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De un país en llamas: el eterno fuego de Radio Futuro

Radio Futura

El 12 de mayo de 1985 fue publicado el magnífico tercer disco de la banda española, una de las protagonistas principales de la Movida Madrileña.

Radio Futura
De un país en llamas

Ariola. 1985. España

Aunque seguramente hay opiniones divididas sobre el disco capital en la trayectoria de Radio Futura, De un país en llamas, refleja un momento especial. El sonido aún conservaba cierta crudeza, con sonido más profesional que La ley del desierto, la ley del mar (1984). Conforma una gran dupla junto a La canción de Juan Perro (1987) que llevó a la banda al Olimpo del rock iberoamericano.

Este tercer disco fue publicado en el ecuador de la vida del grupo madrileño, aunque claro está, eso no se sabía el 12 de mayo de 1985 cuando el álbum apareció en las estanterías de las discotiendas e inundaba las programaciones de emisoras de radio y las páginas de revistas.

Mucho había cambiado en su sonido y en el entorno de la Movida Madrileña, de la cual Radio Futura fue esencial protagonista durante el cambio de década y el lanzamiento de su disco debut Música Moderna (1980, EMI-Hispavox), del cual más tarde declararían que había dejado de representarlos.

Las diez piezas que componen el disco fueron concebidas a partir de ideas desarrolladas entre los años 1982 y 1984, pero sobre todo partiendo de los demos grabados entre noviembre de 1984 y febrero de 1985, después de la publicación del segundo álbum, La ley del desierto, la ley del mar (1984), cuyo éxito permitió que la discográfica aumentara el presupuesto de producción de su trabajo sucesor.

Esa apuesta llevó a Santiago Auserón (voz, guitarras), Luis Auserón (bajo, coros), Enrique Sierra (guitarras, coros), Solrac Velázquez (batería) y el manager Miguel Jiménez hasta los estudios a The Music Work Studios en Londres, algo muy inusual para grupos españoles de la época, cuyos presupuestos no alcanzaban para grabaciones fuera de España.

Bajo la producción y arreglos de Duncan Bridgeman y Jo Dworniak, Radio Futura logró un sonido de nivel que apuntaló las fabulosas composiciones.

Desde el arranque con “No tocarte”, quedaba claro el crecimiento. Es un tema rockero con cierto deje funk y la adición de las congas de Danny Cummings que coló influencias de Talking Heads. Posee una de las más distintivas vocalizaciones de Santiago.

Luego suena “La ciudad interior”, que se mueve entre la rítmica a lo Frankie Goes to Hollywood y las guitarras del ala dark del post punk.

Entonces surge la pegadiza “El Tonto Simón”, con su aroma caribeño ya asomado en “Semilla Negra” y que sería cada vez más marcado. Esta orientación hizo que Solrac Velázquez abandonara al grupo en 1986. En ella participa Jo Dworniak al piano.

En contraste total, “En alas de la mentira” es un tema oscuro, cuya sonoridad con pinceladas orientales y densidad de guitarras recuerda la última etapa del Japan de David Sylvian. Es una pieza que escapa al resto del repertorio y eso la hace de las más atractivas.

La tónica étnica, esta vez africana, regresa en “El viento de África”, quizá de la decena de temas, el que más lugares comunes incluye y el que desliza sonidos de teclados más anclados con el momento y por tanto, anacrónicos. Con él se cierra el lado A

En el chino” inicia el lado B con humor e ironía, cuya letra quizá no hubiera visto luz en 2020. El tema de disimulado groove funky posee un pegadizo coro y un bajo potente.

Las líneas de la mano”, es el tema donde más se distinguen las programaciones rítmicas y el teclado. A pesar de ello, el tema sobrevive a la sobreproducción gracias a la vocalización de Santiago y las guitarras de Sierra.

Han caído los dos” es uno de los momentos de mayor atractivo del disco. Guitarras, congas, batería, bajo y voz entretejen un equilibrio estupendo, dejando que la interesante historia discurra.

“Han caído los dos cual soldados fulminados al suelo / Y ahora están atrapados los dos en la misma prisión / Vigilados por el ojo incansable del deseo voraz / Sometidos a una insoportable tensión de silencio.

Han caído los dos bajo el punto de vista exclusivo / Iniciando una guerra en que nadie pudo vencer jamás / Ella sabe lo que el hombre espera sin haberlo aprendido / Y él encuentra un sentido al enigma que no le dejaba existir.

Antes eran dos barcos sin rumbo / Hoy son dos marionetas que van / Persiguiendo una luz cegadora / Por la línea del tiempo”.

Un vaso de agua (Al enemigo)”, es otro de los temas centrales, construido sobre una base rítmica tribal muy a lo Budgie (Siouxsie & The Banshees) y una interesante y tensa atmósfera.

El disco culmina con “La vida en la frontera”, una interesante canción con ritmo midtempo, que cierra con la estrofa: “Si tienes que jugártelo a una carta / Ve de cara al decir tu palabra / Pero antes de que el eco la repita / Dios y el diablo te ayuden a estar lejos”, y el coro “La vida en la frontera no espera / Es todo lo que debes saber…”

Luego de 35 años, De un país en llamas sigue conservando su poder como uno de los discos capitales de los 80 y del catálogo del rock marca España. Sus canciones y foto de portada de Paz Tejeror son parte del inconsciente colectivo de la sociedad española.

Juan Carlos Ballesta

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