El 23 de julio de 1971 la icónica banda inglesa publicaba su séptimo disco inspirado en la idea del origen de la música.
The Moody Blues
Every Good Boy Deserves Favour
Threshold. 1971. Inglaterra
Desde 1964, The Moody Blues ha permanecido en la escena musical atravesando los altibajos de rigor propios de una banda con una dilatada historia.
En sus orígenes, el grupo llamó la atención interpretando temas de r&b en su natal Birmingham. El teclista/fundador Mike Pinder, el multi-instrumentista Ray Thomas†, la guitarra de Denny Laine, y la sección rítmica de Graeme Edge y Clint Warwick en batería y bajo respectivamente, conformaron la primera encarnación de The Moody Blues.
En poco tiempo encontraría al bajista John Lodge y al guitarrista Justin Hayward sustituyendo a Clint y Denny. Con esas nuevas dos cartas bajo la manga, el grupo se mantuvo en lo que podemos considerar su era clásica, que va de mediados de los 60 hasta entrado el primer lustro de los 70, con un cese entre 1974 y 1977.
A lo largo del tiempo su segundo álbum, Days of Future Passed de 1967, se aseguraba su lugar en la historia con su interesante mezcla de música clásica y rock, convirtiéndose en un pivote de lo que pronto se llamaría art rock y rock progresivo, géneros que se han diversificado a tal punto que parecieran estar viviendo un nuevo período de esplendor en la actualidad.
El mencionado disco es hoy considerado un hito tanto del género como de lo que conocemos hoy bajo el nombre de ‘álbum concepto’ y que en términos simples se refiere al desarrollo de un tema específico expresado en términos musicales.
Esa idea es la base sobre la cual The Moody Blues grabó nuestro festejado álbum, tomando como tema central la historia de la música.
Grabado entre noviembre de 1970 y marzo de 1971 en los Wessex Sound Studios de Londres, nuestro disco es una excitante obra conformada por nueve temas que giran en torno a la idea ya descrita.
Producida por Tony Clarke para Threshold, esta emblemática placa discográfica nos recibe con la imagen de un viejo que transmite sabiduría y un niño curioso por saber que es el iluminado objeto que el viejo sostiene en su mano.
Todo buen chico merece un favor
Abre el repertorio “Procession”, tema que ocupa casi los primeros cinco minutos de este maravilloso álbum.
El tema, al parecer, es el único compuesto por toda la banda y su letra tan sólo son tres palabras “Desolación… Creación…Comunicación”
Con un espacial y acuoso sonido que sugiere el origen de la vida misma. La pieza se va ordenando entre percusión y voces tribales. También el citar forma parte de este inicio. Un claro viaje de la evolución musical representada en la flauta, el clavicordio, el órgano y la guitarra eléctrica, reflejando parte de los períodos musicales que sugieren desde lo medieval, pasando por el barroco hasta llegar a la música electrificada de aquellos gloriosos 50 y 60.
La pieza inicial se diluye en el único sencillo del disco, “The Story In Your Eyes”, escrita por Hayward y en cuyos versos dice: “He estado pensando en nuestra fortuna / y he decidido que no somos realmente los culpables / porque el amor que está en lo más profundo de nosotros / sigue siendo el mismo”
Rítmica y pegadiza, es cantada con calidez y en ella podemos apreciar, además del solo de guitarra, el uso del mellotron, instrumento que tendría en este disco su último rol protagónico.
La primera tríada culmina con la hermosa “Our Guessing Game”, compuesta y cantada por Ray Thomas, una reflexiva pieza sobre un futuro incierto y en la cual el protagonista tiene “mucho por explicar” sobre lo que el autor considera es el punto de origen.
“Encantador sentir la calidez que tu dulce sonrisa puede traerme / quiero decirte pero no conoces las palabras / cántame canciones de arrullo que no puedas escribir / y las escucharé por que hay belleza donde hay amor”, son los primeros versos de “Canción de Emily”
En ella escuchamos una sección de cuerdas que refleja la calidez que el autor, John Lodge, expresa en sus versos, una sencilla y emotiva pieza que le abre espacio al quinto tema.
“After You Came”, la canción más movida nicia con los versos: “Desde que empezó he tenido un sueño y realmente / es mi única bendición / si yo puedo ser sincero / tú también puedes serlo / y verás que no hay arrepentimiento”
La guitarra frasea un poco antes de culminar el lado A.
“One More Time To Live” es otra dulce pieza del repertorio que se teje en torno a palabras como “revolución”, “salvación”, “saturación”, “polución”, “aniquilación…”
Guitarra y flauta protagonizan parte de esta agitada historia, con la que inicia el lado B.
La última trío de temas ocupa el cuarto de hora restante del álbum. Iniciando con “Nice to Be Here”, una canción donde la sutil percusión va marcando el ritmo y algunos instrumentos incursionan brevemente llenando de colores y texturas
Prosigue “You Can Never Go Home” cuyos versos narran en parte: “No se lo que estoy buscando – nunca he abierto la puerta / el mañana finalmente me habrá encontrado / dando mi espalda al pasado / pero el tiempo dirá de las estrellas que cayeron hace millones de años”
Finalmente “My Song” cierra el repertorio con unas sonoridades que parecen llevarnos al espacio exterior y que evocan el final de un “algo”.
“Cantaré mi canción / y la cantaré todo el día / una canción eterna / ¿cómo decirte sobre todas las cosas que hay en mi mente? Tras las estrofas destaca el desarrollo instrumental extenso, evocando múltiples imágenes y estados de ánimo.
The Moody Blues también nos invita a reflexionar sobre la poderosa fuerza del amor y nos recuerda que debemos obrar acorde haciendo aquello que realmente trae bienestar y felicidad a nuestras vidas.
The Moody Blues es actualmente un trío que conforman Justin Hayward, Graeme Edge y John Lodge. Aunque su último disco fue December, un álbum navideño publicado en 2003, continúan presentándose en forma esporádica.
Este disco fue el penúltimo de una seguidilla inolvidable e imprescindible que había comenzado con el ya mencionado Days of Future Passed (1967) y siguió con In Search of Lost Chord (1968), On The Threshold of a Dream (1969), To Our Children’s Children’s Children (1969) y A Question of Balance (1970).
Tras este séptimo álbum, aún faltaría Seventh Sojourn (1972), para cerrar aquel histórico primer ciclo.
Leonardo Bigott
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