El 1 de septiembre de 1992 fue publicado álbum solista 12 del erudito creador de ambientes quien, de algún modo, parecía retornar a una fórmula más estructurada pero igualmente fascinante.
Brian Eno
Nerve Net
All Saints Records. 1992. Inglaterra
La dilatada carrera musical del inglés Brian Eno es evidencia sólida de una búsqueda constante por nuevas fórmulas para crear espacios y atmósferas donde se entretejen, con alta frecuencia, elementos que definen propuestas difíciles de enmarcar en un estilo o género en particular.
Eno es, en sí mismo, un género que ha estimulado a las corrientes musicales más vanguardistas a arriesgarse a predios estratosféricos con un ingrediente hipnótico que lo hace reconocible.
Ex miembro de la pionera banda de glam-rock Roxy Music, este inquieto auto-proclamado “no músico” se lanzó a una aventurada odisea donde la experimentación, el ambient, la electrónica, el rock y el pop se funden en un acto creativo de altísima factura.
A sus 74 años, Eno continúa siendo una fuente inagotable de creatividad que ha estimulado a nuevas generaciones como músico, productor, artista sonoro, diseñador de sonidos y dueño de una dilatada discografía que supera los 50 títulos como solista y colaborador junto a otros representantes de la vanguardia mundial.
Sin duda, un certero puntero.
Recordamos por ejemplo su proyecto Fripp & Eno que ha dejado tres estupendos álbumes, No Pussyfooting de 1973 e Evening Star de 1975 y The Equatorial Star de 2004. Luego, su ambicioso cuarteto de discos en solitario post-Roxy, Here Comes The Warm Jets (1973), Taking Tiger Mountain (By Strategy) (1974), Another Green World (1975) y Before and After Science (1977).
La fantástica serie “ambient” desarrollada a mediados de la década de los 70 hasta inicios de los 80; sus proyectos junto a David Byrne, My Life In The Bush of Ghosts de 1981 y Everything That Happens Will Happen Today de 2008, casi una decena de “instalaciones ambientales” a finales del siglo pasado e inicios de éste.
En fin, una vasta obra que aún permanece activa y atractiva.
Sería inexacto considerar a Nerve Net una obra puramente electrónica-experimental, pues hay otras sutilezas a considerar. Eno venía de lanzar Wrong Way Up, resultado de su alianza con John Cale, otro veterano de la experimentación, dos años antes de nuestro celebrado disco.
Brian recurrió esta vez a los talentos de su hermano Roger en el piano y los “samplers”. Igualmente al piano John Paul Jones (Led Zeppelin) y Rob Melvin; en las guitarras Robert Fripp, Robert Ahwai y Peter Anderson; los bateristas Richard Beiley, Sugarfoot Moffett (Michael Jackson) y Markus Dravs; en el saxo tenor, Alice Ngukwe y el alto de Wayne Duchamp; las congas de Winston Ngukwe e Issac Osapanin; las voces de Anita, Sunita y Yogish Patel; Robert Quine† en la guitarra rítmica; la percusión de Benmont Tench; y el bajo de Romeo Williams, entre otros.
Lo que significa que esta magnífica obra, a juzgar por sus músicos, tiene rasgos de jazz, funk étnico, dub y otras corrientes.
“Fractal Zoom” abre el disco con una serie de sonidos en torno a una rítmica funky constante con una altura sostenida muy en la onda minimalista.
Un interesante matiz es “Wire Shock” donde voces, bajo y la gracia de Fripp nos atrapa con sobrada intensidad y malicia, haciéndonos recordar el legendario trabajo junto a David Byrne, My Life in The Bush of Ghosts (1981)
Eno destaca con una diversidad instrumental de grandes proporciones con las cuales da pinceladas para incluir otros colores y texturas, para luego ceder espacio al redoblante en plan Jaki Liebezeit y dar pleno tiempo al baterista con un fantasmal fondo y una voz robótica con otros sonidos girando entorno en “What Actually Happened”
En “In Pierre Mist” apreciamos una indudable influencia jazzística que recuerda frases de Weather Report pero cargadas de cierto misterio.
Sigue “My Squelchy Life” tema que mantiene un poco el mismo temperamento con un aditivo vocal como otro instrumento más.
Acto seguido es “Juju Space Jazz” con una atractiva sección rítmica y breves frases que anteceden a la contrastante “The Roil, The Choke” con la que llegamos al punto medio de esta obra maestra.
“Ali Click” continua con una nivelada rítmica por la que se pasean varios de los instrumentos. Recuerda un poco esa vibra del drum ‘n bass, lo que se mantiene en la siguiente pieza, “Distributing Being”, pero esta vez con frases al piano y otros elementos electrónicos. La batería de nuevo recuerda a Liebezeit.
La explosiva y estridente guitarra, presumiblemente Fripp, nos acerca más al lenguaje del rock. Un rock espacial.
La parte final del disco la conforman los casi 20 minutos de “Web”, “Web (Lascaux Mix)” y “Decentre”, esta última a piano solo, donde Eno y su multitudinario clan exhiben no sólo una sincopada rítmica sino también un entramado ocasional donde se funden líneas de claros rasgos experimentales sin abandonar la vibra ambient presente en buena parte de la obra de Eno.
El lanzamiento de este excelente disco estuvo acompañado de versiones 12” y sencillos en CD de los temas “Ali Click” y “Fractal Zoom”
Antes de dar marcha atrás en el tiempo, vale mencionar el rasgo atemporal que, en mi opinión, tiene buena parte la obra de Eno. Con ello en mente retornemos al primer día de septiembre de 1992.
Leonardo Bigott