Dentro del fértil panorama de la canción de autor española, una de las voces más relevantes es María Rodés, quien se presenta en Madrid este próximo 21 de noviembre dentro de la actual temporada de Son Estrella Galicia, presentando su reciente disco Eclíptica con su banda en pleno y varias invitadas especiales como Christina Rosenvinge, Ana Lázaro y Ana Molina.
Juan Carlos Ballesta
Dentro del vasto panorama de la canción de autor en España, en el siglo 21 la diversidad es verdaderamente notable, un abanico en el que tienen cabida todo tipo de propuestas cuyo eje central sigue siendo la palabra cantada pero con variantes importantes en el tratamiento instrumental y melódico. A casi una década de comenzar su carrera discográfica la barcelonesa María Rodés ya posee un puñado de producciones de alta factura con el que se ubica como una cantautora de distintiva voz y emotiva sonoridad.
Debutó con 23 años con el interesante disco Sin técnica (Cydonia, 2009) junto al proyecto Oníric, conformado junto a Andy Poole. Apenas un año después inició su carrera solista con Una forma de hablar (BCore, 2010), al que siguió Sueño Triangular (BCore, 2012).
La inquieta María colabora en 2013 con Ramón Rodríguez (The New Raemon) y Martí Sales (Surfing Sirles) en el álbum Convergència i Unió (BCore, 2013) y comienza una seguidilla de colaboraciones y duetos con artistas como Coque Malla, Espaldamaceta, Anímic, José Domingo…hasta llegar a Nacho Vegas. También ha abordado composiciones de otros, como la conmovedora versión de «Mi pobre Patria», del prolífico italiano Franco Batiatto.
María: una coplera moderna
Su disco María canta copla (Chesapik, 2014), fue una búsqueda personal en la canción tradicional desde una perspectiva contemporánea, a la que puso su indiscutible sello trayendo hacia su terreno una serie de coplas emblemáticas. En 2015 siguió ampliando su horizonte con su primer libro de poesía, con ilustraciones realizada por ella misma, Duermevela – Los sueños de Maria Rodes (Alpha Decay), incursionando entonces en otro nuevo territorio: las bandas sonoras. Luego del EP, Creo que no soy yo (Chesapik, 2016), compuso, cantó y arregló la música para los filmes No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas de Maria Ripoll y Villaviciosa de al lado de Nacho García Velilla.
Este año, Rodés publicó Eclíptica (Satélite K, 2018) un trabajo inspirado en la interesante historia de un antepasado, su tío-abuelo Lluís Rodés, director de Observatorio del Ebro durante la guerra civil. El disco fue producido por Josep María Baldomà y el venezolano Juan Rodríguez Berbín y cuenta con participaciones de The New Reamon, Nico Roig y la mexicana Ximena Sariñana.
María, con humildad y cierta timidez, conversó con nosotros sobre este reciente álbum y algunos otros temas
¿Cómo llegas a la historia de tu bisabuelo? ¿Tenías tiempo pensando en hacer un disco con ésta temática o se te ocurrió de repente?
En realidad es una historia bastante larga. De pequeña mi padre me comentó que había un cráter en la Luna que se llamaba Rodés, el apellido del astrónomo que es mi tío bisabuelo. Entonces me entró la curiosidad. En 2012 hice una residencia artística en la que tenía que ir a un observatorio astronómico y allí el astrónomo me enseñaba el firmamento con los telescopios, y a cambio de ello yo tenía que componer música acerca de lo que estaba viendo. Esa residencia se llamaba Eclíptica, igual que el disco. Fue allí cuando este astrónomo me volvió a recordar que había tenido a un tío bisabuelo muy conocido en el mundo de la astronomía. A partir de ahí comencé a interesarme mucho y descubrí que había vivido la Guerra Civil desde el Observatorio del Ebro y estando allí escribió un diario. Fui entonces recopilando documentación, cartas y el propio diario, inspirándome para hacer este disco nuevo.
Digamos que aquella residencia terminó de presentarte a tu antepasado
Si, al ser ya mayor, el interés en explorar sobre este pariente fue aumentando
¿Qué te ha traído este nuevo disco luego de unos años sin editar un larga duración?
Estoy muy contenta de cómo salió el disco. Le puse mucho trabajo y ha sido muy importante rememorar a este familiar y llevarlo a la actualidad. Fue un proceso muy satisfactorio.
