El 15 de julio de 2016 el gran guitarrista y compositor inglés publicó un atrevido undécimo álbum con los miembros de Bones como banda de apoyo
Jeff Beck
Loud Hailer
Atco. 2016. Inglaterra
Hablar de Jeff Beck es referirse a uno de los guitarristas más trascendentales en la historia del rock.
Con más de 70 años permanece como una de las fuerzas más sólidas de la música, reinventándose una y otra vez para sorprendernos cada vez más con un estilo que bien describe Eric Clapton diciendo: “Con Jeff, todo está en sus manos”.
Sin duda, una declaración abierta y espontánea que refleja la naturaleza de un guitarrista cuyo sonido emana de una vasta influencia de músicos tan disímiles como Les Paul, Ravi Shankar, Chet Atkins, Roy Buchanan y Django Reinhardt.
El estilo de Beck es notorio por el uso del vibrato de su Fender Stratocaster y el uso ocasional del wah-wah combinado con un volumen controlado, diversas técnicas empleando sólo sus dedos y un abandono en el uso de “uña” en los últimos tiempos.
Su dilatada discografía como solista e invitado especial junto a Rod Stewart, Kate Bush, Brian May, Joe Cocker, Stevie Wonder y tantos otros, seria tema de una larga conversación.
Sin embargo, es necesario recordar el impacto obtenido con su álbum Emotion & Commotion (2010), cuyo éxito comercial va mucho más allá de los ‘numeritos’ por su excelente repertorio que incluye temas de Benjamin Britten, Harold Arlen y Giacomo Puccini además de un elenco musical donde participaron el baterista Vinnie Colaiuta, los bajistas Pino Palladino, Chris Bruce y Tal Wilkenfeld, y las voces de Joss Stone, Imelda May y Olivia Safe, por mencionar algunos.
Desde aquellos remotos días con la legendaria banda protagonista de la Primera Invasión Británica, The Yardbirds, por la cual pasaron Eric Clapton y Jimmy Page, hasta nuestros días, el sonido Beck es uno de los más distintivos del caleidoscopio de la guitarra universal.
En Loud Hailer Jeff nos sorprende desde el primer instante en “The Revolution will be Televised”, cuya pesada sonoridad tiene como corresponsables a la guitarrista Carmen Vandenberg y la vocalista Rosie Bones de la banda Bones, quienes contribuyeron de manera importante en la grabación de este álbum.
Beck sigue a la vanguardia con estridente vehemencia. Este abrupto cambio recuerda un poco al experimentado por David Bowie en 1997 con su álbum Earthling, un trabajo musical plenamente expresivo.
El segundo tema, “Live in the Dark”, mantiene la rudeza del anterior. Luego Beck nos presenta lo que es el primer tema instrumental del álbum, “Pull it”. Aquí bien pudieras esperar una cierta sutileza pero Beck es insistente e incisivo con la pesada dimensión que tal vez con absurda retórica algunos se refieren a este Jeff Beck como un nuevo “sesudo anti-guitarra”, en mi opinión es todo lo contrario.
“Thugs Club” con una lírica, si se prefiere, cotidiana, revela a Beck y Vandenberg alternando roles mientras sustentan la voz de Rosie antes de estallar a mitad de camino. El tema tiene un dejo misterioso recreado en la cierta profundidad de una ambientación devastadora.
“Scared for the Children” con el intro de Beck, nos recuerda a su versión de “A Day in a Life” pero Rosie con su voz áspera nos mantiene atados y dudosos de cómo se desarrollará la canción hasta que llegan los solos y ya uno intuye que mantendrá ese temperamento.
Rosie en modo sprechgesang y ligeramente abrasiva adopta, paradójicamente, cierta ternura pero contrasta con “Right Now” que bien pudiera ser una apología a lo absurdo de la existencia misma al declarar con reiterativa exasperación “no se lo que quiero pero lo quiero ahora”.
“Edna”, con un minuto, es el otro breve instrumental que sirve como catalizador entre tanta estridencia. La balada “Shame con sus solos de guitarra se disuelve en desacelerada forma dejando el resonar de la sección rítmica que conforman el baterista Davide Sollazzi y el bajista Giovanni Pallotti.
Lo que si es cierto es que Filippo Cimetti, miembro de Bones junto a Carmen y Rosie, hace ver a este álbum como si fuera Beck el invitado especial.
El cuarto de hora final lo conforman “O.I.L. (Can’t Get Enough of that Sticky)”, “The Ballad of the Jersey Wives”, y “Shrine”.
En el primero destaca Pallotti con su bajo funk, las diversas voces de Rosie y el slide de Carmen. Tal vez es la pieza mas distante en el vocabulario de Beck. La segunda contrasta notoriamente con la anterior, sobre todo por el dramatismo de la voz de Rosie. La composición es una de las más efectivas del disco desde todo punto de vista y es ciertamente junto a “Pull it”, la primera de esta última parte y “Scared for Children” las que me resultan particularmente más atractivas.
“Shrine” es un acertado final totalmente apto y atractivo para guitarristas de blues y rock por igual. Beck y Vandenberg retozan nuevamente con la voz de Rosie quien en instantes recuerda a una Cindy Lauper renovada.
Entre tantas cosas interesantes este megáfono de Beck resulta inesperado y atrevido. Es diametralmente opuesto a su predecesor pero a diferencia de aquél, Loud Hailer está más enfocado en la música que en el repertorio.
Beck ha descubierto un excelente aliado en la musicalidad de Bones, una que nuevamente coloca a Beck en la contemporaneidad.
El álbum bien pudiera causar urticaria entre sus fans pero a mi entender esa sería una postura banal en nuestros tiempos. El álbum es un trabajo lleno de energía, variado y atractivo por su sonoridad pesada contrastada por momentos de una sencilla belleza.
Leonardo Bigott
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Musica de Jeff Beck en Estados Unidos