En diciembre de 1975, el legendario músico griego Vangelis publicaba su quinta obra discográfica, un punto de inflexión en su carrera.
Vangelis
Heaven and Hell
RCA. 1975. Grecia
Hubo una vez en la historia del rock una exitosa banda griega llamada Aphrodite’s Child.
Fundada en 1967 por cuatro excelentes músicos: Loukas Sideras en la batería, Silver Koulouris en la guitarra, Demis Roussos en la voz y el bajo, y Evángelos Odysséas Papathanassíou en los teclados, este “hijo de Afrodita” dejaría un importante legado pese a su breve historia, de la cual los dos últimos músicos mencionados alcanzarían la fama como solistas.
El primero como cantante y el segundo como una de las fuerzas más innovadoras dentro de la llamada música electrónica y mejor conocido bajo el seudónimo de Vangelis. En su breve vida la agrupación dejó tres fascinantes álbumes: End of the World (1968), It’s Five O’Clock (1970) y el formidable cercano al progrock, 666 (1972). Vangelis también sería parte de una banda menos conocida llamada Forminx
Tras la ruptura de aquellos grupos, Vangelis continuó como solista y lograría, poco después, posicionarse como uno de los creadores más importantes de bandas sonoras para filmes y programas de televisión, además de música para obras de teatro.
Una laureada muestra de álbumes solistas emblemáticos posee Vangelis, entre los que destacan Earth (1973), Albedo 0.39 (1976), Spiral (1977), China (1979), See You Later (1980), Soil Festivities (1984), Mask (1985), Direct (1988), Oceanic (1996), El Greco (1998), Mythodea – Music for the NASA Mission: 2001 Mars Odyssey (2001), Rosetta (2016) y más recientemente Juno to Jupiter pautado para este fatídico año.
Entre sus bandas sonoras más destacadas están: Entends-tu les chiens aboyer? (1975) (reeditado en 1997 como Ignacio), Chariots of Fire (1981), Blade Runnner y Missing de 1982, Antártica (1983), Alexander (2004) y muy notoriamente el uso de su música en la serie documental Cosmos: A Personal Voyage del astrónomo Carl Sagan, además de una serie de documentales sobre animales que incluyen L’Apocalypse des Animaux (1973), La Fête Sauvage (1976) y Opéra Sauvage (1979).
El grandioso álbum que celebramos fue grabado en septiembre de 1975 en los Nemo Studios que Vangelis armó en Londres y producido por el mismo Vangelis para el sello RCA, con un invitado muy especial, el ex vocalista y fundador de Yes, Jon Anderson, con quien el griego, bajo el nombre de Jon and Vangelis, grabó varios discos de celestial belleza como Short Stories (1980), The Friends of Mr. Cairo (1981), Private Collection (1983) y Page of Life (1991).
El inconfundible diseño de arte fue obra de Mike Doud, mostrando una manos aladas de cristal, envueltas en fuego en la portada y en medio del hielo en la contraportada. El interior una foto de Paul Wakefield muestra a Vangelis con la parafernalia de teclados alrededor.
El sinfonismo de Heaven and Hell
Heaven and Hell consta de dos partes a manera de suites: Part I, que ocupa junto a la canción “So Long Ago, So Clear” todo el lado A, y Part II ocupando todo el lado B del vinilo original.
A excepción del tema donde canta Anderson como invitado, este álbum es enteramente instrumental con las voces del coro sin emitir palabra alguna. Vangelis hace énfasis en un sonido orquestal denso y atractivo donde la calma representa al cielo y el infierno está representado por un sonido más dilatado y agresivo.
La cíclica “Bacchanale” con los coros, inicia el dramático momento con las voces masculinas. A mitad de pieza retorna el motivo inicial hasta poco más del minuto cuatro. Se aprecian ciertos pasajes cuasi jazzísticos.
Sigue la parte 1 con “Symphony to the Powers B” (Movements 1 and 2), una excelente muestra sinfónico-electrónica de poco más de 8 minutos, rica en florituras vocales donde resalta el uso de la percusión y las variadas sonoridades que con gran estética el griego logra unir, a veces dejando solo al piano.
“Movement 3” de “Symphony to the Powers” sigue el repertorio con un fragmento de notoria dulzura y grandeza donde destaca el sonido Vangelis. El motivo guarda similitud con el fragmento central de Chariots of Fire, aunque trascendió por ser parte del documental de Carl Sagan antes mencionado.
Cierra la hermosa pieza “So Long Ago, So Clear”, en la voz de Jon Anderson: “Una vez corrimos, cómo perseguimos millones de estrellas y nos tocamos como sólo uno puede, una vez jugamos… cómo el pasado te entregó en medio de nuestra juventud soñaríamos como si conociera las palabras, estoy seguro escucharás, de cómo nos conocimos como bien recuerdas.”
La parte 2 inicia con “Intestinal Bat”, un tema de misterioso sonido que se va tornando más y más oscuro, dando la sensación de estar en una caverna.
Los teclados de Vangelis bien emulan a los murciélagos para luego ceder tiempo a “Needles & Bones”, en el que vuelve a destacar la percusión y otras sonoridades que emanan de los sintetizadores.
La suite sigue con la extensa “12 O’clock”, un pasaje de casi nueve minutos donde escuchamos a la vocalista Vana Verouti. Otra vez la percusión juega un rol fundamental.
El English Chamber Choir dirigido por Guy Protheroe se hace presente nuevamente junto a unas campanadas justo antes de Vana hacer su estelar entrada vocalizando la melodía. Grandeza y la evocación de un Dios todopoderoso son elementos que sugiere este hermoso pasaje.
“Aries” es el penúltimo tema del disco. La pieza, cargada de mayor fuerza, invade nuestros oídos con un triunfante motivo que Vangelis ha creado con su arsenal de teclados. Los platillos cambian el temperamento de esta breve pieza que se une al final con “A Way”, un breve pasaje sonoro.
Demos marcha atrás y disfrutemos de El cielo y el infierno, obra fundamental de Vangelis.
Leonardo Bigott
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