Después de una larga espera de 40 años, finalmente la banda inglesa de los hermanos Justin y Simon Jones desplegó su cautivante poesía y envolvente sonido en España
And Also The Trees
Concierto en Café Berlín, Madrid
(Marzo 2, 2023)
La banda formada a finales de los años 70 en la apacible Inkberrow, Worcestershire, Inglaterra, por los hermanos Justin Jones (guitarra, música) y Simon Huw Jones (voz, textos) en plena primera ola post punk, nunca había pasado por España, aunque ello parezca increíble.
En realidad, su circuito de conciertos siempre ha estado principalmente focalizado en Alemania, Reino Unido, Francia, Bélgica y Suiza, donde reside desde hace unos años el cantante.
Esporádicas presentaciones en otros países europeos como Italia, Grecia, Austria, Portugal y Países Bajos, junto a la única gira por Estados Unidos en 1991, han mantenido a And Also The Trees como una auténtica banda de culto, cuyos discos han circulado entre los fans siempre como tesoros.
El nuevo álbum, The Bone Carver (parte de nuestra lista Los 100 mejores discos de 2022 alrededor del mundo) es un trabajo de alto vuelo, el cual se suma a una discografía en la que no hay puntos débiles. En directo, los temas de este treceavo disco en estudio, sonaron poderosos.
La crónica de este concierto empezó desde el momento que me acercaba al Café Berlín. Eran las 19:30, media hora antes de la hora pautada para el comienzo, y en plena plaza Santo Domingo destacaba la figura de un “gentleman” alto y delgado, ataviado con traje oscuro, fumando mientras se movía con cierta ansiedad mirando hacia los edificios.
Era Simon en su ritual previo. Si bien pensé en no molestarlo, me acerqué a saludarlo, agradecer que estuvieran en Madrid y por la entrevista que me concedió. Él, muy educado y sonriente, soltó una bocanada de humo y con su reconocible voz también me agradeció. Lo dejé solo, sin pedirle una foto.
Lo que vino a continuación fue la consecución de un deseo largamente soñado para la mayoría de los presentes, evidentes seguidores de una banda que ha surfeado con elegancia y prestancia por varias décadas y realidades.
Con precisión británica -o suiza- salieron primero al escenario Justin Jones (guitarras eléctricas), Paul Hill (batería), Grant Gordon (bajo de 5 cuerdas) y Colin Ozanne (clarinetes, guitarra, teclados), para comenzar a tocar la magnífica “In a Bed In Yugoslavia”. Unos 30 segundos después se unió Simon Huw Jones, tal como lo habíamos visto afuera.
El soberbio arranque fue seguido por otro tema de The Bone Carver, el intenso “Beyond Action and Reaction”, y sin mediar palabras, continuaron con esa especie de dark tango, “Your Guess”, del disco anterior, Born into the Waves (2016), con un final dramático.


