La próxima semana la islandesa, miembro del grupo de synth pop y post punk Kælan Mikla, visita España para presentar su interesante proyecto solista en Bilbao (21 noviembre en Nave 9 T) y Madrid (22 noviembre en Maravillas Club), que hasta ahora ha arrojado un envolvente disco y dos singles desde el año 2016. A propósito de estos conciertos, conversamos con ella.
Juan Carlos Ballesta
Es probable que Islandia sea uno de los rincones del planeta que más música interesante produce por habitante. La lista es interminable, aunque quizá todo comience por la era post punk con la emblemática banda Þeyr (también conocida como Theyr) en la que militó Hilmar Örn Hilmarsson (HÖH), uno de los más influyentes músicos islandeses, una etapa en la que Bjork dio sus primeros pasos con Tappi Tikarrass y luego K.U.K.L. La conformación de The Sugarcubes en 1987, con integrantes de varias bandas –incluyendo a Bjork, terminó de poner a la isla en el mapa musical europeo.
Desde entonces. La ebullición musical va en consonancia con la constante actividad volcánica de buena parte de su territorio. Uno de los recientes capítulos que levanta interés es el trío de dark synth pop Kælan Mikla, que conforman Margrét Rósa, Laufey Soffia y Sólveig Matthildur, con tres discos publicados.
Mudada en 2016 a Berlín, Matthildur ha comenzado a dirigir un pequeño sello discográfico y a desarrollar una faceta solista que arrojó al año siguiente el primer larga duración, Unexplained Miseries & the Acceptance of Sorrow (2017), en el que trabaja primordialmente con sintetizadores, cuerdas y su voz. Tras ello ha lanzado otros dos singles.
Solveig Matthildur vis
ita España para presentarse primero en Bilbao el 21 de noviembre y al día siguiente, jueves 22 a las 21:30h, en Madrid en Maravillas Club, gracias a la productora Indypendientes, en un concierto que sirve de preámbulo al Festival Madrid es Ruido. Por ello conversamos con ella.
¿Qué te llevó a emprender una carrera solista, más allá de Kælan Mikla?
Mi proyecto solista comenzó cuando me mudé a Berlín en 2016 para estudiar producción musical e ingeniería de sonido. Eso me llevó a pasar mucho tiempo lejos de los demás, lo cual me llevó a crear música adaptada a mi personalidad más que a Kælan Mikla.
El sonido que desarrollas en tu primer álbum se aleja de la estética post punk de Kælan Mikla ¿Existe en ti la necesidad de explorar otros territorios?
Yo siempre he sido muy de mente abierta a todo tipo de música. Solía estudiar música clásica, lo cual me llevó al jazz y eventualmente al trip hop y el post-punk. Me encantaban Massive Attack y Portishead cuando tenía 16 y 17 años. Así que mis raíces están ligadas a varios géneros musicales y puede ser que esa sea la razón por la cual siento la necesidad de explorar más. Pero, honestamente, realmente no pienso mucho acerca del tipo de música que hago. Para mí es solo una forma de expresión.
¿Qué te inspiró en esta aventura solitaria? ¿De donde viene el nombre del disco?
Cuando comencé mi proyecto estaba en la mitad de una ruptura. Tenía el corazón roto y me tomó un largo tiempo superarlo. Yo todavía no estoy segura si lo he superado, pero el álbum Unexplained Miseries & the Acceptance of Sorrow (Miserias inexplicables y la aceptación del dolor) es mi documentación de cómo yo manejé mi corazón roto en la aceptación del dolor y seguir avanzando. El álbum también trata de sueños, pesadillas y lo irreal.
¿Podrías mencionar los cuatro adjetivos que mejor definen este álbum?
Melancólico, expresivo, desesperado, eufórico.
¿Si tuvieras que escoger tus principales influencias cuales mencionarías como ineludibles?
La música que más me ha influido es la de Massive Attack, Björk, Portishead, Oppenheimer Analysis…Podría seguir por siempre…También estoy muy influenciado por la literatura y el cine de David Lynch e Ingmar Bergmann. Pero, lo que más me inspira para hacer música son sobre todo las cosas que no existen, las cosas que aún no han sido escritas, sentimientos, experiencias que están esperando ser expresadas en música u otras formas de arte.
Estando acostumbrada al trabajo en grupo, ¿Cómo percibes este proceso en soledad y de salir a tocar sola?
Es muy extraño tocar sola. Definitivamente no se siente igual. No hay nada que me guste más que tocar cerca de Laufey y Margrét las canciones y mundos que hemos creado juntas. Sin embargo, tocar sola también es estupendo. En mi proyecto solista yo canto, que es algo que había dejado de hacer durante los años recientes. Tampoco tengo ningún sintetizador frente a mí y de esa manera siento que me ayuda a expresarme más.
Desde el éxito de The Sugarcubes y luego de Björk como solista, Islandia se ha convertido en un punto focal que ha producido propuestas fantásticas. ¿Eres consciente que tu país es un manantial inagotable?
Soy muy entusiasta y me hace feliz la escena musical islandesa. Ha sido así y espero lo siga siendo por mucho tiempo. Hay algo acerca de la naturaleza del aislamiento que hace que realmente la gente sea creativa.
¿Cuál de aquellos grupos islandeses han sido más importantes para ti?
¡No puedo decidir! Los más importantes músicos para mí son aquellos que están tocando en este momento. Tú sabes…los músicos que actualmente están manteniendo la escena underground islandesa viva. Por nombrar solo unos pocos: Godchilla, IDK I IDA, World Narcosis, Skrattar, Dulvitund, Pink Street Boys, Hatari, Madinna + Child…
¿Por qué escogiste Berlín para estudiar? ¿Qué tal te sientes allí respecto a tú país?
Me fui a estudiar pero solo estudié en Berlín un año. Estaba tan ocupada haciendo música y girando que renuncié. He estado aquí por dos años y medio y concluyo que realmente no importa su vivo aquí o en Islandia o donde sea, porque gasto más de la mitad del año viajando. Berlín es más céntrico que Reikjavik, así que es más barato viajar desde Alemania, más económico alquilar, vivir…Pero, algunas veces extraño mi casa, y todo el tiempo a mi familia y amigos.