La sorprendente propuesta revitalizadora del folclore gallego y el proyecto de Abel Hernández se presentaron en Madrid con desiguales resultados
El Hijo / Laura Lamontagne y Pico Amperio
SON Estrella Galicia
Concierto en Sala 0, Madrid
(Marzo 6, 2020)
Sobre el escenario, un micro, una mesa con un portátil, una consola de mezclas y un tocadiscos. A un lado, una mesita con otro portátil.
El panorama estaba claro: la electrónica sería la anfitriona de la noche.
Folklore gallego redimensionado
Ante no demasiada gente en la Sala 0, aparecieron en escena Laura Lamontagne y Pico Amperio (Pedro Cuntín), directamente desde Galicia.
Muchos no tenían claro a qué se enfrentarían, pero nos lo pusieron fácil desde el primer minuto con una imaginativa y adictiva propuesta que escarba en el folclore gallego y portugués, y en la música medieval, bajo un inteligente tratamiento electrónico.
El resultado resultó sorprendente. Por un lado, Lamontagne cantando en gallego e inglés, con una particular simpatía y comedida forma de moverse, logró conectar desde el principio.
Al fondo, Pico Amperio construyó toda la base instrumental de manera brillante, tanto con las secuencias como con técnicas de turntabilism que ha ido perfeccionando junto al colectivo compostelano HipHopAteneu.
Comenzaron con “Banharemonos nas Ondas”, una maravillosa adaptación de las cantigas medievales de Martin Codax nº V y VI en clave dance, la cual generó nuestro primer signo de admiración.
Tras el saludo y agradecimiento de Laura, siguieron con “Avelaneiras Frolidash”, una magnífica adaptación de la cantiga “Bailemos nós ja todas”, del trovador del siglo 13, Airas Nunes, la cual, sobre un ritmo con cadencias dub y trip hop, ligeramente hiphopeado gracias a los scratches, nos hipnotizó.
También con un aire dub y cierta cercanía a Bjork, el hipnótico tema “Senhora do Almortão” nos convenció de estar ante una propuesta diferente, con una identidad entroncada con la tradición, manejada por la tecnología y modelada por estos dos talentosos jóvenes, ella de Lugo, él de Santiago.
Otra joya fue la cantiga de Xoan Quintás, “Porque no mundo minguou a verdade”, con tablas indias sampleadas, percusión reverberada y una exquisita vocalización.
Fue seguida por la delicada y atmosférica “Ondas do Mar de Vigo”, en la onda de grandes voces adentradas en diferentes formas de música étnica como la noruega Marie Boine Persen o incluso Lisa Gerrard, la cual sorpresivamente explota en un ritmo bailable.
Las dos piezas siguientes fueron en homenaje a las poetisas gallegas Luz Fandiño y Rosalía de Castro, ligadas musicalmente con la electrónica trance y tribal. Ellas sirvieron a Laura para alentar la lucha feminista.
El último tema fue “Yemba”, el de corte más hip hop del setlist, cantado en inglés.
Fueron casi cuarenta minutos de sorprendente redimensionamiento del legado folclórico gallego, apoyados en coloridas visuales.
Llegarán lejos Laura Lamontagne y Pico Amperio con esta sinérgica asociación. Simplemente brillante.
El Hijo: en la búsqueda de la identidad
La trayectoria de Abel Hernández parece una elipsis. En algún momento la línea de trabajo con la que comenzó trabajando comenzó a nutrirse de la electrónica.
Cuando la agrupación Migala estaba aún activa construyendo un memorable post rock con elementos shoegaze y dream pop, Hernández comenzó con Emak Bakia junto a Coque Yturriaga, no demasiado alejado de la misma estética pero con más presencia electrónica.
Cuando Abel inició el proyecto El Hijo en 2005, con Raul Fernández “Refree” en producción y arreglos, pocos hubieran pensado que 15 años después su sonido estaría en las antípodas.
De aquellos dos EPs de sonido melancólico y nocturno, La piel del oso (2005) y Canciones gringas (2006), y el primer LP “Las otras vidas” (2007), no queda vestigio alguno. Quizá la voz, aunque ahora es tratada con efectos.
A finales de 2019, El Hijo publicó Capital Desierto (Intromúsica), un disco con desigual desarrollo, compuesto por 11 temas que se mueven hasta, incluso, la música urbana. Fue, por supuesto, motivo central de este concierto en el cual Hernández, acompañado por Juan Carlos Roldán, tocó por primera vez dicho material.
Pero, hubo también bastante espacio para temas de los EPs Fragmento I (Discos de Kirlian, 2015) y Dentro (Intromúsica, 2018), antecesores de Capital Desierto, cuando ya el proyecto había cambiado su estilo.
De esos dos EPs sonaron “Segismundo”, “Dentro” -con las que abrió- “El que odia”, “Naturaleza muerta” y “Playa”
Laura Lamontagne fue invitada para cantar junto a Abel, “Nuevo Brutalismo”, pieza que abre el nuevo disco, aportando muchísimo color. Si hubo algo que requiere revisión es la forma de cantar de Abel, algo monótona y de difícil simbiosis con las elaboradas y muy interesantes estructuras electrónicas.
Laura regresó más adelante para la abstracta y quizá mejor de todas, “Playa”, en versión extendida.
Con mucha ironía Hernández agradeció al público su presencia en la Sala 0 en lugar de estar en el Wizink Center viendo a Isabel Pantoja. “Yo hubiera ido, si no estruviera tocando aquí, lo digo en serio. De hecho Isabel me ha hecho llegar un mensajito invitándome. Igual se pasa por aquí luego”.
Y siguió: “Tengo que presentar, porque igual ya no hablo más en todo el concierto. Así que quedaos con este recuerdo de alguien que se comunicaba con los demás, porque a veces me meto mucho en esto y ya no hablo”.
Introdujo entonces a Juan Carlos Roldán y Blanca Velazco: “Estamos empezando una bonita historia de amor, llevamos dos meses conviviendo muchas horas para sacar este concierto adelante y los que vendrán. Además Juan Carlos está de enhorabuena porque su grupo, Roldán, ha sacado justo hoy un nuevo disco. Y en la esquina, casi en la penumbra, Blanca Velazco que se está encargando de los visuales en directo. Estamos de estreno, ser benevolentes, Podéis contarlo como un concierto de los Ramones o los Pistols, que habéis estado aquí”.
Después de las palabras fue el turno para “El que odia” y “Naturaleza Muerta”, ambas de Fragmento I y luego nuestra favorita, “Playa”.
El resto de concierto estuvo enfocado en los nuevos temas, “Repite”, “Todo para mí”, “Bolsas de Primark”, “Sacrifica”, “Ojos que miran”, con las que coquetearon con el IDM, el dance, el dub mutante e incluso el reguetón.
Juan Carlos Ballesta