Con apenas tres temas supimos que estaríamos en presencia de un conciertazo. Tanto Gordon en el bajo, como Ozanne desdoblado en clarinetes y teclados (aunque a veces con problemas para hacerlos sonar), aportaron mucho al sonido. Si bien las formaciones anteriores fueron grandiosas, este quinteto actual augura grandes cosas.
Como siempre, Justin lleva el peso con su envolvente trabajo tanto con la guitarra Hofner -la que más utiliza- y la Gibson de 12 cuerdas, apoyadas por una pedalera de efectos (reverberaciones, eco, delay…). Haberlo tenido al lado apenas a un metro de distancia nos permitió deleitarnos con su impresionante capacidad de arpegiar y llenar espacios.
Al frente, Simon funge de cantante y frontman, pero también de poeta y actor. Su histrionismo, dosificado y sofisticado, va impregnando cada performance del necesario énfasis para acompañar sus textos. Gesticula con el rostro, mueve brazos y manos, se arrodilla, mira al infinito…
“Muchas gracias, es un placer estar aquí cuarenta y tantos años después”, fueron las palabras que antecedieron a “Maps in Her Wrists and Arms”, el primero de los varios temazos de su primera época, en este caso del imprescindible disco Virus Meadow (1986). Simon aprovechó para despojarse de la chaqueta y quedarse solo con el chaleco sobre su camisa blanca.
Enseguida abordaron “Shantell”, el mas antiguo tema de todos los que tocaron, publicado como single en 1983, antes del primer LP. A destacar el arreglo de clarinete y la sólida batería de Hill.
Fue fantástico constatar que aquellos temas surgidos en plena efervescencia post punk dentro del ala más dark, siguen conservando su encanto y capacidad de sorpresa, ahora con parte de la banda renovada.
Otra gran adición al setlist fue “Brother Fear”, de Angelfish (1996), disco en el cual Justin aumentó su paleta sonora dejando colar influencias del spaghetti western y el surf rock. Aquí se notaron claramente esas referencias, siendo uno de los temas donde se producen más claroscuros.
AATT nos llevó de nuevo a 1986 con “Virus Meadow”, brutal tema que corrobora que en los años 80 se publicó lo mejor y lo peor en el universo pop-rock.
La selección del setlist dentro de un repertorio sin fisuras construido a lo largo de varias décadas, estuvo muy balanceado entre las varias etapas protagonizadas por cada una de las formaciones, quedando excluidos solamente cuatro discos, el homónimo debut de 1984, Green is the Sea de 1992, Silver Soul de 1998 y Further From the Truth de 2003. Los restantes 9 álbumes, así como un EP y un single, contaron al menos con una pieza.
Volvieron a Born into Waves con el tema “Bridges”, que comienza de manera atmosférica y poco a poco Gordon se apodera de la conducción con una línea de bajo robusta que sirve de soporte a la telaraña guitarrera.




La reconocible introducción de teclado simulando un piano, trajo a “Dialogue”, más que bienvenido tema de The Klaxon (1993), uno de los temas más “luminosos” de la noche.
Tras él, Simon introdujo a los miembros de la banda, al tiempo que Hill y Gordon se retiraban para que Simon, Justin y Colin, interpretaran el otoñal y melancólico tema “Whisky Bride”, única escogida del disco Hunter Not The Hunted (2012). Fue un momento de gran recogimiento.
Otra del nuevo disco, “The Seven Skies”, ya con la base rítmica incorporada, siguió demostrando que el presente de AATT es prometedor. Dio paso a “Missing”, uno de los mejores de Angelfish, con un bajo repetitivo sobre el que Justin hace maravillas.
Apenas habíamos sobrepasado la hora de concierto y la exquisita “Rive Droite”, del disco (Listen For) The Rag and Bone Man (2007) -con Paul Hill tocando con escobillas, Gordon haciendo líneas jazzeadas y Justin con un solo final magistral- anunciaba la primera despedida.
Obviamente, no había duda que era parte del ya conocido ritual de la falsa despedida.
Aún faltaba la ofrenda final, que fue tremenda a pesar de la ausencia de “Slow Pulse Boy”.

No faltó la clásica “Prince Rupert” de Farewell to the Shade (1989), con la que iniciaron este inolvidable tramo final. Este es, sin duda, uno de los temas que mejor define el sonido distintivo con el que And Also The Trees demostró a fines de los 80 que era capaz de sobreponerse a modas y que no le iba a ocurrir como a la mayoría de sus contemporáneos que fueron cediendo, perdiendo inspiración o desapareciendo.
El tema que da título al nuevo disco, “The Bone Carver”, sonó especialmente seductor, con un clarinete muy expresivo.
Las dos piezas finales nos retrotrajeron de nuevo a lo más enriquecedor de los 80. “The Suffering of the Stream”, de The Millpond Years (1988), y la poderosa “A Room Lives in Lucy”, perfecto cierre para un concierto que satisfizo a todos.
And Also The Trees puede jactarse de ser una de las pocas bandas de la primera generación post punk que sigue dando la talla y que no solo vive del pasado sino que tiene material reciente de alto octanaje.
Gracias a Indypendientes por esta apuesta.
Juan Carlos Ballesta