Inicio Ahi estuvimos Robert Forster: la desnudez de un cantautor con personalidad

Robert Forster: la desnudez de un cantautor con personalidad

Robert Forster

Robert Forster
SON Estrella Galicia
Concierto en Teatro Lara, Madrid

(Noviembre 21, 2019)

Se suponía que el australiano aparecería en tarima acompañado de la violinista Karin Bäumler -su mujer, para más señas- pero según explicó y excusó, tuvo que volar de emergencia a atender a su padre gravemente enfermo. El concierto, por tanto, se convirtió en un recital solista a la usanza del clásico cantautor con guitarra acústica, en un escenario completamente austero.

Forster apeló a su veteranía y a sus innegables tablas para abordar un repertorio de 22 canciones, con una mayoría de 13 pertenecientes a discos de The Go-Betweens, la banda que formó en 1978 en Brisbane, Australia, junto a su amigo Grant McLennan, con el que conformó una dupla compositora maravillosa, solo rota por la repentina muerte de Grant en 2006.

Este año Forster publicó Inferno, su séptimo álbum solista, excusa perfecta para salir nuevamente de gira, parando en Barcelona y Madrid. Con simpatía, pero quizá algo cansado o preocupado -según mostró con suspiros y posiciones de brazos en jarra- arrancó con cuatro canciones seguidas de The Go-Betweens.

Los aplausos fueron inmediatos apenas sonar los acordes inicales de “Born to Family”, la primera de tres canciones elegidas de Ocean Apart (2005), a la cual siguió la exquisita “Spirit”, de The Friends of Rachel Worth (2000), el LP que significó la reunión de Robert y Grant tras una larga pausa que tuvo ausente a la banda todos los años 90, desde 16 Lovers Lane en 1988, el disco más visitado durante la noche.

Robert ForsterPrecisamente fue aquel disco en el que el violín de Amanda Brown tuvo especial relevancia y que deseábamos disfrutar en manos de Baeumle. “I’m All Right” sonó demasiado cruda, y sin embargo “Clouds” resistió muy bien la desnudez instrumental. Entre ellas dejó colar la dylanesca “Let Me Imagine You”, del anterior disco solista Songs to Play (2015)

La primera que interpretó del nuevo disco Inferno fue “One Bird in the Sky”, un tema sobrio y elegante, tras del cual hizo el anuncio sobre la ausencia de Karen, sobre quien dijo tenía muchas ganas de tocar por primera vez en Madrid.

Siguió entonces con otro par de Ocean Apart, “Here Comes a City” -un tema que refleja la influencia de Lou Reed- y “Darlinghurst Nights”. Sobre ésta última explicó que si bien se compuso en 2004, la historia data de 1984 cuando The Go-Betweens fue de gira a Australia (para entonces vivían en Londres) y pasaron mucho tiempo en Sidney, en cafés italianos que habían introducido el capuchino.

 

Sin pausa siguió con “German Farmhouse”, de The Friends of Rachel Worth, y luego “Spring Rain”, el primero de Liberty Belle And The Black Diamond Express (1986), lo más atrás que escarbó en su discografía.

Luego de agradecer y halagar a Madrid y su gente presentó “track one for side B from Inferno”, con el único solo de guitarra que tocó en la noche, lo cual suele delegar en su banda. Un delicado tema, sin duda, “Life Has Turned a Page”.

Encajó perfectamente en el hilo conductor “Love Is a Sign”, una de las joyas de 16 Lovers Lane, que sin violín, mandolina y segunda voz femenina fue capaz de conmover.

 

Inferno (Brisbane in Summer)” y “Remain” continuaron el repaso por el nuevo disco, demostrando su prematura madurez aún sonando sin banda.

 

En contraste, “In the Core of a Flame” de Liberty Belle And The Black Diamond Express, sonó vital 32 años después. Se despidió por primera vez, luego de un largo silencio, con la bluesera “Learn to Burn” de Songs to Play.

 

Regresó para regalar un interesante encore que comenzó con la sensible “Demon Days”, un temazo del disco The Evangelist (2008), luego de la cual deslizó la siempre recordada y bienvenida “Head Full of Steam” de 1986 y la emotiva “Surfing Magazines” de 2000, ambas de The Go-Betweens.

De su segundo disco solista, Calling From a Country Phone (1993), nos regaló “121”, una de las más enérgicas de la noche.

Una de las cosas que distingue a un gran cantautor es su capacidad de improvisar con su repertorio. Robert atendió generosamente a dos peticiones, la primera de ellas la esencial “Dive for Your Memory” de 16 Lovers Lane, que estuvimos a punto de no poder disfrutar si no es por ese acertado fan.

El cierre fue con la sorpresiva segunda petición, “The Morning”, hedonista pieza del reciente disco, de la que echamos en falta la voz de Karin Bäumler.

Aunque no era lo que Robert Forster tenía pensado ofrecernos, es de agradecer su entrega, buen ánimo y excelente escogencia de repertorio.

Juan Carlos Ballesta (Texto, fotos y videos)