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Esperanza Spalding «Emily´s D + Evolution» (2016) (EE UU)

Esperanza Spalding

Esperanza Spalding

Emily’s D + Evolution

Concord. 2016. EE UU

Si en un principio pensé que Esperanza Spalding no era todo lo que algunos medios predicaban, este quinto trabajo discográfico me ha hecho saber lo equivocado que estaba. Tal vez sea su alianza con el productor Tony Visconti (David Bowie) que le haya despertado el interés por mayores riesgos musicales. Si estuvo estigmatizada como jazzista, este álbum cambia un poco las cosas. Desde las primeras notas de “Good Lava” ya la bajista, cellista, compositora y cantante de Portland, Oregon, despliega cierta crudeza más asociada con el rock, digamos más bien con el jazz fusión para no ser tan abruptos.

Radio Music Society (2012), su trabajo anterior fue ciertamente placentero y musicalmente efectivo. Esta vez Spalding asume otros retos que resultan en un trabajo muy interesante por el cual desfilan un número importante de músicos, más notoriamente Leslie Biracusse, connotado compositor y dramaturgo cuyos trabajos incluyen “Candy Man” del film Willy Wonka & The Chocolate factory y “What Kind of Fool am I?” de “Stop the World – I Want to Get Off”.

El disco continua con “Unconditional Love”, “Judas” y “Earth to Heaven”. La primera crea un hermoso contraste con el tema inicial. Matthew Stevens en la guitarra y Karriem Riggins en la batería hacen de él algo menos convencional. Esperanza modula su canto finalizando cada verso en los registros altos. El segundo tema inicia con Esperanza y Karriem recordando un poco las frases de Les Claypool mientras su voz se mueve en una dirección ocasionalmente narrativa pero sin completo abandono. Bien recuerda a la canadiense Joni Mitchell cuyo registro es ligeramente más grave. El tema desencadena en un breve caos. El tercero de esta tríada tiene su forte en las voces que acompañan a Esperanza. La apocalíptica lírica ligeramente contrasta con la música y en sus palabras no expresa literalmente de lo que se trata pero sí existe una sublime protesta contemporánea a algunas de las propuestas de Donald Trump, “todos los extranjeros son ilegales…” canta.

La siguiente tríada inicia con “One”, una especie de agradecimiento a la vida. Spalding en ocasiones pareciera dar un tratamiento surreal a sus letras. Acá destaca el solo de Stevens. La composición es seguida por “Rest in Pleasure” donde Spalding duda si ama a la persona o ama el hecho de estar enamorada. Una vez más la bajista y cellista da preponderancia a las voces y es más notorio ese elemento Mitchellesque pero con una música menos sutil. Un particular riesgo asume al inicio puntuando una letra a modo de trabalenguas para luego decantar en algo menos intrincado. Su interés por lo social es hecho poesía y su modo de cantar aquí es sencillamente un reto. El elemento jazzístico recuerda a Flora Purim en la primera edición de Return to Forever.

“Noble Nobles”, “Farewell Dolly” y “Elevate or Operate” conforman la penúltima terna del álbum. La primera pareciera deslindarse de las complejidades de las anteriores tal vez por la participación de Corey King (voz) en la composición, pero uno pronto descubre que no es así. Spalding muestra un mayor interés en la relación entre contenido y música haciendo de este CD un trabajo muy interesante pero no es el tipo de música donde todo llega a la primera. El segundo tema es la instancia más breve del álbum donde bajo y percusión acompañan a la voz de Esperanza. En la última la cantante inicia con una voz cuasi infantil que estalla repentinamente.

“Funk the Fear”, “I Want it to Know”,  “Change us” y una versión alterna del tema “Unconditional Love” cierran este trabajo. La primera me remonta a Edwin Starr en “War”, acá Esperanza hace uso del bajo eléctrico en el mejor lenguaje fusión el cual matiza con su voz. La guitarra de Stevens hacia el final del tema también resulta atractiva bajo ese mismo lenguaje. En la segunda, Esperanza toma el piano para un tema que ciertamente tiene todas las características de un musical gracias a Biracusse y Anthony Newley. En “Change us” la guitarra de Matthew Stevens, con ligera distorsión, va marcando acordes entrecortados en lo que es la pieza más franca del álbum. Tras este tema, Spalding retorna a “Unconditional Love” en una versión alterna donde ella ha incrementado en seis minutos esa pieza con un interesante intro de Matthew Stevens que tiene toda la característica espacial de la contemporaneidad.

No hay duda que Spalding muestra una mayor madurez musical pero no siempre queda claro que letra y música vayan siempre de la mano. En cualquier caso su estilo es el resultado de un trabajo cerebral pero donde también hay espacio para incidencias espontáneas como en la versión alterna del segundo tema. Revisando algunas opiniones veo en sus letras trazos más surreales que impresionistas. Esperanza da un paso adelante con este trabajo que, bajo mi perspectiva, representa su más ambicioso proyecto.

Leonardo Bigott