Grails
Chalice Hymnal
Temporary Residence Ltd. 2017. EE UU
La banda estadounidense Grails lleva desde inicios del milenio produciendo una labor sólida y evolutiva dentro del eclecticismo del post-rock. Psicodelia y electrónica dentro de un entramado sónico cuyo norte está en replantear continuamente la esencia del rock progresivo desde un enfoque que prioriza lo atmosférico y lo relajado.
Desde los tiempos de ese fenomenal disco del año 2011 que fue Deep Politics –uno de sus trabajos más sólidos– el grupo estuvo trabajando en un proyecto conceptual titulado “Black Tar Prophecies” que abarcaba varios EP, además de un disco compartido con el grupo Pharaoh Overload.
Ahora Grails nos brinda este hermoso disco llamado Chalice Hymnal, ahora reducida a formato trío conformado por Emil Amos (batería, guitarras, bajo y teclados), Alex John Hall (guitarras, mellotrón y sampleos) y WM Zak Riles (sintetizadores, batería, guitarra y oud). El despliegue sonoro encapsulado en el disco se completa con las ocasionales intervenciones de varios invitados: el contrabajista Ross Gallagher, los saxofonistas Niklas Kraft y Daniel Fisher-Lochhead, el armonicista Dylan Rice-Leary, el teclista experto en sintetizadores Ash Black Bufflo y Timba Harris como director de arreglos de cuerdas. Hay mucho que elogiar en Chalice Hymnal.
La apertura del repertorio está a cargo de la pieza que justamente da título al álbum, la cual está delineada bajo una ingeniería sonora onírica y envolvente, dirigida por las múltiples capas y fraseos de guitarra y sostenida sobre un esquema rítmico lento ornamentado con sobrias pulsaciones tribales. Si bien opinamos que esta idea sencilla podía haberse explorado por un poco más de tiempo, agradecemos que el saxo entre a tallar para llevar la magia reinante hacia una dimensión imponente. La dupla de “Pelham” y “Empty Chamber” sirve para que Grails siga explayándose en su inquieto eclecticismo: el primero de estos temas nos exhibe una brillante mezcla de post-metal y jazz-rock dentro de una amalgama genuinamente progresiva mientras que el segundo se centra en grisáceas capas minimalistas sobre los que el alma del oyente empático está invitada a reposar.
Con ‘New Prague’, el grupo se dispone a explotar el dinamismo inherente a su faceta más aguerrida, y lo hace creando un bloque sonoro dramáticamente épico en base a la confluencia de stoner y post-rock con matices krautrockeros añadidos para aportar una tensión especial. Esta remodelación del estándar de la banda escocesa Mogwai con recursos sonoros inspirados en los legados de Guru Guru y Agitation Free, recoge el primer cénit decisivo del disco. “Deeper Politics” (tema que cuyo título, según suponemos, alude al álbum Deep Politics que el grupo hizo en el año 2011 cuando aún era quinteto), también se enfila por esta camino de languidez épica pero esta vez la atmósfera reinante es notoriamente flotante, centrada en la amalgama etérea y misteriosa de cortinas de teclados y volátiles capas de guitarras.
A pesar de su título, “Tough Guy” encarna una nueva exploración de sonoridades etéreas con la particularidad de que el factor electrónico y no tanto el modelo post-rockero es el factor determinante en el arreglo instrumental general. La verdad que esta tríada de “New Prague”, “Deeper Politics” y “Tough Guy” sirve por sí sola para indicar al oyente la estrategia estética en torno a la que el grupo ha invertido sus energías creativas para Chalice Hymnal.
Con “Rebecca” se hace el tránsito hacia la segunda mitad del álbum: este despliegue de sonidos articulados en una belleza ensoñadora y cósmica nos suena a un ingenioso híbrido de la faceta más relajada de unos Tortoise y el legado de aquel supergrupo kraut-electrónico que fue Harmonia a partir de una partitura perdida del Vangelis de inicios de los 80. Incluso el empleo de la caja de ritmos con un swing básico ayuda a generar un aura cálida al asunto. Una belleza de tema, repetimos, y lo mismo vale para “Deep Snow II”, el cual está marcado por una dupla de guitarras acústicas.
La aureola evocativa tan poderosamente instalada en “Rebecca” con una actitud que podemos calificar romántica vira en “Deep Snow II” hacia la melancolía en su expresión más intensa. El crescendo que se gesta con el ingreso de la dupla rítmica y el reforzamiento de los fraseos y texturas de las guitarras eléctricas exhibe una exquisitez única. Este disco solo logra cautivarnos más mientras avanzamos por el repertorio, por lo que cuando llega el turno de “The Moth & The Flame”, solo nos queda abandonarnos al embrujo de las celestiales atmósferas sónicas que el grupo utiliza para capitalizar la magia cósmica que se ha venido reforzando y enriqueciendo a lo largo de la secuencia de las dos piezas precedentes. “Thorns III” es un tema agradable que se centra en el elemento acústico que antes había conformado la primera mitad de “Deep Snow II”: con ello, el grupo logra crear un subterfugio de interioridad pastoral en medio de los climas modernistas que inundan al disco.
Y así llegamos a la última pieza, la cual se titula “After The Funeral” y se extiende hasta poco más de 10 minutos de duración. Al igual que en “Deeper Politics”, aquí hay arreglos de cuerdas incorporados al esquema sonoro del grupo, pero esta vez la presencia de aquéllas es más dominante a la hora de realzar el desarrollo temático. Portando una vitalidad altiva mientras se centra en retratar una espiritualidad serena penetrada por retazos de melancolía y mareas de nostalgia, “After The Funeral” hace sentir la gravedad imponente de su vaporosa grandilocuencia.
Chalice Hymnal es literalmente un cáliz de magnífica y opulenta orfebrería traducido al lenguaje de la música, un catálogo de himnos que no necesitan de recursos corales para expresar a lo grande las emociones y sensaciones que inspiran a cada uno de ellos. Los músicos de Grails se han lucido enormemente con este disco que recomendamos al 100%.
César «Inca» Mendoza Loyola (Lima/Perú)