La legendaria banda inglesa surgida a finales de los años 70 en plena efervescencia punk y del 2-Tone, mantiene el alto su poderío
Madness en Noches del Botánico
Pocos grupos atesoran un arsenal de canciones de éxito tan abultado como ellos. Supervivientes de una época en la que Londres se abastecía de la inmigración para proclamar el orgullo multirracial en discos de ska pop febril y contagioso, pero abiertos a muchos otros sonidos, Madness son toda una institución.
Más británicos que el té de las cinco. Más universales que cualquiera de los grandes clásicos de su cultura. Así es Madness, la gran enseña mundial del ska pop, aunque por sus discos también hayan desfilado el reggae, el rock and roll, el rockabilly, los sonidos legados de la Motown y el pop pluscuamperfecto.
Debutaron a finales de los setenta (¿Quién no recuerda clásicos como “Our House”, “My Girl” o “Baggy Trousers”?) para disolverse a finales de los ochenta, pero desde que volvieron a unirse en los noventa han seguido entregando puntualmente discos más que dignos, que justificaban que Blur, Kaiser Chiefs y muchas otras bandas más jóvenes que ellos les tuvieran en su santoral. La suya es una franquicia infalible, y su directo va surtidísimo de canciones inolvidables.