El 15 de septiembre de 1975 el polifacético músico y productor inglés publicó su tercer album solista, preámbulo de su serie Ambient Music
Brian Eno
Another Green World
Island Records. 1975. Inglaterra
Entre julio y agosto de 1975, el vanguardista músico, productor y artista visual, Brian Peter George St. John Le Baptiste de la Salle Eno, entraba a los Estudios Island de Londres para grabar su entonces nuevo álbum, Otro Mundo Verde, una histórica obra en la cual el pionero del “ambient” comenzaba a distanciarse de composiciones basadas en el rock en favor de fórmulas de rasgos minimalistas.
Eno, llamado así humildemente para el resto del mundo, siempre ha sido punta de lanza en los predios artísticos de la música y las artes visuales. Con una dilatada carrera que comenzó a ganar notoriedad con la agrupación de glam rock inglés, Roxy Music, en los dos primeros discos Roxy Music (1972) y For Your Pleasure (1973), Eno es recordado por haber producido álbumes de gran trascendencia como Fear of Music (1979) y Remain in Light (1980) de Talking Heads y sobre todo la encumbrada obra de U2, Joshua Tree.
Para el momento de editar este tercer disco solista ya Eno había publicado los magníficos Here Comes The Warm Jets y Taking Tiger Mountain (By Strategy), ambos en 1974, y todavía en los 70 nos regalaría la joya art-pop Before and After Science en 1977, la trilogía con David Bowie (Low, Heroes y Lodger), las colaboraciones con el dúo alemán Cluster y su serie de instalaciones ambientales que han contribuido al desarrollo de nuevos paradigmas en las artes sonoras.
Sus muy recordadas experimentaciones con el Rey Carmesí (Robert Fripp) en discos como No Pussyfooting (1973) e Evening Star (1975) son apenas dos referentes que hablan por sí solos del alcance de su obra.
Este tercer paso como solista encuentra a Eno, coproduciendo con Rhett Davies, acompañado por grandes y buenos amigos de alta factura musical como el baterista Phil Collins (Brand X, Genesis), el virtuoso bajista Percy Jones (Brand X), el violista John Cale (Velvet Underground) y el pequeño genio guitarrista y experimentalista Robert Fripp (King Crimson).
Este disco da muestra de una transición del rock a obras instrumentales con un importante acento minimalista, empleando sus naipes de “estrategias oblicuas”, fórmulas o técnicas poco convencionales de grabación, referidas o expresadas en frases compuestas como “percusión espasmódica”, “guitarra serpiente” o “piano incierto”.
Con siete piezas por lado, a lo largo de 40’24”, Another Green World nos recibe con parte de una obra visual titulada After Raphael del artista inglés Tom Philips previo a sumergirnos en un fantástico y estupendo viaje sonoro a través del cual sólo cinco piezas contienen letra, difiriendo de los trabajos anteriores que tiene en “Baby’s on Fire” uno de los más estimulantes temas del rock de los 70.
Así, el hoy septuagenario, Brian Eno, nos ofrece “Sky Saw”, una de las cinco piezas con letra, en la que Eno nos dice: “Todas las nubes se convierten en palabras, todas las palabras flotan en secuencia, nadie sabe qué…”
Le acompañan Collins, Jones, Cale, Paul Rudolph en el bajo ancla, Rod Melvin en el piano Rhodes y Eno dándonos la oportunidad de conocer la “guitarra serpiente”. La pieza, aunque de textura áspera, no nos perturba, en buena parte por su moderado temperamento manteniendo la altura tonal.
Eno, Collins y Jones protagonizan “Over Fire Island”, un rítmico instrumental con Percy Jones marcando el tiempo junto a Collins. En menos de dos minutos Eno asalta nuestra mente antes de “St. Elmo’s Fire”, la siguiente y pieza donde Fripp nos cautiva con un mesurado solo en su wimhurst guitar y Eno dibuja con palabras el fenómeno magnético que lleva el nombre de esta pieza: “En la luna azul de agosto, en la fresca luna de agosto sobre las noches y a través del fuego…”
Luego siguen dos instancias sonoras con Eno como único protagonista en “In The Dark Trees” y “The Big Ship”, ambas poseedoras de un carácter ambiental que refleja la fascinante y profunda creatividad de Eno con el elemento sonoro que generan sintetizadores y guitarras.
En la exquisita “I’ll Come Running” Eno retorna a la voz para decirnos: “Encontraré un lugar en la esquina donde pasaré el resto de mis días, sólo mirando pacientemente desde la ventana, sólo esperando que cambie la estación, algún día, ¡Oh! mis sueños te halarán a través de las puertas del jardín.
La delicada e hipnótica “Another Green World” (tema título) culmina el primer lado con Brian Eno a la “guitarra desierto”, el piano y el popular entonces órgano Farfisa. Las delicadas sonoridades emergen desde el fondo estimulando cierto sosiego en poco más de un minuto.
El segundo lado lo inicia “Sombre Reptiles”, una “galáctica” experimentación con Eno nuevamente como único protagonista interpretando percusión peruana, “elementos eléctricos” y “percusión espasmódica”. Ese solitario rasgo lo repite en “Little Fishes”, la siguiente pieza, con un Brian Eno influido por John Cage dado el uso del “piano preparado.”
En esta primera tríada del lado reverso Eno vuelve a la voz, los “recortados órganos” y la “percusión espasmódica”, junto a la viola de Cale y Fripp en “wimborne guitar” en “Golden Hours” para decirnos: “El paso del tiempo esta titilando en la pantalla, no puedo ver las líneas, solía creer que podía hacerlo entre líneas, tal vez mis cerebros se han transformado en arena, Oh yo, oh mí, creo que ha sido una eternidad, estarías sorprendido”
En la segunda tríada Eno se coloca detrás del piano Leslie y el sintetizador para el sosegado tema “Becalmed” y proseguir con “Zawinul/Lava”, una clara venia al célebre compositor austríaco fundador de la innovadora agrupación de jazz, Weather Report, Joseph Zawinul (†).
El tema es otro calmo paraje donde Eno da nuevamente oportunidad a Phil Collins, Percy Jones, Paul Rudolph y Rod Melvin para que den rienda suelta a su creatividad.
Un amigo adicional, el bajista Brian Turrington, le acompaña en “Everything Merges with the Night” (Todo emerge con la noche), la siguiente pieza donde Eno nos dice: “He estado esperando toda la noche, tal vez años, no lo sé, contando las horas, todo emerge con la noche”
La espectral “Spirit Drifting” culmina nuestra visita a este “otro verde mundo”, un tema que aunque breve dice mucho. Es uno de mis más apreciados temas de Brian Eno.
Si bien este álbum responde a una necesidad importante de explorar nuevos predios, Eno, después de este mundo verde, tendrá una serie de emblemáticas grabaciones donde cualquier adjetivo será insuficiente.
Sencillamente Eno es en sí una cátedra, un fascinante y estupendo objeto de estudio.
Leonardo Bigott