¿A qué se debe que el disco sea relativamente corto? ¿Crees que en estos tiempos de tanto consumo falta atención y 30 minutos son suficientes?
La verdad no me lo había planteado, nunca he hecho esa reflexión. Es cierto que ahora se escuchan más canciones sueltas más que discos completos. No lo hice pensando en la gente, sino que me pareció que media hora estaba bien.
¿Qué puedes adelantar sobre el venidero concierto en Madrid?
Me voy a presentar con la banda y vamos a repasar todo el disco nuevo así como canciones de los anteriores. Estoy muy ilusionada.
Respecto a tu trabajo anterior, ¿Qué te llevó a acercarte a la copla y a abordarla de una manera no convencional? “Tres puñales”, por ejemplo, es de una intensidad notable
Tenía la idea de hacer un disco de versiones. Me apetecía interpretar canciones de otros, pero dentro del folclore. Decidí entonces poner el foco en el género de la copla cuando escuché “Pena, penita, pena”, que me gustó mucho. Luego la toqué con la guitarra acústica y me pareció que era un buen contraste llevar estas canciones que normalmente se tocan con mucha solemnidad y mucho desgarro a un territorio más íntimo. Antes de hacer el disco estuve investigando sobre la copla y las canciones que más me gustaban, ya sea por la letra o por la melodía. “Tres puñales” fue una de las que más me gustó.
Has realizado diversas colaboraciones, como la reciente con Nacho Vegas. En Eclíptica participa la mexicana Ximena Sariñana, en la canción más distinta de todas, que es una cumbia. Se percibe en ti un deseo de intercambiar voz y palabra con otros cantantes. ¿Con quienes te gustaría colaborar en el futuro? ¿Te atreverías en otra lengua?
¿En el país de mis sueños? (risas). Mi sueño máximo es con Caetano Veloso. Me gustaría con mucha gente, como Juana Molina y Devendra Banhart. ¡Con esos tres seguro! Supongo que si me atrevería en otro idioma. Con David Byrne, por ejemplo, a quien conocí hace poco.
¿Qué artistas te han marcado a lo largo de tu vida?
Muchísimos. Los tres que mencioné antes para colaborar me han marcado mucho: Caetano, Devendra y Juana Molina. También Radiohead en su momento, los Doors, PJ Harvey, Bjork, Cat Power…Una referencia importante fue Lhasa de Sela. ¡Murió muy joven, pobreta!

¿Cómo llegaste a componer para cine? ¿Prefieres algún género sobre otro?
Llegué a ello un poco por casualidad. Me encantó ser parte de algo grande, colectivo, así como la idea de ir en sincronía con la imagen. Fue un ejercicio nuevo y si salen más cosas pues yo encantada. Estoy totalmente abierta a seguir haciéndolo. Aunque he trabajado con comedias hasta ahora, no tengo ninguna restricción al respecto.
Otra curiosidad siempre latente al momento de entrevistar es saber en qué otros lugares te gustaría presentarte
Pues mira, no tengo ningún sueño especial en ese sentido, al contrario de las colaboraciones, que sí los tengo. Supongo que en el Palau de la Música, un sitio emblemático muy bonito, que además me queda cerca.
Quizá la pregunta más adecuada es ¿Adónde te gustaría que llegara tu música?
¡A Japón! Tengo ganas de viajar a Japón y también tocar, así que haría las dos cosas de una vez.
El mercado latinoamericano puede ser muy bueno para ti
Pues sí. He estado en Colombia y México. Y claro que quiero tocar mas allí, pero primero Japón (risas). En realidad me gusta todo el mundo.

Imaginaste alguna vez cuando apenas comenzabas que llegarías a 2018 con este nivel y la aceptación que tienes
Nunca me imaginé nada, más bien me dejé llevar por la intuición y por lo que me pedía el cuerpo. Nunca he sido muy ambiciosa y estratégica a la hora de proyectar grandes futuros, más bien voy aprovechando lo que se va presentando, las puertas que se me abren las aprovecho y las que se cierran las acepto.
Me arriesgo entonces a preguntar sobre qué viene en 2019, a riesgo que no lo sepas aún
(Risas) Supongo que el disco nuevo. Pero no tengo nada en concreto todavía. Ni las canciones (más risas).