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Aterciopelados, dúo dinámico, surrealismo mágico

Aterciopelados
Aterciopelados en Festival Rio Babel 2017, Madrid. Foto: Óscar Ribas Torres

Aterciopelados

Sala La Riviera, Madrid

(Octubre 4, 2018)

 

Aterciopelados, la banda colombiana compuesta por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, forma parte del soundtrack latinoamericano de los últimos veinticinco años. Letras reivindicativas, ritmos chamánicos y esa extraordinaria voz de Andrea, nos confirman que este dúo dinámico -como ellos se definen-, sigue vigente.

En el marco de su actual gira que los ha llevado previamente por Colombia, México y Estados Unidos, presentaron en España su disco Claroscura, pasando por ciudades como Barcelona, Madrid, Sevilla y Granada.

En Madrid, la Sala Riviera fue el escenario escogido. Nada más comenzar el concierto, las pantallas se encendieron con las letras de su octavo álbum de estudio, convirtiéndose en anfitriones de una noche acogedora y cercana, como quien se reúne con viejos amigos a cantar.

AterciopeladosPlay”, “Cuerpo” y “He Venido a Pedirte Perdón” (versión de la clásica ranchera de Juan Gabriel), abrieron la noche para que  entonces Andrea presentara el disco que cuenta con dos nominaciones al Latin Grammy, Mejor Canción Alternativa con Dúo y Mejor Álbum de Música Alternativa. Y aunque queda claro que Aterciopelados está muy orgulloso de su creación, se toman las nominaciones con precaución porque “el Grammy siempre me ha tratado mal… uy no pero cambiemos de actitud, ¿sí o si mariquis?… seamos positivos… me voy a ganar esos Grammys”, bromeaba Andrea repitiendo esta frase como quien repite un mantra.

Sonaron todos sus clásicos, “Maligno”, “Baracunatana”, “El Estuche”, “El Álbum”, “Rompecabezas”. Cada canción contó con una introducción que nos mostraba la madurez a la que ha llegado la banda colombiana, cada vez más auténticos en escena, menos acartonados y más distendidos. Fuimos testigos de los casi 26 años que llevan cantando juntos Héctor y Andrea, quienes se conocen y honran su amistad con cada acorde. La canción “Dúo” es un homenaje a esta historia, que presentan emocionados como quien suscribe unos votos de amor entre dos amigos que llevan muchos años conociéndose y respetándose. Igual lo hacen cuando es el turno de “Tu amor” cuya letra es autoría de Héctor y que Andrea se esmera por adornarla con su voz.

Aterciopelados
Concierto de Aterciopelados en Madrid, 2016. Foto: Óscar Ribas Torres
Concierto de Aterciopelados en Madrid, 2016. Foto: Óscar Ribas Torres

Como es costumbre, Aterciopelados canta en este nuevo álbum las cuestiones que ellos creen importantes, los temas que como personas les preocupan y conmueven. Uno de ellos, capital en toda la trayectoria de la banda, ha sido la ecología y el respeto al medio ambiente. Héctor tomó unos minutos del concierto para hacer partícipe a todos del activismo con Greenpeace y la campaña #IsthisYours que actualmente apoyan. Héctor, fue enfático en la necesidad de cuidar al planeta y “de exigir responsabilidad a las empresas para que se hagan cargo de sus residuos y así cerrar el círculo”. Estas palabras, que secundamos completamente, fueron el preámbulo para cantar “Soñar un bosque”.

Fueron muchos los momentos que Andrea regaló a los asistentes con su manera de ser tan campechana. Entre canción, se tumbó en el escenario, se bajó, saludó, cantó con la primera fila. Se cambió de sombrero, se puso los lentes, se los quitó… Sin embargo, el más entrañable fue cuando nos contó la anécdota detrás de “Tumbao”, consecuencia de que la confundieran con la mexicana Natalia Lafourcade, sobre lo cual dijo: “Natalia Lafourcade, que canta tan asombrosamente lindo, y la cosa fue… yo entré a sala de prensa y me dijeron ‘Hola Natalia’… hijoeputa hasta llegó mi seguridad, hasta allí llegó, era increíble, me lanzaron al vacío, quedé con el alma en los pies”. (Cómo nadie es inmune a la inseguridad y por esta forma de ser, por ese derroche de simpatía y sencillez, es que te amamos, Andrea)

Para cerrar la noche Echeverri invitó al escenario a la florecita flamenquera Lamari de Chambao, para despedirse del público madrileño cantando el himno de la banda: “Florecita Rockera”.

Como muestra de ese especial cariño con el que tratan al público, Aterciopelados se despidió regalando unas chucherías tradicionales colombianas, las Super Coco y unos bellos frisbees decorados por una artista y que lanzó no sin antes advertir “que aunque muy bellos eran mortales, así que cuidado mariquis”.

Andrehyna Caringella