El legendario productor, remezclador y poeta del dub y el reggae, sigue hechizando a los 83 años, acompañado del fantástico trío Easy Riddim Maker
Lee “Scratch” Perry
Sala But, Madrid
(Abril 4, 2019)
Mucho se ha escrito y especulado sobre Rainford Hugh Perry, primero llamado Little Perry por su baja estatura de 1 metro 50 centímetros y mejor conocido para la posteridad como Lee “Scratch” Perry, una de las leyendas aun vivas y activas de la música jamaiquina, corresponsable del nacimiento del reggae y de la creación del dub, uno de los conceptos rítmicos, de producción y mezcla, más influyentes y determinantes en el desarrollo de la música popular, muy en especial en la electrónica y el hip hop.
A sus 83 años, el lunático y excéntrico Perry, sigue ofreciendo conciertos hipnóticos, acompañado de toda su distintiva parafernalia llena de simbologías místicas y rastafaris. Perry ha sobrevivido a todo, incluyendo el reciente incendio en 2015 (esta vez no intencional) de su estudio en Suiza, en el que perdió muchos de sus herramientas y distintivo vestuario.
Se presentó apoyado por el trío Easy Riddim Maker, compuesto por tres músicos fantásticos afincados en Estraburgo (Francia) sin los cuales otra sería la historia. Precisamente ellos, Olivier Gangloff (batería, secuencias), Sébastien Kohler (guitarra), Thibaut Levy-Fantoni (bajo), dieron inicio al concierto con el poderoso reggae “Rockhead”, que sirvió como bienvenida para el gran maestro de ceremonias de la siguiente hora y media. Su voz se escuchaba desde los camerinos.
En el medio del escenario un racimo de plátanos con inciensos clavados esperaba a Perry, quien salió de camerinos acompañado de una pequeña maleta -con la que parece querer decirnos que lleva mucha historia a cuestas- repleta de pegatinas de diversa índole: sirenas y Zeus en una fiesta de carnaval brasileño en Austin, Texas; un gorila, un lémur, un tigre; el logo de Superman; un osito multicolor; el símbolo de la victoria y la paz; una entrada al zoológico de Los Angeles y un espejo cóncavo que producía imágenes alucinógenas con el impacto de los rayos de luz.
Su aspecto de curandero de las montañas de Jamaica es su sello de identidad: una gorra-sombrero llena de espejos y chapas, una chaqueta con escamas brillantes, una botas con chapas colgantes y que se empeñó en mostrar una y otra vez posándolas sobre los monitores y en las que se leía la frase “Ho£y Piss”.
Collares con brillantes y cadenas colgando del cuello, y el micrófono envuelto en piedras, llaveros y amuletos, completan la pintoresca imagen que desde hace décadas ha mostrado Perry, y que sin duda se erige en potente elemento visual. Sus lentos movimientos de un lado a otro del escenario permiten detallarlo.
Perry hizo su aparición con “Crazy Bald Head”, la adaptación libre del tema de Bob Marley (a quien grabó antes de que se hiciera famoso con el sello Island) y que con el tiempo cada vez se parece menos. Los aplausos no se hicieron esperar.
Sin pausa la potente banda arrancó con el pegadizo e inmortal tema de 1973, “Justice For The People”. Tras su primer saludo, la banda arrancó con otro temazo, “Scubba”, y ya todos nos habíamos dejado seducir por los embrujos del maestro Perry y las cadencias surgidas del bajo, la guitarra, la batería y el portátil desde donde se disparaban algunos coros y sonidos.
“¡Fantastic people! ¿are you OK?!”, atinó a decir antes de arrancar con “Kiss the Champions”, un potente reggae con pinceladas de dancehall de aquella colaboración de 1987 con Dub Syndicate para el sello On U-Sound, que fue seguido por otro de sus emblemáticos temas, no sin antes lanzarnos unas bendiciones: “Black Board Jungle”.
Mucha agua ha corrido desde aquellos temazos con The Uppsetters que cambiaron la concepción del reggae, adentrándose en el dub. Un momento álgido siguió con el clasicazo “Police and Thieves”, que compuso en 1976 con Junior Murvin, y que un año después recibió un tratamiento punk en el álbum debut de The Clash. La Sala But era ya en ese momento un movimiento ondulatorio absoluto.
“Devil Dead”, también del disco de 1987, Time Boom X De Devil Dead, contó con un trabajo de guitarra estupendo, así como los coros lanzados por Gangloff desde el portátil. Perry pareció distenderse más aún de lo que ya lucía con sus pausados movimientos, pidió a alguien que le abriera una botellita de agua y en lugar de beberla la regó entre todos los que estábamos al borde de la tarima.
Desacelerando hasta cero terminó el tema y en el casi ininteligible inglés Lee anunció “War Ina Babylon”, otro infaltable, canción que grabó en 1976 junto a Max Romeo.
A este punto, Perry comenzó a chocar el puño con algunos que estaban al borde de la tarima y no paró de hacerlo nunca, al tiempo que elevaba el símbolo de la paz con su mano derecha. “Purity Rock”, de uno de sus discos del siglo 21, Panic in Babylon (2006), contó con una fantasmal sección de vientos, disparada desde el laptop.
Más reciente aún es el tema “Jesus Perry”, que grabó junto a este trío de músicos que lo acampáñó para el disco Humanicity (2013). Volvió la vista atrás con “Sun is Shining”, otro tema que le grabó a Marley y que éste luego reconstruyó, para continuar con la divertida “Inspector Gadget” de su disco de 1990, From the Secret Laboratory.
El trío de piezas finales, antes de la primera despedida, comenzó con la siempre bienvenida “Catch Vampire”, siguió con el mariguaneado tema “New Riddim” -en el cual subió una chica del público que sirvió de interprete para sus mensajes de paz, amor, educación y agradecimiento- y finalmente otro de sus históricos, “Roast Fish & Corn Bread”.
Lee cogió su maletica y tal como entró, se fue.
Sin embargo, su regreso era inminente. Aun faltaba el super clásico “Chase the Devil”, uno de esos reggae-dub inmortales de los cuales es imposible deslastrarse. Y como regalo final: “Secret Laboratory” de 1990, dejando de nuevo solos a los increíbles músicos de Easy Riddim Maker para que le pusieran el broche de oro a la noche de manera magistral con una guitarra envolvente y una base rítmica realmente potente.
El tiempo ha pasado y Lee “Scratch” Perry sigue hipnotizando. Es el maestro curandero incansable.
Juan Carlos Ballesta (Texto y videos)
Óscar Ribas T (Fotos)