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Canciones lisérgicas y emotivas con Spectrum, Melange y Luna en el GetMad 2018

Luna

La segunda noche del Festival GetMad 2018 se paseó por la lisergia de Spectrum, la sofisticación de Melange y la emotividad de Luna. Jornada perfecta

Spectrum, Melange y Luna
Festival GetMad!
Sala But, Madrid

(Septiembre 15, 2018)

 

La segunda noche del Festival GetMad! 2018 ofreció otro abanico de opciones que hicieron difícil -de nuevo- la decantación por unas u otras. Los cabecillas que programaron nos lo pusieron difícil. Es un mérito. Nosotros volvimos a elegir la Sala But por la presencia de tres fenomenales propuestas, muy distintas entre sí.

SPECTRUM

Uno de los personajes claves de la psicodelia moderna es, sin duda, el inglés Peter Kember, mejor conocido como Sonic Boom, quien a principios de los 80 irrumpió junto a su amigo Jason Pierce con la agrupación Spacemen 3. Durante esos años devolvieron el interés por la más genuina psicodelia, las murallas de guitarra, los drones o mantras y las voces lánguidas.

Las influencias eran principalmente de 13th Floor Elevators, MC5 y Suicide. En el zenit de su carrera, Kember y Pierce rompieron la sociedad que produjo discazos como The Perfect Prescription (1987), Playing with Fire (1989) y Recurring (1991), dando paso a dos proyectos igualmente adentrados en la psicodelia pero con recorridos y destinos muy diferentes: Spiritualized y Spectrum.

En años recientes Sonic Boom ha diversificado su labor produciendo a varios artistas y colaborando (Beach House, Panda Bear, MGMT, entre muchos), dejando menos espacio para sus dos proyectos E.A.R (Experimental Audio Research) y Spectrum, aunque en su web anuncia un inminente nuevo disco con colaboraciones ilustres como la de Dean Wareham, que un par de horas después cerraba en grande la noche con Luna.

Acompañado del estupendo guitarrista Jason Holt que hizo uso fantásticamente del e-bow, sentado en un costado, Sonic Boom se hizo cargo de los controles para ponernos a volar desde el primer minuto de “Transparent Radiation”, la versión del tema de Red Crayola incluida en The Perfect Prescription de S3, disco del cual también tocó más adelante la hipnótica “Call the Doctor”.

Con apenas un tema bastó para que nos montáramos en la alfombra mágica para viajar hacia otras dimensiones. La sala estaba aún semivacía, y tuvimos espacio para disfrutar a plenitud de las reverberaciones, delays y demás efectos lisérgicos, sonido marca Sonic Boom.

Propiamente de Spectrum tocó solo tres temas, muy bien escogidos. “All Night Long” y “I Know They Say”, del disco High, Lows and Heavenly Blows (1994) y entre ambas, la maravillosa “Lord, I Don’t Even Know My Name”, del que probablemente sea su obra maestra, Soul Kiss (Glide Divine) (1992).

Otra versión que abordaba Spacemen 3 era “Che”, del dúo Suicide, que aquí sonó mas minimalista, único tema que contó con marcada percusión electrónica.

La recta final del concierto fueron otros dos temazos de Spacemen 3. Primero la exquisita “Let Me Down Gently” del disco Playing With Fire (1989), y finalmente la envolvente “Big City (Everybody I Know Can Be Found Here)” de Recurring (1991), la pieza más extensa, cuya duración puso nervioso al personal de GetMad ya que traspasó el tiempo estipulado.

MELANGE

Con rapidez salió la banda madrileña Melange para ofrecer un set compuesto por once temas extraídos de sus dos maravillosos discos, Melange (2016) y Viento Bravo (2017).

El tiempo en exceso de Spectrum hizo que eliminaran dos temas. Comenzaron con “Cotard”, un tema de corte progresivo de ritmo ágil, delicado sintetizador y voces. En “Splendor Solis”, afloran las influencias del rock nórdico setentero como Wigwan, Bo Hansson, Atlas.

