Desorden Público
Teatrex, Caracas
(Julio 1, 2016)
Finalmente llegó el nuevo disco de la legendaria banda de ska caraqueña, Bailando sobre las ruinas. Este trabajo representa el comienzo de un nuevo período en la larga historia de Desorden Público, que desde el pasado año ha venido celebrando sus 30 años de trayectoria de diversas maneras. Es una especie de kilómetro cero que da inicio al año 31. Nada mejor que un nuevo disco, una caja de 10 CDs y una gira por Europa (que se extenderá por todo julio), para establecer una especie de antes y después.
Este nuevo puñado de canciones son el reflejo del momento que los venezolanos nos ha tocado vivir y así lo reflejaron durante el show de presentación, no solo con las canciones sino también con las intervenciones entre ellas. Este showcase se enmarcó dentro de la iniciativa Ciclo y Aparte (tercera fecha) y comenzó con una rueda de prensa en la que explicaron brevemente el origen del nombre del disco y de varias de sus canciones, así como la mecánica del show, en el que por primera vez estuvieron ausentes canciones emblemáticas de su carrera que la gente siempre espera.
El show comenzó con la proyección de un EPK (Electronic Press Kit) en el que Horacio Blanco, José Luis “Caplís” Chacín, Danel Sarmiento y Óscar “Oscarello” Alcaíno hablan sobre el disco y sus canciones de manera sincera y divertida. De inmediato, con todos ya en tarima, Horacio da la bienvenida y presenta el tema que da nombre al disco, una especie de alegoría optimista sobre el futuro de Venezuela en el que la expresión “bailando sobre las ruinas” implica celebrar el fin de una etapa ruinosa, el triunfo final de la vida sobre la muerte.
El teclista y productor del disco, Francisco “Coco” Díaz, explicó el proceso desde que le comunicaron que sería, por tercera vez consecutiva, el encargado de grabar y producir este nuevo álbum. Lo definió como un disco muy pop, en el mejor sentido del término. Y en seguida tocaron “Los zombis están de moda”, uno de los cuatro temas que habíamos ya escuchado en vivo y que aborda la actualidad en clave de humor. Luego le tocó a Danel presentar el tema “A mí me gusta el desorden”, un pegadizo dancehall que animó a todos los presentes y que es otro de los que ya han estado tocando desde hace algún tiempo.
Caplís fue el encargado de presentar y confesar que su tema favorito del disco es “Ska mundo ska”, que en el disco cuenta con la participación en pleno de la afamada banda japonesa Tokyo Ska Paradise. Es, por supuesto, una de esas canciones distintivas del sonido Desorden que rápidamente conecta con el público y que seguro se convertirá en clásico.
El próximo en introducir una canción fue Oscarello, que por su conocida afición a la salsa presentó “La temperatura”, muy bien lograda versión ska del clásico tema de Los Hermanos Lebrón, familia musical oriunda de Puerto Rico que hizo carrera en Nueva York. En este tema Danel cantó junto a Horacio y bailó salsaska por toda la tarima, mientras uno de los ayudantes de la banda tocó la batería y el trombonista Terry Bonilla se encargó de la tumbadora. Horacio entonces preguntó a la audiencia cuantos tenían familiares o amigos fuera de Venezuela. Las manos levantadas fueron casi de la totalidad de los presentes, escenario propicio para interpretar “Los que se quedan, los que se van”, que estamos seguros tendrá un efecto telúrico en muchas de sus venideras presentaciones europeas en las que el flujo de venezolanos será mayor que en años anteriores. Extrañamos en pantalla el video de la canción.
El saxofonista Héctor Hernández, el más joven del grupo, fue escogido para presentar el siguiente tema, para el cual invitó a su compañero en Quintillo Ensamble, José David López, a tocar con su cuatro eléctrico el tema “Cementerio ‘e mis amores”, que aunque presentaron como un tema con obvias influencias del joropo llanero, tiene grandes influencias de los corrillos mexicanos. De todos, fue quizá el que se notó menos aceitado en vivo. Una sorpresa fue la versión actualizada de “Estoy buscando algo en el Caribe” (original del segundo disco En Descomposición de 1990), que fue antecedida por la presentación de Magú, sin duda la más imaginativa de las introducciones con un texto que establece un símil entre Latinoamérica y los perros cacri, símbolo que emparenta a todos los países, desde México a Argentina.
El trompetista Noel Mijares presentó “Es ist kalt in Berlin”, cantada en alemán como especie de homenaje a una ciudad que ha significado mucho para Desorden Público. Horacio bromeó preguntando si su pronunciación era más del sur o del norte de Alemania.
Antes de finalizar, tanto Horacio como un más vehemente Caplís se refirieron a la situación del país, elogiaron a algunos emprendedores, para desembocar en “Todo está muy normal” (que lanzaron al ruedo en el Festival Suena Caracas 2014 con la consecuente polémica), un cierre perfecto para un show condensado e íntimo que pone a rodar oficialmente (por ahora solo de forma digital) el octavo disco de nuevo material de su incombustible carrera.
Juan Carlos Ballesta