Carla Morrison
Amor Supremo
Cósmica. 2015. México
Aquella, la de del querer desvergonzado y frágil, que se arrodilla y se confiesa con voz casi de niña suplicante, sigue acá, diciéndolo todo sin que le quede un gramo de pudor y reserva emocional. Pero lo que antes Carla Morrison nos compartía con la confidencia secreta que sólo tienen los amantes, como riéndonos tímidamente al oído, ahora lo grita a todo pulmón, a los mil horizontes, sobre abismales acantilados sentimentales a vuelo de águila, bajo bóvedas sonoras del tamaño del firmamento. Las emociones ahora han adquirido una exaltación operística, tan expandidas en su panorámica que se hacen extraña y melancólicamente fantasmales, a ratos envueltas en una niebla infinita que no podemos despejar cuando intentamos encontrar un poco de tierra corriente que palpar y sentir, como para no desorientarnos demasiado entre tantas alturas de la pasión. Son el amor y el desamor, y sus mil caras engañosas, cantados con la ambición del Cinemascope, pero con la sinceridad de un corazón que lucha por no desangrarse, y quizás curar alguna herida.
Gustavo Reyes