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Sandinista: la máxima libertad creativa de The Clash

Tha Clash Sandinista

El 12 de diciembre de 1980, el cuarteto londinense publicó el histórico triple LP en el cual experimentaron con múltiples estilos

The Clash
Sandinista

CBS / Epic. 1980. Inglaterra

Apenas un año después de su fantástico tour de force, London Calling, lanzado en las navidades de 1979 como gran colofón de una década que dio para todo, Mick Jones, Joe Strummer, Paul Simonon y Topper Headon publicaban otro bombazo en forma de triple LP.

La banda, aun surfeando el gran éxito de London Calling, pretendía editar singles cada mes de 1980. Sin embargo, la discográfica Columbia negó esa posibilidad, lo que derivó en un frenético y altamente productivo proceso que se tradujo en un puñado de 36 temas y mucha experimentación.

Dos meses antes del lanzamiento de Sandinista, fue publicado Black Market Clash, un mini LP de 10 pulgadas con nueve canciones, cuyo lado A estaba compuesto con temas de la primera etapa y el lado B con tres fantásticas incursiones dub.




La mesa estaba servida para Sandinista, que fue más aun mas lejos que su predecesor en cuanto a la variedad de influencias. Aquel fue un doble LP que se vendió a precio reducido, y éste, siendo triple, se ofreció a precio de LP simple. Esto impactó directamente en las finanzas de la banda, que no cobró royalties por los primeros 200 mil ejemplares vendidos en Gran Bretaña. Había sido su decisión.

Una infecciosa y atrevida mezcla de funk, reggae, jazz, gospel, rockabilly, folk, dub, rhythm and blues, calypso, disco y rap, se desparraman a lo largo de seis lados, con seis temas en cada uno de ellos. Muchos críticos de la época lo catalogaron como un despropósito, afirmando que la mitad del material sobraba. Para los fans era una maravillosa ofrenda.

Grabado entre Nueva York, Londres, Manchester y Kingston, bajo la producción de Strummer y Jones, Sandinista contó con cuatro ingenieros principales de acuerdo al estudio en cada ciudad.

Fueron ellos Jeremy «Jerry» Green (Wessex Sound Studios), J. P. Nichols (Electric Lady Studios), Lancelot «Maxie» McKenzie (Channel One Studios) y Bill Price (Pluto y Power Station Studios), con la participación adicional de Mikey Dread en algunas mezclas dub en la linea de “Bankrobber” de Black Market Clash.

El disco en su conjunto, requiere de una inmersión total. Con un doble LP y un mini LP previos, muy cercanos en el tiempo, Sandinista representó un gran reto en términos de promoción.

Los 36 de Sandinista

The Magnificent Seven” abre en gran forma los 144 minutos (casi dos horas y media) con su pegadizo ritmo funk. En el participan los miembros de The Blockheads, grupo de Ian Dury, el teclista Mickey Gallagher y el bajista Norman Watt-Roy, este último supliendo a Paul Simonon que ese día cumplía compromisos para una película.

Ambos reclamaron parte del crédito y aunque en principio no se les concedió, finalmente lo obtuvieron.




La gentil “Hitsville U.K”, con su aroma soul y nombre alusivo a la Motown Records, cuenta con la voz invitada de Ellen Foley, novia para entonces de Mick Jones. La pieza contrasta con la siguiente, “Junco Partner”, una revisión del blues tradicional que The Clash transforma en el primero de varios hipnóticos dub repartidos a lo largo de Sandinista.

Topper Headon canta “Ivan Meets G.I. Joe”, una especie de acelerado disco funk, a la cual sigue el corto pero muy pedadizo rockabilly “The Leader”.

El lado A lo cierra “Something About England”, cantada por Jones y Strummer, con la participación de Davey Payne, Rick Gascoigne y Gary Barnacle en los vientos, y Tymon Dogg en el violín.

Es un tema de estructura y desarrollo algo inusual




El segundo lado es iniciado por “Rebel Waltz”, un bizarro vals con elementos barrocos casi navideños, que da paso a la acelerada versión en clave punk-jazz de “Look Here”, original del pianista Mose Allison, y en la cual Mikey Dread apuntala vocalmente al resto de la banda.

