El 13 de agosto de 2002 el proyecto del estadounidense Conor Oberst publicó su obra cumbre a medio camino entre el folk, el country y el indie pop
Bright Eyes
Lifted or The Story Is In The Soil, Keep Your Ear To The Ground
Saddle Creek. 2002. EE UU
Desde principios de la década de los 90, se comenzó a gestar una pequeña escena de rock independiente en Omaha, Nebraska, el centro de Estados Unidos. La banda pilar fue Slowdown Virginia que inspiró a muchos de sus contemporáneos a desarrollar sus carreras musicales.
Uno de los personajes centrales fue Conor Oberst, un niño inquieto que desde los doce años había estado involucrado con la música. Su hermano Justin junto a Mike Mogis fundan un pequeño sello llamado Lumberjack Records cuyo primer lanzamiento es un cassette del joven Conor grabado en un 4-track en el sótano de sus padres.
Poco tiempo después, la disquera cambia su nombre a Saddle Creek y luego de participar en una serie de bandas, Conor decide armar un proyecto solista aunque siempre acompañado de Mogis que llama Bright Eyes en 1995, mientras trabajaba en su banda de indie rock Commander Venus.
Su primer lanzamiento, A Collection of Songs Written and Recorded 1995-1997, representa la evolución musical y el cambio de voz del adolescente. Posteriormente Letting Off The Happiness (1998) y Fevers And Mirrors (2000) descubren a un Conor más adulto en un debate entre el folk, el indie rock, la canción de autor e incluso ciertos tintes punk.
A los 22 años se aventura con el impecable y sobrio Lifted or The Story is in the Soil, Keep Your Ear to the Ground, lanzado un 13 de agosto de 2002.
Producido por el prolífico Mike Mogis, una gran variedad de invitados hacen gala de sus destrezas: la mayoría integrantes de bandas compañeras del sello y amigos de la misma ciudad.
Conor ejecuta impecablemente su guitarra en pasajes acústicos así como dramáticos pianos mientras que su voz narra historias llenas de metáforas adornadas en un disco que simula un libro mientras que las letras están dispuestas como prosa por capítulos.
“The Big Picture” abre el disco con sonidos de una carretera, mientras que las voces y la guitarra suenan distantes.
En el punto máximo de la canción y mientras la intensidad casi quiebra la ya presente voz líder, hay una interrupción generada por una cinta que deja ver una voz femenina hablando mientras se suman algunos ruidos de televisión y es así como llegamos a la enérgica marcha country “Method Acting”, adornada de vibráfonos, vientos metales y tiernas voces femeninas de Maria y Orenda (Azure Ray).
“False Advertising” es un precioso y emocional vals orquestado, adornado de la dinámica fuerte-suave-fuerte à la Pixies, con un acompañamiento casi en su totalidad femenino.
“You Will. You? Will. You? Will. You? Will.” es otro de esos grandes momentos que coquetean con el country donde resaltan la guitarra eléctrica de Andy LeMaster (Now It’s Overhead) y el bajo de Matt Maginn (Cursive) en la pista más corta del álbum.
Tal vez el momento de mayor intensidad es cuando Conor aborda el piano eléctrico para la desgarradora “Lover I Don’t Have To Love”, que finaliza con el agridulce diálogo entre amantes: “el amor es una excusa para herir y que te hieran. ¿Te gusta herir? Sí, Sí. Entonces hiéreme”.
El contraste se da cuando poco a poco comienza a sonar la guitarra acústica de nuevo que da inicio a “Bowl Of Oranges”, una metáfora ligeramente agridulce sobre envejecer junto a alguien y un cuadro de naturaleza muerta, o tal vez una referencia a la soledad.
Un arpegio de guitarra eléctrica inicia la oscura “Don’t Know When But A Day Is Gonna Come” en un acercamiento a Johnny Cash o incluso Nick Cave, cantando sobre hombres con pistolas de plata que matan a sus padres.
“Nothing Gets Crossed Out” funciona como una transición que reaviva el ánimo general porque, aunque llena de ansiedades post adolescentes, lleva un tono dulce y hasta melancólico; al fin y al cabo, es sólo un joven que tal vez prefiera beber con sus amigos como Tim Kasher (Cursive/The Good Life), que es mencionado en las letras.
“Make War” es una confesión de carretera, una carta abierta sobre las inseguridades y Mike Mogis hace un trabajo impecable manteniendo un sonido que se acerca a las producciones más famosas de Nashville.
La austera “Waste Of Paint” es una compilación de historias sobre personas con depresión en un tema que podría ser fácilmente compuesto por Bob Dylan, una de las más obvias influencias para Bright Eyes.
En clave indie pop, la entrañable “From A Balance Beam” es uno de los esfuerzos líricos más valiosos de Oberst antes de avanzar hacia “Laura Laurent”, una nostálgica balada sobre un amor acertadamente acompañada por un coro borracho donde destacan voces como Todd (The Faint) y Jenny y Blake (Rilo Kiley).
Finalmente “Let’s Not Shit Ourselves (To Love And Be Loved)” es el épico final country rock de diez minutos donde sobre una progresión armónica repetitiva, el autor deja claro que no le interesan lo que los demás piensen de él y que por el contrario el norte son los sentimientos: amar y ser amado.
Esta magnífica obra de arte pasa a ser el primer éxito discográfico para Saddle Creek por haber vendido más de 100 mil copias así como ofrecerle la posibilidad a Bright Eyes de presentarse en televisión nacional en el programa de David Letterman, aunque eligen una canción inédita para ese momento: “Trees Get Wheeled Away”.
El autor Jonathan Franzen menciona que los personajes de su novela Freedom asisten a un concierto de la banda en la gira de apoyo de este disco. Para finales del año lanzan un disco navideño mientras también se encarga de algunas presentaciones con su otro proyecto, Desaparecidos, que publica disco en febrero de 2002.
Bright Eyes se presentó en vivo a propósito del movimiento Rock The Vote abriendo para R.E.M. y Bruce Springsteen con un repertorio que combinaba un lado muy folk así como uno más orientado a la indietronica y post punk que luego plasmaría en los dos larga duración de principios de 2005, I’m Wide Awake It’s Morning y Digital Ash In A Digital Urn.
Lifted… permanece como ese punto máximo creativo de un proyecto que aún estaba definiendo su estilo. Ambicioso sonora y conceptualmente, y sin duda logrado a la perfección.
IL Gimón
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