El 10 de noviembre de 1967 fue publicado el segundo disco de la emblemática banda inglesa, el cual marcaría el inicio de una época de esplendor que iría desde 1967 hasta 1972
The Moody Blues
Days of Future Passed
Deram. 1967. Inglaterra
Recientemente, en ocasión de su 50 aniversario, compartía mis impresiones sobre el fantástico álbum de The Moody Blues, Seventh Sojourn, de 1972, el disco que cerraba una maravillosa etapa comenzada, justamente, con Days of Future Passed, cinco años antes.
Entre ellos, el quinteto inglés publicó un cuerpo de trabajo de amplias dimensiones que conforman los discos In Search Of The Lost Chord (1968), To Our Childrens Childrens Children (1969), On A Threshold of a Dream (1969), A Question of Balance (1970) y Every Good Boy Deserves Favour (1971).
En este encumbrado disco publicado en pleno año de psicodelia, hay una clara y notable evolución respecto al debut The Magnificent Moodies (1965), en la que participan los recién llegados Justin Hayward (guitarras, sitar, piano, voces) y John Lodge (bajo, voz), junto a los cofundadores Mike Pinder (teclas, tambura, gong, voces), Ray Thomas† (flautas, voz, percusión, piano) y Graeme Edge† (batería, percusión, voz). Ciertamente, parecía otro grupo ya que el blues y el beat desaparecieron en favor de arreglos sofisticados ligados con la música académica.
El disco contó con la magistral participación de The London Festival Orchestra, dirigida por Peter Knight, quien además se encargó de los arreglos. El disco representa también los primeros pasos de lo que más tarde se denominaría “progressive rock”.
Con su llamativa portada surrealista, obra de David Anstey, el álbum fue producido por Hugh Mendl†, Tony Clarke† y Michael Dacre-Barclay, bajo la ingeniería de Derek Varnals.
El repertorio esta conformado por siete temas, varios de los cuales son presentados como pequeñas suites y que han sido escritos por varios miembros de la banda. Vale mencionar que para entonces, el sello Deram experimentaba con el sonido estereofónico. Al inicio con temas de música clásica pero con la intención de abarcar un terreno más amplio en el territorio de lo popular.
Nuestro celebrado disco es una pieza clave en dicho desarrollo. Grabado en los Decca Studios de Londres, la banda se inspiraría en torno a un día en la vida de un hombre común. Así empezamos un recorrido por “Días de un futuro pasado”
“The Day Begins” inicia el repertorio con la orquesta sinfónica dando las primeras notas. Compuesta por Peter Knight y Graeme Edge, esta ensoñadora composición contiene además un segmento narrado por Mike Pinder, quien nos dice en parte: “Orbe de corazón frío que gobierna la noche / Quita los colores de nuestra vista / El rojo es gris y amarillo blanco. / Pero nosotros decidimos cuál es el correcto. y que es una ilusión”
En algún momento se deja escuchar el arpa. La conocida melodía de “Nights In White Satin” pareciera ser el eje sobre el cual escuchamos la diversidad de pasajes de esta obra.
“Dawn: Dawn Is A Feeling” es la segunda canción del disco. Una hermosa pieza que entretejen vientos y cuerdas. Justin Hayward y Mike Pinder, su compositor, nos cantan, “El amanecer es un sentimiento, un hermoso techo, / El olor a hierba simplemente te hace pasar a un sueño. / Estás aquí hoy, sin miedos futuros, / Este día durará mil años. / Si quieres que lo haga.” El pasaje orquestal es de una gran belleza. Un tanto bucólico si se quiere.
“The Morning: Another Morning” continua la primera parte con una alegre melodía compuesta por Ray Thomas.
Cierto aire eslavo se deja oír en ésta y las otras melodías. Aquí, los “moodies” nos dicen: ¨Globos volando niños suspirando / Que día para volar cometas brisas frescas / Fuera de la escuela / Vaqueros peleando un duelo / El tiempo parece haberse detenido / En el mundo de un niño siempre lo hará”
Finaliza la primera parte con “Lunch Break: Peak Hour”. “Lo veo todo, a través de mi ventana parece Nunca fallando como millones de abejas / Nuestra vida se ejecuta / No se ganará tiempo / Todo lo que necesitan hacer-o-o-o ¿Qué se puede hacer?, cantan los ingleses en esta composición de John Lodge.
El segundo lado del LP esta estructurado en tres pequeñas suites: “The Afternoon: a) Forever Afternoon (Tuesday?) b) (Evening) Time to Get Away”.
Escrita por Lodge y Hayward, este tema es el segundo sencillo del álbum cuya letra va: “Martes en la tarde / Estoy empezando a ver / Ahora estoy en mi camino no me importa / Persiguiendo las nubes”.
Destaca la guitarra acústica de Justin Hayward. Posteriormente la banda interpreta un tema de Pinder y Thomas llamado “Evening: a) The Sunset b)´Twilight Time”, una composición un tanto misteriosa donde destacan la flauta, la percusión y una sección de cuerdas muy elocuente, antes que la banda haga su parte con Pinder y Thomas cantando, “Cuando el sol se oculta / Y todas las nubes fruncen el ceño / La noche ha comenzado para la puesta del sol / Míralo con tus ojos / Mientras nos energizamos / Por los rayos del sol todos los días echa un vistazo por ahí / Planetas por todas partes.
El delicado final es como una breve pausa que nos anuncia el término de la velada.”
Cierra el álbum con el primer sencillo del disco, “Nights: a) Nights In White Satin b) Late Lament / Resolvement”.
La emblemática canción es un clásico universal que nos dice: “Noches en blanco satinado / Nunca llegando al final, cartas que he escrito / Nunca quise enviar / Belleza que siempre había extrañado / Con estos ojos antes / Justo lo que es la verdad no puedo decir más”.
Compuesta por Edge, Knight y Hayward, apreciamos la flauta de Thomas, la guitarra de Justin y el recitativo de Mike Pinder quien nos dice para culminar: “Respira hondo la creciente penumbra / Mira cómo se desvanecen las luces de cada habitación / La gente que vive en la cama mira hacia atrás y se lamenta. / La energía inútil de otro día perdido / Los amantes apasionados luchan como uno solo…
Sin duda alguna, Days of Future Passed es uno de los primeros y más importantes discos conceptuales del rock y una obra pionera e inspiradora para la inminente llegada del rock sinfónico.
The Moody Blues asumió riesgos impredecibles, rompiendo con su pasado reciente y aventurándose con una estructura sonora que bien podría ser el soundtrack de una película con guión basado en el concepto del hombre común que protagoniza el hilo conductor de la historia.
Leonardo Bigott
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