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Laura Guevara «Laura Guevara» (2016) (Venezuela)

Laura Guevara debut

Laura Guevara

Laura Guevara

Independiente. 2016. Venezuela

Tras un largo período de incubación, consecuencia de un país con una economía inflacionaria que echa por tierra planificación y proyecciones presupuestarias, la cantautora caraqueña, asidua de Ladosis desde sus comienzos, finalmente ha dado el esperado paso con este su disco debut en estudio.

Hace tres años publicó como punta de lanza el disco “En vivo” (ver edición #30) con la presentación realizada en el 1er. Festival de Cantautores que organizamos en el Centro Cultural BOD-Corp Banca, un repertorio que es la columna vertebral de este homónimo disco, producido a fuego lento pero con toda la sapiencia y asesoría que podría tener una artista con mayor trayectoria y no una que comienza su carrera.

Rodeada de músicos y personal técnico de alto calibre, las doce canciones que componen el disco relucen con brillo propio. Cada una de ellas es una entidad en sí misma, con peso específico y personalidad, y en eso radica el encanto de su vena como compositora. Laura se mueve con libertad dentro de los vastos linderos del pop, abarcando un amplio espectro estilístico que pasa por el swing/vaudeville/ragtime (“Embriaguez”), cumbia y dub (“Tiempo de escape”), tambor  afro venezolano con latin funk (“Fuego”), rock steady (“Más feliz”), pop de cabaret con toques de ranchera (“El puñal”), balada nocturna (“Yo sabía”, “Tú”), bolero envenenado (“Todas las cosas”, “Alejarde de mi”), funk rappeado (“La luz”), folk pop con aroma southern rock (“Late”) y la balada pop con tumbao waltz (“El Constructor”), tema que se hizo viral gracias a la pieza comercial de Movistar y la dirección de Marcel Rasquin.

Mención aparte merecen las letras, de carácter personal y vivencial, que retratan los vaivenes emocionales de su autora en las relaciones interpersonales, así como también sus visiones sobre el momento que vivimos los venezolanos. Laura es una cantautora que no se guarda mucho y hay que agradecerle su honestidad reflejada en metáforas, eufemismos y frases a veces duras, otras sensibles, reflexivas e incluso autocríticas. Todo disco debut suele ser el compendio de varios años de trabajo e ideas acumuladas y generalmente termina siendo una especie de rompecabezas de la etapa previa al reconocimiento general. Este no es la excepción.

El proceso de grabación comenzó en los estudios Chocolate Music, para proseguir en Rojo y Negro, Sala de Máquinas y Remoto Estudios, con los ingenieros Sebastián Núñez, Valentina Armas, Rafael Carrero, Rafael Cadavieco, Ricardo Martínez y Fidel Goa, este último encargado además de la edición y mezcla en CCS Mix & Mastering. La masterización corrió a cargo del afamado Germán Landaeta, mientras que el lutier Ricardo Parra cuidó de forma especial el sonido de la batería y otros detalles de la grabación.

La banda que acompañó a Laura en este recorrido estuvo conformada por Alejandro Bautista (batería), Manuel Churión (bajo), y las guitarras de Juanma Trujillo, Leonardo “Kmaron” Jaramillo y José Ignacio Benítez, quien ahora dirige una banda compuesta por otros músicos. Todos ellos forman parte importante de este período en el que Laura se labró una trayectoria tocando en bares, festivales, teatros, museos, universidades y otras locaciones. Colabora una larga lista de estupendos músicos en teclados, percusión, vientos, cuerdas y coros, lo que conforma una producción celosamente cuidada y cuyo resultado es probablemente uno de los mejores discos debut de cantautor venezolano alguno. A ello se suma las magníficas fotos de Román Buminov y Nicolás Serrano y la acertada dirección de arte de Miguel Vázquez que resalta la estética e imagen que ella ha manejado desde sus primeros días.

En la producción ejecutiva del disco (vale decir, en la financiación) ha participado su núcleo familiar (padres y hermano), grandes entusiastas del trabajo de Laura y por supuestos puntales en toda su formación y crecimiento.

Este es un punto de inflexión muy importante para una artista que maneja de forma integral el mundo de las artes (música, danza, pintura, visuales), una carta de presentación que la proyectará con toda seguridad hacia audiencias de habla hispana a las que abordará con éxito. La siembra en casa comienza a dar los frutos merecidos.

Juan Carlos Ballesta