Luego volvemos a deslizarnos en el hedonismo dub de “The Crooked Beat”, en la voz de Paul Simonon, después de la cual Jones asume el rol vocal en uno de los clásicos temas de distintivo “sonido Clash”, “Somebody Got Murdered”, uno de los mejores de Sandinista

Los dos tracks restantes son primos-hermanos. Escrito junto a Mikey Dread, “One More Time” y su reinterpretación “One More Dub”, nos llevan directamente a Jamaica, inspirados en las formas del gran Lee “Scratch” Perry, con quien la banda trabajó en 1977 en el tema “Complete Control” y abrió los conciertos neoyorquinos de 1980.

El segundo disco inicia con otro fantástico funk, en este caso rapeado, “Lightning Strikes (Not Once but Twice)”, al cual siguen la alegre pieza “Up in Heaven (Not Only Here)” y “Corner Soul”, un tema con elementos reggae lleno de efectos




Let’s Go Crazy”, con su aroma a calipso, es uno de los más pegadizos temas de Sandinista. En él, The Clash volvía a demostrar su amplio abanico estilístico y su cercanía al Caribe, cosa que vuelve a notarse con creces en “ If Music Could Talk”, con el gran saxo de Davey Payne, otro miembro de The Blockheads

Cierra el tercer lado, ecuador de Sandinista, “The Sound of Sinners”, un rockabilly con inflexiones doo wop gracias a las voces de apoyo de Topper Headon, Mick Jones y Tymon Dogg

Inicia uno de los lados más completos, “Police on My Back”, poderosa versión del tema de Eddy Grant, muy representativo del más adictivo “sonido Clash”.

Otro infeccioso rockabilly, “Midnight Log”, un dub de alta factura, “The Equaliser” y un clasico tema de media velocidad, “The Call Up”, sirven de preámbulo a “Washington Bullets”, política pieza en la que mencionan con mucho romanticismo eventos relacionados con la revolución cubana, el sandinismo nicaragüense, al cantante chileno Víctor Jara, mientras critican a otros regímenes comunistas, mencionando a la revolución cultural china y la invasión soviética a Afghanistan.

Cierra el cuarto lado el reggae jazzeado, “Broadway”, con la voz de la pequeña Maria Gallagher en la parte final que recupera “The Guns of Brixton”.

El tercer y último disco comienza con “Loose the Skin”, otra de las piezas centrales de Sandinista y en la cual el violín y la particular voz del inglés Tymon Dogg (el compositor) juegan papel fundamental.

Hace su aparición entonces la grandiosa “Charlie Don’t Surf”, un reggae de aire nostálgico que sin duda se ubica entre los mejores temas de la historia de The Clash. Es cantada por Jones y Strummer y eso le da un matiz especial.




El siguiente tema, “Mentsford Hill”, bien pudiera ser un experimento psicodélico de The Beatles con la técnica de las cintas en reversa. Para ello utilizaron la grabación de “Something About England” reproducida al revés.

Tanto “Junkie Slip”, que en algo podria recordar a Talking Heads, y “Kingston Advice”, tienen inflexiones funk y reggae. Ambas anteceden a “The Street Parade”, otro notable testimonio de las indudables ganas de experimentar de The Clash aún con canciones de aparente simpleza

El último lado se explaya en el dub. Si en las cinco caras anteriores el grupo había demostrado su inmersión en esa hipnótica forma nacida de los sound systems jamaiquinos y llevado al sumun por King Tubby y Lee Perry, la conclusión del álbum es la constatación total del encantamiento que el dub ejerció en ellos.

Solo la estupenda primera pieza, “Version City” y “Career Opportunities” (versión regrabada con voces de Luke Gallagher y Ben Gallagher) escapan a ese influjo, la primera con un bajo disco y armónica blueseada cortesía de Lew Lewis de Eddie and the Hot Rods

Las otras cuatro piezas lo dejan claro: “Living in Fame” (versión dub de “If Music Could Talk” con voz de Mikey Dread), “Silicone on Sapphire” (versión dub de “Washington Bullets”), “Version Pardner” (versión dub de “Junco Partner”) y “Shepherds Delight” (versión dub de “Police & Thieves”)

Este último lado es ideal y propicio para quedar en un estado de total complacencia. Sandinista podría ser considerado un ejercicio de auto indulgencia de grandes proporciones -casi ningún artista se atreve con un disco triple en estudio- pero su resultado es más bien el reflejo de la impresionante curiosidad y ebullición de ideas y ganas de crecer musicalmente de cuatro músicos indomables e indispensables para entender el fenómeno punk y todo lo que siguió en los años siguientes.

Juan Carlos Ballesta



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