El trío inicial de temas pertenecientes a Viento Bravo lo completó “Río revuelto”, en el que suben las revoluciones a medida que avanza la pieza. Si algo quedaba claro es que sus cinco integrantes son más que la suma de las partes. Miguel Rosón (guitarras y voz), Daniel Fernández (bajo y voz), Mario Zamora (teclados) –cuyo sinte Korg tenía el rótulo “Nore”, Sergio Ceballos (guitarra, coros) y Adrián Ceballos (batería, coros), dejan claro que detrás de su propuesta hay muchas horas de ensayo y conceptualización.

Aunque el baterista puede acaparar más atención que el resto en varios pasajes, en realidad cada uno tiene un peso específico importante en el sonido de Melange.

La revisión del álbum debut comenzó con “Conan”, que retrotrae hasta bandas de krautrock como Agitation Free y Amon Düül II, influencias que continúan más claramente en “Despertar”. La guitarra de Rosón en “Sasquesufa’h” es cinematográfica, suena a banda sonora de spaguetti western. Las voces apuntalan esa sensación.

Los aromas morunos afloran por primera vez con la corta “Oxi”, tras de la cual tocaron “Verdiales del encuentro”, con otra guitarra estupenda y una muy interesante métrica sincopada. “Armas separadas” es uno de los temas más densos, con efectos cósmicos de guitarra y sintes.

Uno de los platos fuertes es “Las dunas de Diabat”, con obvias referencias al blues del desierto de la banda Tinariwen. Sin duda, es contagiosa y por ello parte del público la bailó. Cerraron con uno de sus temas más extensos, “Solera”, que en directo suena mucho más potente que en estudio, en especial por el pasaje en el que Adrián Ceballos redobla repetidamente en una especie de loop, como si estuviera poseído por un espíritu. Gran presentación la del quinteto, demostrando ser una de las mejores bandas de España.

LUNA

La sala se fue llenando y para el momento de la aparición de los cuatro músicos de Luna, ya no se veían huecos. Desde que en 2015 Dean Wareham (voz, guitarra), su esposa Britta Phillips (bajo, voz) y Sean Eden (guitarra, voz) decidieron reflotar la banda, han visitado a España ese mismo año, en 2017 y ahora.

Limitados por el tiempo, prepararon un repertorio compacto en el que revisaron mayormente temas emblemáticos de los 90, y solo dos de este siglo. Acompañados por Lee Wall en la batería, la sensación que dieron los cuatro músicos es la de estar tocando en una reunión en nuestra casa.

Eden es el más simpático, mientras Wareham, más serio, irradia igualmente una sensación de sosiego. Britta, en cambio, es sigilosa y de vez en cuando lanza miradas cómplices.

Malibu Love Nest”, del disco Rendezvous (2005) dio inicio, quizá aún con un Wareham algo frío, pero rápidamente se conectó con “Sideshow by the Seashore”, de Penthouse (1995), sin duda álbum clave en la discografía de Luna.

Las maravillosas guitarras comenzaron a atrapar sin remedio. El desfile de temas emotivos fue un no parar. “Superfreaky Memories” de The Days of Our Nights (1999) fue uno de los grandes momentos, con el delicioso coro de Britta. Luego retrocedieron a 1994 con “Bewitched”, que le da nombre a aquel disco con el que el proyecto se consolidó.

La intensidad de “23 Minutes in Brussels”, hizo de nuevo recordar el vínculo que Nueva York les proporcionó con Velvet Underground. Canciones perfectas, Wareham ha compuesto muchas, pero Eden también nos regaló la joya “Still at Home”, que él mismo cantó.

Llegó entonces el momento de la estupenda versión del clásico de Serge Gainsbourg, “Bonnie and Clyde”, que en 1995 Luna grabó con la cantante de Stereolab, Lætitia Sadier. Britta Phillips supo afrontar el reto y salir airosa y por ello los muchos aplausos.

Moon Palace”, otro indispensable del disco Pentahouse, es uno de esos temas que hace resbalar lágrimas. Luego tocaron “Friendly Advice”, tema velvetiano donde los haya, no solo por la forma de cantar a lo Lou Reed, sino porque en la grabación participa Sterling Morrison. El cierre recayó en la grandiosa versión de “Indian Summer” de Beat Happening, que por supuesto dejó con ganas a todos.

La presentación fue más corta de lo habitual, pero teniendo en cuenta que se presentaban tres bandas, el tiempo fue el adecuado para cada una. Los productores de GetMad! organizaron dos noches en Sala But memorables.

Carla Montero/Juan Carlos Ballesta