TV) y Wakeford con una especie de bajo mutante con el cuerpo cortado, con Aurora Lee al fondo, la baterista que sustituyó recientemente a Igor Olajer (de Autorotation), quien a pesar de tocar con energía, tuvo algunas equivocaciones en redobles finales de varias canciones al terminar a destiempo. Nos llamó la atención el estilo poco convencional de coger las baquetas, muy cerca de la mitad de su longitud.
Comenzaron con “Back in the USSR”, y rápidamente dos temas de su primer EP, “No Town Hall” (que le da nombre) y “PC One Nine Eight Four”, dos temazos enmarcados en el más crudo punk digno inspiradores de los mejores pogos. Quizá no suenan con la frescura y atrevimiento de los originales, pero aun conservan su atractivo. Más interesante en el presente resulta “White Youth”, con un bajo tremendo. En algo recordó a Gang of Four.
Volvieron al punk primigenio con “Alienation” y a un sonido más oscuro con “Dead on the Shelf”, uno de sus primeros demos. “On TV”, es uno de los temas más saltarines, a medio camino entre Wire y Gang of Four.
El bajo de Wakeford fue siempre el conductor, aunque personalmente asumió un bajo perfil. Los ecos de Joy Division orbitaron en varios temas como “Afraid”, mientras que en “Laughin’” sonaron más experimentales. Un antiguo tema como “Militant”, que suena a Sex Pistols, también fue rescatado. Y en esa misma tónica de izquierda abordaron “Red Brigades”, tema de rítmica y guitarra machacante. No hubo, sin embargo, ning´pun tipo de mensaje político. De hecho, hubo poca comunicación.
“Brückwood Hospital” sonó potente, aunque faltaron las inquietantes voces del original. Otro de los temas primerizos “Kill Kill Kill” también lo rescataron, de espíritu cercano a The Clash. El instrumental “Frustration” sirvió de puente para la parte final con “UK ‘79”, sin duda uno de los temas clave, con una guitarra que se repite sobre una base rítmica bailable y la voz rabiosa; y finalmente la crítica “Holocaust”.
Obviamente no podían dejar fuera “Kanada Kommando”, con la que cerraron su noche madrileña, la única en España, que se produjo gracias a la productora Indypendientes.
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Klobber, el revival de 1977
La banda encargada de calentar la noche fue Klobber, un cuarteto radicado en Madrid que conforman músicos de diferentes procedencias que coincidieron en la capital española y en su amor por el punk original que bebe directamente de las influencias de The Clash, Sex Pistols, The Damned, Sham 69, Buzzcocks y otras bandas británicas, pero también con algunas pinceladas de Ramones, Dead Kennedys y el hardcore punk estadounidense de los 80 como Bad Brains, Black Flag o Bad Religion. No inventan la rueda, sino que la ponen a rodar con relativa eficacia.
Son ellos, el neoyorquino Mike Barnes (voz principal, guitarra); el escocés de Glasgow, Gordon Smith (guitarra, coros); el londinense Humphrey White (batería); y el único español, Alberto Real (bajo, coros). Tocaron 14 canciones dentro de los cánones que caracterizan al género, es decir de corta duración, generalmente de menos de 3 minutos.
Barnes es el que lleva el peso escénico, con una actitud y forma de cantar que refleja toda la rabia y urgencia que tenían aquellas bandas. Es ayudado en parte por Smith, cuya estética también se enmarca dentro de los estándares. Entre los temas que interpretaron, destacaron “15 minutes pain”, “I Don´t Care”, “Sex Pistols One”, “London”, “Civilización muerta” y la excelente versión del clásico “New Rose” de The Damned, considerado el primer tema punk publicado en Gran Bretaña, en 1976.
Aunque el público aplaudió -e incluso algunos cantaban algunas canciones-, no hubo euforia.