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El desparpajo y poderío de La Dame Blanche

La Dame Blanche

La Dame Blanche
Plaza Mayor, Madrid
Fiestas San Isidro
(Mayo 12, 2019)

 Aunque siempre están las grabaciones para conocer la música de un artista, en algunos casos es necesario enfrentarse en directo para tener clara la dimensión de su propuesta. En el caso de la cubana Yaite Ramos Rodríguez, mejor conocida como La Dame Blanche, es imperativo e indispensable verla en un escenario.

En disco están ausentes el desparpajo y carisma que proyecta su imagen de orgullosa mujer caribeña, su cadencioso ritmo corporal, el habano que usa como sello distintivo, sus tatuajes, los dreadlocks rastas, y su actitud desinhibida.

La presentación en la Plaza Mayor de Madrid en medio de las Fiestas de San Isidro, fue tremenda. Allí nos dejó claro que lo suyo es un verdadero melting pot urbano en el que cabe estrictamente de todo, más de lo que ella misma indica en sus plataformas digitales. Aunque la médula espinal gira en torno al hip hop y el trap, con unos bajos profundos que estremecen, el paseo incluye reggae y dancehall, cumbia, danzón, flamenco, copla e incluso ciertas inflexiones arabescas. Aunque ella lleva en los genes la música afrocubana, gracias a su padre, Jesús «Aguaje» Ramos (trombonista y director artístico de la orquesta Buena Vista Social Club), su emancipación la instaló en París y la ha llevado a explorar los ritmos y cadencias de muchas partes del mundo, en especial de la vecina isla Jamaica, de Colombia, de España y de esa argamasa sociocultural de origen neoyorquino pero con mucha ascendencia parisina que es el hip hop.

Ramos se apoya en el productor, ingeniero, guitarrista y mago de los ritmos electrónicos, el francés Marc “Babylotion” Damblé, quien construye un entramado musical ecléctico y envolvente. Igualmente, el magnífico baterista que la acompaña, Pierre Mangeard, contribuye grandemente con el groove, aportando dosis de funk, jazz y reggae, según es requerido en cada tema. Y ocasionalmente toca un clarinete.

La Dame Blanche es un personaje, y ella lo vive a plenitud. Su inspiración proviene de las damas de blanco de la mitología francesa, holandesa y alemana, que según los cuentos, acechaban en cerca de barrancos y puentes intentando atraer la atención de los transeúntes, y con las cuales había que congraciarse para no ser lanzado a los cardos o sometido a los gatos, búhos y otras criaturas que las ayudaban. Yaite juega con eso y con la santería cubana de origen africano. Mientras se mueve por el escenario, saca la lengua de vez en cuando, como si los espíritus de Gene Simmons o Mick Jagger se mezclaran con el de alguna curandera o santera cubana. En San Isidro se presentó con una minifalda blanca de lentejuelas, botas también blancas, una capa de calaveras, un crucifijo, una gorra hiphopera. Su talento se pierde de vista. Es una estupenda flautista (cuando no la toca la coge como un bate de beisbol), y eso de por si colorea su propuesta de manera distinta a cualquier otra que se mueva en los terrenos de la música urbana o el world beat.

La Dame Blanche escogió temas representativos de sus discos, La Revancha EP (2014), Piratas (2014), 2 (2016) y Bajo el mismo cielo (2018), poniendo a bailar a todos los presentes, ya cerca de la medianoche del domingo.

Juan Carlos Ballesta

Fotos: Iván Padilla