El quinto álbum editado el 21 de abril de 1969 por la aventurada agrupación comandada por el inimitable músico californiano, aún sigue sorprendiendo
The Mothers of Invention
Uncle Meat
Bizarre/Reprise. 1969. EE UU
Resulta laborioso describir e interpretar una música tan compleja y cargada de agridulce humor como la de Frank Zappa (†). Su extensa obra –más de un centenar de álbumes– desafía toda etiqueta posible.
Sin embargo, una manera de comenzar a entenderla es desde una de sus más importantes influencias, la del francés Edgar Varese, uno de los artífices de lo que hoy conocemos como “música concreta” y cuyos fundamentos técnicos y estéticos nos refieren a los también franceses Pierre Schaeffer y Pierre Henry. Hablamos de unos cimientos establecidos a finales de los años 40.
Uncle Meat es un radical contraste musical cuando pensamos en algunas de las propuestas de la época. Sin duda, una obra experimental desde la primera nota hasta la última en procura de alimentar las imágenes del film del mismo nombre.
Era el quinto hijo de Las Madres de la Invención, una agrupación que bajo la batuta de Frank se abría con mayor notoriedad al clasicismo y al jazz sin dejar a un lado elementos del blues, el rock and roll y el doo-wop, pero asumidos desde una bufa perspectiva.
En el desarrollo del álbum se escuchan también fragmentos del guión del film. Era el año de Woodstock y el final de una década convulsa llena de importantes cambios en lo cultural, lo político, lo social y por supuesto en la música
Lanzado como un album doble, Uncle Meat es una obra de dos horas plasmada en 31 segmentos. Fue editado bajo el sello Bizarre Records y reunió a unos trece músicos. La imagen de Cal Schenkel es la interpretación visual de la música.
Producido por el mismo Zappa, la obra inicia con el distintivo sonido del xilófono y otros instrumentos de percusión. En un temperamento de “divertimento” Zappa nos introduce al mundo de Uncle Meat con este breve instrumental que al final nos invade con unos efectos sónicos que se funden con “The Voice of Cheese” (La voz de queso) de Pamela Zarubica, quien nos dice con una voz como de narcótico trance “hola América adolescente, soy Suzie queso crema. Y soy Suzie queso crema porque nunca he usado pestañas postizas y porque nunca encajé ni en los círculos del surf ni en los del beatnik”.
Esa hilarante declaración está aderezada con un efecto que parece un eructo. Más adelante Suzie nos dice que “la cagó en Europa”.
Luego, a partir de un caos sónico llegamos a “Nine Types of Industrial Pollution” (Nueve tipos de polución industrial), pieza instrumental de seis minutos donde Frank pareciera practicar escalas.
Acá con un acento rock, además de Zappa (guitarra, voz), Artie Tripp (batería, percusión), Jimmy Carl Black (batería), Ian Underwood (teclados), Bunk Gardner (vientos), Don Preston (piano eléctrico) y Roy Estrada (bajo), entre otros, se embarcan con notoria libertad a descargar un poco en sus instrumentos.
“Dog Breath, in the Year of the Plague” (Aliento de perro, en el año de la plaga), le sigue a una breve “Zolar Czaki”. En esta pieza apreciamos la voz de Ray Collins junto a la de Estrada y Frank.
El contrastante humor entre una música cargada de espontaneidad y una cuasi dislocada letra también nos deja escuchar visos de jazz y doo-wop.
Es una pieza llena de incidencias que luego se une a la “The Legend of the Golden Arches” (Leyenda de los arcos dorados), posiblemente una sátira a McDonald’s, la criticada cadena de comida rápida y fiel reflejo de una parte de la cultura estadounidense.
Hay hasta un aire barroco en este sexto tema de los veintidós que conforman el primer LP.
Zappa repite “Aliento de perro…” tras “Louie Louie”, que cierran el lado A del primer LP.
El tema “The Uncle Meat Variations”, es precisamente eso pero en modo instrumental. Destacan las marimbas de Artie Tripp y Ruth Komanoff. Zappa también resalta con un punzante “solo” en la guitarra. “Electric Aunt Jemima” (Tía eléctrica Jemina) es otra bufa interpretación con aires de los 50, seguramente en referencia a la marca de harina para panquecas.
Otra importante pieza de esta primera parte, ubicada en el lado B del primer LP, es “Prelude to King Kong” (Preludio a King Kong), donde resalta el trabajo de los vientos de Bunk Gardner a todo lo largo de los 3’39”.
Entre los episodios verbales, Ian Underwood relata cómo llegó a ser una de “Las Madres de la Invención” desde Copenhague. Underwood descarga, literalmente, todo su talento durante casi cinco minutos en “Ian Underwood Whips It Out”.
El primer lado del segundo LP es iniciado por “Mr. Green Genes”, una vegana propuesta de hilarante lírica. “Project X” con un dulce intro de guitarra, se desgrana en múltiples fragmentos entre los cuales destaca la marimba, una vez más.
“La distancia entre los dos no es mucha” nos dice Zappa antes de cerrar el lado con el tema “Cruising For Burgers” . Ya hasta el momento Zappa, sobradamente, demostraba una clara evolución respecto a sus trabajos anteriores.
Incluso puede sentirse en esta pieza un cierto sentido orquestal con frecuentes fragmentos dramáticos. Atemporal de algún modo.
Las seis piezas que conforman el cuarto lado de Uncle Meat, son una suite titulada “King Kong”, que inicia con un breve extracto que se funde con “King Kong II” donde destaca el piano eléctrico, posiblemente Don Preston y tal vez Euclid James en el saxo tenor.
No hay separación entre los temas de esta suite cuyas partes IV y VI suman un cuarto de hora de una desenfrenada descarga en el más claro lenguaje del genial músico de origen greco-siciliano y ciertos paralelismos con la banda inglesa The Soft Machine.
Esta extensa suite instrumental deja a la voz de Nelcy Walker en el recuerdo de “Aliento de perro” y las variaciones en los extractos del film. Zappa empleó a Jimmy Carl Black en la batería con algunos temas interpretados por Billy Mundi. Tripp puede apreciarse en los timbales sinfónicos de la suite. Zappa es perverso en la concepción de esta obra
La edición en CD incluye 45 minutos de música del film, en los que se aprecia la voz de Massimo Bassoli, una adición muy interesante que amplía el espectro de este ecléctico álbum.
Frank Zappa evidenció en este trabajo una densidad instrumental envidiable. No malgasta recurso alguno para establecer una música rica y colmada de diversos sonidos que bien reflejan una idea contemporánea de una orquesta sin cuerdas, más que aquellas de su guitarra.
Percusión y vientos son elementos recurrentes en el lenguaje del desaparecido genio. La música de Uncle Meat es hilarante, atractiva, compleja y muy distante de un simple “rock experimental” como muchos se refieren a esta obra.
Zappa tuvo una corta vida a la que le sacó el mayor provecho. En la historia de la música, se erige como un prolífico compositor que experimentó con cuanto estilo y género hubo. Su condimentado humor va unido a la crónica social de una de las principales sociedades de consumo del mundo.
Frank Zappa tal vez siga siendo, parafraseando a un colega norteamericano, “El secreto musical mejor guardado de América”.
Leonardo Bigott