Independiente. 2015. Venezuela
Después del EP Invierno (2010) y el soberbio álbum Primavera (2012), regresa finalmente el otrora colectivo de Barquisimeto con este nuevo paso adelante que contiene algunos evidentes cambios en el sonido, entre ellos la inclusión de voz, ritmos y ambientaciones electrónicas oscuras y laberínticas con influencias del breakcore, glitch, idm, shoegaze y el noise. El sonido guitarrero es ahora menos dominante, casi un recuerdo, producto quizá de que el control del ambicioso proyecto ha quedado en manos de Rafael García, como consecuencia del proceso de redefinición del mismo y de la diáspora de los venezolanos, que lo ha llevado a radicarse en Buenos Aires junto al bajista Carlos Sánchez, al responsable de las imágenes y diseño gráfico, Diego Blanco y Luis Edgardo Herrera en la dirección de arte; ciudad desde la cual comienzan a reinventarse, ahora con la ayuda de otros venezolanos residentes en la capital argentina: John Guarenas (sintes, voces), Humberto Isea (guitarras, voces) y Carlos Astros (batería).
Otoño sorprende por sus pocas concesiones. El sonido de los metales ya es pasado, tampoco hay batería acústica, sino una Roland SP555. El disco es un ejercicio de épica crudeza reflejo del proceso de mudanza física y emocional. García se ha adentrado en territorios musicales espinosos con la valentía de un osado explorador que se adentra en la selva. Para ello ha utilizado un arsenal electrónico compuesto por un micro Korg, Kaoss Oscilator Pro y Monotorón. El resultado es un disco que remueve y envuelve. Tan Frío el Verano ya no es lo que era. Ahora es una transmutación de sus propios ángeles y demonios. Es todo un misterio a qué sonará Verano, la obra que en algún momento debería cerrar este ciclo.
https://tanfrioelverano.bandcamp.com/
Juan Carlos Ballesta